Bogotá — Se estima que el desperdicio de alimentos en los hogares colombianos es de 1,5 millones de toneladas anuales, equivalente a 32 kilos per cápita, según cifras divulgadas en un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
“La pérdida y el desperdicio de alimentos es una de las expresiones de un sistema alimentario global que no está funcionando. Incluso, se puede afirmar que es la mayor amenaza para la naturaleza en la actualidad”, indica.
El informe se publica en el marco del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos y con este se busca “entender si los colombianos comprenden la relación de los alimentos con el cambio climático y la pérdida de biodiversidad”.
En este se explica que la producción de alimentos depende de la naturaleza al utilizar el 34 % de la tierra y el 70 % del agua dulce, “pero al mismo tiempo impulsa la deforestación y la conversión de ecosistemas naturales, la pérdida de biodiversidad y la erosión del suelo”.
“A la vez, causa alrededor del 29 % de todas las emisiones de gases efecto invernadero, causantes del cambio climático”, añade el reporte.
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Cada año aproximadamente 40 % de todos los alimentos cultivados a nivel global no se consumen (antes se pensaba que era el 33 %). Esto equivale a 2.500 millones de toneladas de alimentos que dejan de consumirse en todo el mundo. En Colombia, el panorama es igualmente desalentador.
Fondo Mundial para la Naturaleza
A continuación, cinco hallazgos sobre la dimensión del desperdicio de alimentos en el país, que se desprenden del reporte titulado Desperdicios: imaginarios, actitudes y comportamientos en Colombia.
Para este informe, WWF hizo 1.950 encuestas y visitó 47 hogares en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Florencia, San José del Guaviare y Leticia
El desperdicio de alimentos existe, pero no se reconoce
El informe cita cifras del Departamento Nacional de Planeación para indicar que cada año en el país se pierde el 34 % de los alimentos producidos, pero “nadie quiere hablar de ello”.
De acuerdo a la encuesta, un 31,6 % de los consultados manifestó que no desecha comida, “mientras que el promedio de veces que la gente afirma desechar comida, alimentos o ingredientes, que se hayan dañado por algún motivo es de 1,9 veces por semana. Estos datos, bajos en apariencia, demuestran cierto grado de negación frente a la práctica de desperdiciar comida”.
La abundancia, causa del desperdicio
De acuerdo a WWF, el 30,8 % de los encuestados dijo que la principal razón por la que desperdician alimentos es que cocinan demasiado y el 25,3 % porque se sirve mucho en el plato.
“Reconocen que es natural que a veces sobre comida y generalmente buscan la manera de que alguien más se lo coma, incluyendo animales, propios o del barrio. Incluso, 17,7 % de los encuestados considera que no necesita reducir el desperdicio de alimentos, porque hace otras cosas con ellos como crear abono o alimentar animales”, indica.
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Los desperdicios “menos visibles”
El informe concluye que “las personas sienten mayor culpa frente al desperdicio de un plato de comida ya preparada, mientras que otros desperdicios son menos visibles”.
Es así que el 65 % de los encuestados reconoció que lo que más se desperdicia es la comida ya preparada, en tanto que solo el 21,7 % considera que son los alimentos parcialmente usados (media cebolla, un pedazo de sándwich, etc.)
“Es interesante ver cómo las compras en exceso con el 15,9 % son la razón que menos asocian las personas con el desperdicio de alimentos, asociado a la sensación de escasez y una percepción negativa sobre la situación del país”, agrega.
Las motivaciones para reducir el desperdicio
En cuanto a las motivaciones para reducir la cantidad de alimento que se desperdician en el hogar, un 47,1 % se refirió a la posibilidad de ahorrar dinero y un 46,2 % al deseo de administrar su hogar de manera más eficiente.
“Consideran que los hábitos más difíciles de cambiar son buscar en las góndolas de los supermercados o tiendas, los productos próximos a vencerse; comprar frutas maduras que de otro modo terminarán en la basura; y evitar tocar las frutas, verduras y tubérculos exhibidos para reducir la cantidad que se avería y termina siendo desechada”.
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Desechar alimentos: la fórmula para ignorar el desperdicio
WWF identificó que “el desperdicio de alimentos es incómodo para las personas y les representa una alta frustración al no saber cómo evitarlo”.
De hecho, el 21,5 % de los encuestados afirma que no sabe cómo puede reducir el desperdicio de alimentos, por lo que muchos “creen que la única manera de resolverlo es llevándolos rápidamente a la caneca, particularmente en ciudades de clima cálido”.
“Esto demuestra que no están tomando medidas para darle un mejor manejo a sus alimentos, y es otra forma de negar el problema. Las visitas en hogares permitieron evidenciar que cuando el desperdicio se convierte en basura, las personas dejan de sentirlo como su responsabilidad. En este sentido, la preocupación alrededor del desperdicio se transforma en la necesidad de no tener desechos de la alimentación en casa”, añade.
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