Bogotá — El incremento en los precios del acero como “consecuencia de la escasez global de insumos y el aumento en los fletes de transporte” está presionando al alza los costos de la construcción de obras viales y supone uno de los obstáculos para su recuperación, concluyó un informe de Corficolombiana.
“Los mayores costos tienen un efecto negativo sobre la ejecución de carreteras que persiste hasta por nueve meses. Posterior al noveno mes, el efecto se empieza a diluir”, indica el informe titulado Infraestructura vial en 2021: una recuperación dispar.
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Este impacto se da bajo la estimación de que “un aumento de un punto porcentual (p.p.) en el Índice de Costos de Construcción Pesada (ICCP) reduce en 0,7 p.p. el crecimiento de la construcción de carreteras seis meses después”, de acuerdo al reporte divulgado por el área de Investigaciones Económicas de esa firma de soluciones financieras.
Los analistas calculan que a partir de diciembre de 2020 los costos de la construcción pesada han aumentado a “niveles no vistos desde 2012″. Además, en lo corrido del año han registrado una variación de 5,3 % y para julio reportó una variación anual de 5,7 %.
En términos desagregados, explican, cerca de un 60 % de este aumento ha estado explicado por el acero, cuyo aumento de precios es “un fenómeno global que responde al rápido surgimiento de la demanda y la limitada respuesta de la oferta”.
A este factor se suman unos “mayores costos en el transporte marítimo y el alza en el precio de sus insumos durante la primera mitad del año (mineral de hierro: 108% a/a, chatarra: 92% a/a)”.
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De hecho, “a nivel internacional el precio del acero ha registrado un crecimiento de 192 % en lo corrido de 2021 y a nivel local según el Índice de Costos de la Construcción Pesada (ICCP) este insumo registra una variación cercana al 25 %”, explica.
De otra parte, de acuerdo a Corficolombiana la inversión en infraestructura vial registró un crecimiento anual de 2,9 % en los primeros siete meses de 2021, “pero aún no retoma los niveles de actividad prepandemia”.
Según dicen los analistas, “las concesiones viales 4G reportan un buen desempeño, pero la ejecución de proyectos de obra pública ha sido más lenta” de lo que esperaban. “Esto ha llevado a que el sector de construcción de obras civiles se esté rezagando frente al resto de la economía”.
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La posición de los gremios
El Comité de Asuntos Aduaneros, Arancelarios y de Comercio Exterior (Comité Triple A) recomendó reducir los aranceles de las varillas de acero del 10 % al 5 %, lo que pone “en riesgo más de 45.000 empleos directos e indirectos”, según la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi).
Esta decisión, según la Andi, “carece de sustento técnico” y es “un golpe a la inversión extranjera en el país”, que “en el caso del acero colombiano asciende a los US$620 millones en los últimos cinco años”.
“El beneficio efectivo que esta medida puede tener para un constructor de vivienda se estima en tan solo el 1,2 % en su costo directo; sin embargo, pone en peligro la viabilidad de todo un sector”, añade.
La directora del Comité de Productores de Acero de Andi, María Juliana Ospina, afirmó que “la reducción de este arancel equivale a la firma de un TLC exprés con países como Turquía y China, una concesión unilateral de beneficios sin que Colombia obtenga nada a cambio”.
“Se está castigando a una industria que durante la pandemia no solo mantuvo el 100 % de sus empleos, sino que además realizó inversiones en pro del desarrollo social de diferentes regiones del país”, añadió.
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En la otra cara, la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), consideró que las recomendaciones respecto a la reducción arancelaria para la importación de barras y alambrón de acero usado en la construcción de edificaciones “son procedentes y coherentes”.
Según Camacol, la recomendación adoptada por el Comité Triple A “busca garantizar que la oferta de producto disponible en el mercado aumente, se dé continuidad a la ejecución de la cimentación y estructura de las obras y se pueda dinamizar el inicio de nuevos proyectos, que hoy están un 30 % por debajo de su potencial”.
La presidenta ejecutiva de Camacol, Sandra Forero, afirmó que “esta recomendación, y su pronta puesta en marcha, es fundamental para el proceso de reactivación económica del país, la generación de empleo y la sostenibilidad de los proyectos de vivienda de los colombianos”.
Además, apuntó, “atiende al interés general de los más de 4 millones de trabajadores del sector de la construcción, los 400.000 colombianos que se benefician de la vivienda social anualmente, y de un tejido empresarial que representa la mitad del aparato productivo del país en un sector que genera inversiones equivalentes a 8 puntos porcentuales del PIB anualmente”.
