David Tuesta: “Nadie pondrá un sol más en Perú si hay una amenaza a la inversión”

El presidente del Consejo Privado de Competitividad (CPC) y exministro de Economía comenta que el 65% de las utilidades de Camisea quedan en manos del Estado peruano. Además, advierte el impacto en la inversión privada tras los mensajes del gobierno.

David Tuesta: "Nadie pondrá un sol más en Perú si hay una amenaza a la inversión".
27 de septiembre, 2021 | 11:40 AM

Lima — Este domingo el consorcio de Camisea se enteraba a través de Twitter que el gobierno peruano lo convocaba a una renegociación del reparto de utilidades del proyecto a favor del Estado, tal como mencionó el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, desde la red social. De no acceder a esta renegociación, Bellido añadió que se optaría “por la recuperación o nacionalización de nuestro yacimiento.

Aunque un mensaje del presidente Pedro Castillo horas más tarde buscó dar tranquilidad tras este anuncio, las palabras de Bellido avivaron la incertidumbre que el mismo gobierno buscó calmar en su reciente visita a México y Estados Unidos. El exministro de Economía del Perú y presidente del Consejo Privado de Competitividad, David Tuesta, remarca en esta entrevista las consecuencias.

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El presidente Pedro Castillo, junto a sus ministros, buscó dar mensajes de impulso a la inversión privada durante el viaje mencionado; y aunque las señales no fueron del todo concretas, sí fueron recibidas de forma positiva por los empresarios. Ahora llega otro mensaje del titular de PCM amenazando a un consorcio en búsqueda de una renegociación. ¿Quedan en el olvido las intenciones del presidente Castillo durante su viaje?

Ese es el problema. La contradicción de los mensajes es el primer punto. Una aclaración del presidente debería implicar la salida del ‘premier’ (Guido Bellido), aunque muchas de estas cosas han pasado por agua tibia al final. Si es que el presidente de la República y el ministro (de Economía) Pedro Frankie han estado en Estados Unidos diciendo que quieren recibir a la inversión privada con los brazos abiertos y luego sale Bellido, quien ejecuta el plan que tiene el presidente y al cual todos los ministros se expeditan, a amenazar con nacionalizar, la contradicción es malísima. Y luego están las consecuencias de la contradicción. Las noticias negativas siempre tiene un sesgo a ser más creíbles que los mensajes.

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Si bien los mensajes pueden ser positivos, todavía existe mucha incertidumbre por aspectos importantes que están pendientes como la conformación del directorio del BCR.

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Exactamente. Tienes la proyección del Banco Central que vendría a ser la más creíble, que dice que la inversión privada va a crecer 0%, pero claro, el presidente Julio Velarde dejó entrever que por otro lado están las expectativas de inversión que se habían desplomado casi 20 puntos respecto a un terreno de negativo que ya existía. Ese 0% tiene sesgo a la baja, pero lo mantenían porque dentro de todo el BCR esperaba que los mensajes y las señales se fueran a recomponer en distintos eventos como con el viaje al extranjero. Con esto y en las circunstancias actuales, ningún inversionista importante está dispuesto a poner un sol más; más allá de las inversiones que están en marcha o en las que hay un costo hundido. Nadie va a poner un dólar más o un sol más si hay un mínimo de amenaza a los derechos de propiedad de la inversión privada. Al final el mensaje del ‘premier’ es anticonstitucional y antidemocrático.

Para poder concretar una nacionalización, además, la Constitución establece que esto debe ser aprobado por el Congreso y no depende solo de la voluntad del gobierno.

El problema es el juego con las expectativas. La actitud expresada marca mucho lo que puedan significar las intenciones que tiene el Ejecutivo dentro del espacio que tiene la Constitución, más allá de que al final lo que Bellido indicó en su Twitter no pueda ser realizado tal cual. Las inversiones no van a esperar. Cuando alguien invierte lo hace para recuperar inversiones grandes, ya sea en capitales, activos fijos, ampliación de plantas, etc.; son inversiones que se recuperan a tres, cinco o 10 años. Si alguien te está diciendo que quieren esa inversión pero al mismo tiempo está levantando firmas para una Asamblea Constituyente, y tiene toda la intención de hacerlo con recursos movilizados en las provincias para ganar la mayor cantidad de votos, los inversionistas van a sumar esas diferentes circunstancias que se están presentando y no van a poner en riesgo un capital que podría estar en peligro con un cambio de Constitución o acciones que pueda tomar el Ejecutivo y que tengan éxito en los siguientes años. Cinco años es un montón de tiempo. Además, el tema de Camisea me llama mucho más la atención porque no tiene ningún sentido desde un punto de vista económico.

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¿Sería necesario renegociar para que el Estado obtenga más utilidades?

Estamos hablando de una empresa que deja 65% de sus utilidades en impuestos en regalías. Son contadas con las manos las empresas que puedan dejar 65% de sus utilidades en manos del gobierno. ¿Qué quieren renegociar? No se entiende. Lo único que hace sentido es un tema ideológico, que se quiere simplemente estatizar y realmente no importa si deja 65%, 80% o 90% de las utilidades. Es muy probable que la población no conozca que se deja ese 65% de utilidades. Se estira la figura de que cómo es posible que el pueblo que está al lado del proyecto no tenga gas, pero si se quiere resolver eso el Estado mismo puede invertir, poner su dinero directamente y concretar que del ducto salga gas natural para esos pueblos. Desde el punto de vista económico se está dejando esa cantidad de dinero para concretar ese tipo de inversión. Otro aspecto que no se entiende es que Camisea ha generado ahorros que se estiman que están por encima del 40%, casi 45% del PBI. Estos son ahorros en costos de energía para las empresas y las familias, que si no hubiera gas, hoy estarían quemando petróleo, carbón u otro tipo de combustibles. Creo que hay una manipulación tremenda de la narrativa sobre Camisea, y se estira el argumento de que el pueblo que está al lado de esta zona no tiene gas cuando el Estado es quien debería encargarse de esa acción de forma directa. Un 65% de las utilidades no es para menos, y es un aspecto sobre el cual no se ha incidido lo suficiente frente a la ciudadanía.

El titular del Ministerio de Energía y Minas, Iván Merino, abrió este domingo una cuenta en Twitter solo para referirse a esta controversia. Mencionó que desde su cartera proporcionan un diálogo directo y mantienen su política de puertas abiertas, y remarcó que “se hagan las cosas bien”. ¿Cómo quedan todos estos mensajes y contradicciones de cara a las inversiones que se buscarían atraer?

Es una irresponsabilidad tremenda con los mercados financieros. Quisiera ver a dónde va el dólar hoy. Al día de hoy han salido casi US$14.000 millones del país, que equivalen a cerca del 4% del PBI, que bien se podrían haber utilizado en inversión en el país, generación de empleo, entre otros. Es un montón de plata, un costo de oportunidad que se ha perdido para que el dinero se aparque en otras partes del mundo. Esto simplemente terminará confirmando una mayor inestabilidad, como un incremento en el dólar. Esa es justamente la responsabilidad que debe saber que tiene una persona influyente en las decisiones de la política económica de un país. Una persona de su nivel y su calibre no puede estar saliendo a jugar a las redes sociales y decir cualquier cosa, así se la crea. Tiene que saber las consecuencias que esto tiene en los mercados financieros; es un absurdo, una irresponsabilidad y una imprudencia desde todo punto de vista. Esto realmente pone en cuestión quién es el que está al mando de PCM. Es un tema de prudencia y estas acciones tienen consecuencias en el corto plazo también. Por eso llaman poderosamente la atención este tipo de acciones.

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David Tuesta fue ministro de Economía del Perú.

¿Las expectativas de inversión privada, que ya tienen un sesgo a la baja, podrían caer más de lo que ya estiman diversos analistas?

Estamos en un escenario de bastante incertidumbre. Eso han reflejado las cifras de desplome de las expectativas de manera acelerada en los últimos dos a tres meses, y sobre todo teniendo en cuenta que ya estábamos en una zona pesimista. Eso sesga a la baja cualquier previsión que podamos estar trasladando ahora. Se está pensando que se van a tomar acciones en la política económica y que el pesimismo de las expectativas significará una alerta para el gobierno, y por lo tanto mitigarán o harán un cambio en sus decisiones. En esa línea es que no se prevé una caída drástica, pero lo concreto es que el sesgo a que esto pueda ser peor está ahí. El 0% de inversión privada del BCR creo que todavía no está recogiendo todo lo negativo que podrían ser los efectos si uno se deja llevar por lo que están señalando las empresas y los analistas respecto a las perspectivas para el 2022. Estamos entrando en un proceso de revisiones a la baja de las previsiones y lo único que podría detener esta senda de cambio sería una modificación respecto a los lineamientos que tiene el gobierno hacia futuro en el ámbito económico y político, pero eso está difícil. No parece que ello vaya a suceder.

¿Qué señales faltan?

Si realmente el Gobierno tuviera intenciones de atraer la inversión ya se habría ratificado de forma oficial a Julio Velarde, ya lo tendrían ahí, y se reaccionaría rápidamente a las circunstancias en las que nos encontramos.

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¿Siguen siendo preocupantes las designaciones en diversas entidades del Estado?

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Esas son justamente las señales. Si tienes instituciones clave donde necesitas a funcionarios de primera, lo que estamos observando, más bien, es un desprecio bastante marcado hacia la meritocracia y el profesionalismo. Estos aspectos van sumando a las intenciones que puede tener el gobierno en la toma de decisiones. En Indecopi se entiende que se requiere a un organismo que funcione y que tome decisiones fundamentales para el funcionamiento del mercado. Muchas de las discusiones son de alto nivel. Por eso llama poderosamente la atención que se nombre a personas sin la trayectoria necesaria. No sé cuál va a ser la reacción después de la renuncia de buenos cuadros técnicos, como José Távara. Pero ya tenemos en el gabinete a personas muy cuestionadas y cuando vemos la designación del presidente del Indecopi, en términos relativos “brillaría” esa persona.

“Lo único que podría detener esta senda de cambio (en la inversión privada) sería una modificación respecto a los lineamientos que tiene el gobierno hacia futuro en el ámbito económico y político, pero eso está difícil. No parece que ello vaya a suceder”.

David Tuesta, exministro de Economía y presidente del CPC

¿Ve a un MEF muy optimista en este contexto?

Siempre el MEF o en general una autoridad de gobierno tiene a no ser tan pesimista. Todo indica que podría estar excediéndose en esta posición ahora. El Consejo Fiscal lo dejó apuntado en su último análisis del Marco Macroeconómico Multianual y en las proyecciones del proyecto de presupuesto y endeudamiento para el 2022. Se prevé que la inversión privada crecería 5,5% en el 2022 en este escenario, cuando el histórico de crecimiento de la inversión privada desde el 2016 y 2017 hasta antes de la pandemia estaba al ritmo de 0,7% al año. Si antes de la pandemia esa era la cifra y no estábamos en las circunstancias de expectativas negativas en las que nos encontramos hoy, ¿qué se ha generado para crecer 5,5% en inversión privada el 2022?

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Hay una amplia diferencia entre lo que el MEF y BCR esperan para este indicador.

Pero sobre todo, hay una negación en señalar que vas a crecer 5,5% en inversión privada el 2022 cuando crecías 0,7% antes de la pandemia. No solo hay una brecha entre las instituciones, sino también en las previsiones del MEF con la realidad. Es simplemente negarse a la realidad. Hay un problema serio respecto a lo que se ve hacia futuro.

¿El viaje a EE.UU. podría haber dado una visión distinta al presidente sobre la economía?

Por lo que hemos observado desde la campaña presidencial, el presidente ya viene con sus ideas. Podríamos esperar (un cambio), pero es complicado. Creo que el gobierno también está observando que tiene una enorme capacidad de “apalancamiento” de todo lo bueno que se hizo en el ámbito estructural en la economía peruana. Tienes una economía que comparativamente con otros países tiene el endeudamiento bajo, con lo cual se tiene espacio para salir a los mercados, seguramente con algo más de riesgo, y atrae a inversionistas. Este modelo que tanto se critica le va a terminar dando espacio al gobierno para actuar de forma más populista.

La visión de los empresarios tras reuniones en EE.UU. con el presidente Castillo.

Pero este margen de acción no es eterno.

Eso habría que verlo. Las experiencias a partir de Bolivia pueden estar sirviendo de ejemplo. Cuando Evo Morales llega al poder, hereda un país estabilizado macroeconómicamente hablando, con sus cuentas en orden. Lamentablemente la economía, las noticias o la información en el ámbito económico a veces queda subordinada al impacto que tienen determinadas acciones o discursos políticos. Si nos guiamos por el caso de Bolivia, la narrativa en el corto plazo suele vencer a la frialdad de los números. El riesgo es que justamente este mensaje más de acción, de señales en favor de segmentos de la población que aún pasan situaciones complicadas los últimos años, tiende a tener mayor peso que sobre los números, que seguramente se van a ir deteriorando. Es difícil prever cómo la economía peruana puede generar trabajo con una inversión privada en 0% o menos.

¿La actividad empresarial que se busca que tenga el Estado con más fuerza ahora también genera preocupación?

Por supuesto. En países donde la institucionalidad es mala, la gestión del sector público suele ser catastrófica. El problema son las empresas grandes que empiecen a tener protagonismo sin bases institucionales. Eso también genera bastante desconfianza. Un mayor rol empresarial del Estado podría llegar de la mano de nacionalizaciones como las advertidas, y desde el punto de vista privado eso significa un quiebre de las reglas de juego. Nadie en el sector privado puede estar de acuerdo con esa figura.

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Esta semana el gobierno pedirá al Congreso que le delegue facultades legislativas para legislar en materia tributaria y avanzar con la reforma que el MEF ha anunciado que busca en este ámbito. Aquí se contempla aumentar la carga tributaria al sector minero por los altos precios de los metales, sin afectar la competitividad del sector. ¿Esto podría alinearse con las reformas que se necesitan en el país hace muchos años?

Por ese espacio y con lo que se busca, el país no va a lograr necesariamente competitividad. Veo que el principal objetivo es dar una señal de “justicia” que está incorporada dentro del discurso de Perú Libre, la reivindicación de los recursos naturales que está siempre muy presente dentro de la narrativa de varios movimientos de izquierda de Latinoamérica. No veo que haya una posibilidad de generar mayor competitividad; por el contrario, habría que ver las negociaciones que se llevarán a cabo para ver cómo esto nos deja comparativamente frente a otros países mineros. Creo, por el contrario, que este tipo de reformas nos podría colocar en una posición de competitividad peor. En el mercado laboral por ejemplo las perspectivas de competitividad son peores, si uno ve las señales de quién está dirigiendo la cartera y los cambios normativos que se vienen dando, como la eliminación de la suspensión perfecta.