Choques sociales y ambientales, el lado gris del ‘boom’ del aguacate colombiano

Las comunidades denuncian que varias de las multinacionales que producen aguacate en Quindío han llegado de “una manera sumamente agresiva”.

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Bogotá — Mientras el ‘boom’ del aguacate se abre paso en Colombia, generando oportunidades comerciales y de empleo en las regiones del país, los ambientalistas y las comunidades en departamentos como el Quindío reclaman enfocarse en la producción sostenible al exponer la “parte gris” del negocio.

“El aguacate ha tenido un impacto muy positivo en la canasta exportadora de frutas frescas en los últimos años. Todavía hay espacio y área para cultivar de manera sostenible, y ser más fuertes a nivel internacional”, destacó en una entrevista concedida a Bloomberg Línea la presidenta de la agencia estatal ProColombia, Flavia Santoro.

En 2019, los cultivos colombianos con certificaciones internacionales que avalan buenas prácticas medioambientales y sociales, como Rainforest Alliance, aumentaron 315 %, lo que demuestra que las empresas “son cada vez más conscientes del tema no solo medioambiental sino también social”.

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Santoro considera que un giro hacia producciones más sostenibles le ha abierto la puerta al país a mercados exigentes como el europeo y el de Estados Unidos, al igual que la diversificación de productos como el aceite de aguacate vendido en Corea del Sur o aguacate congelado, que llega a “una gran superficie” como 7-Eleven en Japón.

No obstante, hay otro lado no tan positivo frente al ‘boom’ del negocio, ya que a la vez se “ha generado un desplazamiento de los productores tradicionales de aguacate de sus mercados, debido a la manera en que los diferentes Gobiernos en Colombia han diseñado las políticas de promoción de exportaciones”, advirtió a Bloomberg Línea la doctora en Sociología por la Universidad de Wisconsin-Madison, Ángela Serrano.

La especialista, quien ha dedicado una amplia investigación al respecto, lamenta que “estas políticas han estado dirigidas a productores industrializados que han incursionado en el cultivo del aguacate y han copado mercados nacionales que antes eran atendidos por productores locales”.

Además, “la agricultura industrializada tiene unos efectos ambientales nocivos, debido a que se basa en monocultivos y estos necesitan un uso intensivo de fertilizantes y pesticidas. Estos fertilizantes y pesticidas son producidos a partir de hidrocarburos que generan gases de efecto invernadero y, al ser aplicado, se filtran a las fuentes de agua generando afectaciones ecológicas en las zonas de producción agrícola”.

“En esto se diferencia de la producción campesina y, en general, de la agricultura diversificada a pequeña escala, en la que los productores con mayor frecuencia hacen manejo de plagas y productividad a partir de insumos que ya se encuentran en la finca y, por ende, tienen un menor impacto ambiental”, apuntó.

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El director de la Corporación de productores y exportadores de aguacate Hass de Colombia (CorpoHass), Jorge Enrique Restrepo, señaló a Bloomberg Línea que los productores y exportadores de ese producto están “comprometidos con hacer sostenible cada uno de los procesos” y reconocen “la importancia de proteger los ecosistemas” en los que realizan la siembra de este fruto.

“Corpohass rechaza las malas prácticas agrícolas y ambientales que se generen en el establecimiento y manejo de los cultivos. Por tal razón, busca promover internamente que sean cada vez más los afiliados que se unan a las iniciativas de sostenibilidad propuestas por la corporación”, apuntó.

Corpohass, de la mano de la compañía colombiana Portafolio Verde, líder en consultoría para el desarrollo sostenible, trabajó en la creación del sello de sostenibilidad del sector, que permite evaluar cada una de las acciones de productores y empacadores/exportadores desde tres frentes: el ambiental, el social y el económico, todo bajo una estricta evaluación de 65 criterios.

Director de CorpoHass, Jorge Enrique Restrepo

El caso del Quindío

Ambientalistas consultados por Bloomberg Línea advirtieron sobre la situación que se ha producido en el Quindío, considerado uno de los departamentos más pequeños del país con una superficie de apenas 1.845 kilómetros cuadrados, una extensión comparable al empobrecido Distrito de Aguablanca en Cali.

Sus niveles de pluviosidad y su suelo, rico en minerales al estar cerca a una zona volcánica, hacen de este territorio propenso para las actividades agrícolas, aunque la vez carga con el hecho de ser uno de los ecosistemas “más modificados” y por ende “más vulnerables” desde el punto de vista ecológico y ambiental, explicó a Bloomberg Línea el ambientalista local Néstor Ocampo.

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Lamenta que con un “discurso paradigmático del desarrollo y la generación de empleo” se haya encontrado que “lo más fácil es venderle el territorio a otros para que vengan a hacer dinero” en una zona que “hace 180 años era una selva cerrada” y en donde el pasado 19 de marzo se calculó la mortandad de 100 millones de abejas en lo que iba corrido de año, según denunció.

Las comunidades señalan que varias de las multinacionales que producen aguacate en la región han llegado de “una manera sumamente agresiva”, “acabando con el hábitat de la palma de cera”, “cerrando carreteras públicas”, “comprando miles de hectáreas (1.200 hectáreas en la parte alta de la cuenca hidrográfica)” y “pasando por encima de la gente y las autoridades”.

Esos cultivos de aguacate son intensivos en el uso de abonos y de venenos, de pesticidas de muy diversa índole (…) cuando se establece un cultivo de esos lo primero que hay que hacer es quitar todo lo que haya por allí cerca que eventualmente pueda competir por los nutrientes del suelo con las plantas que están creciendo de aguacate, ahí se va lo poco que queda de la diversidad biológica aquí.

Ambientalista Néstor Ocampo

El mercado local

Según cifras de la FAO, durante 2019 México fue el principal productor mundial de aguacate con un total de 2,3 millones de toneladas (31% del total mundial), seguido por República Dominicana (9%) y Perú (7%).

Entre tanto, Colombia se encuentra en el cuarto lugar en el mundo con una participación del 6 % en la producción global, superando a productores como Brasil, Kenia, Estados Unidos y Chile.

Las oportunidades del país son amplías si se tiene en cuenta que las condiciones permiten que durante los 12 meses de año se pueda cosechar aguacate, mientras que en otros mercados es un producto periódico.

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Colombia, país en la producción totalizó cerca de 638.591 toneladas en 2020, cuenta con un potencial de alrededor de 2,4 millones de hectáreas con aptitud alta y media para el cultivo de este producto.

Entre enero y julio del 2021, el crecimiento de las exportaciones de aguacate colombiano fue del 84 % en dólares (US$146.420.112) y del 55 % en toneladas (63.336), según CorpoHass.

Al corte de julio 2021 las exportaciones ya igualan a las de todo el 2020 en dólares. Es importante resaltar que se han realizado exportaciones a nuevos mercados abiertos como China, Japón y Corea. Para el 2022 esperamos unos crecimientos similares en dólares y volumen”, comentó Jorge Enrique Restrepo.

Por lo anterior Flavia Santoro sostiene que “el fruto y su producción sostenible” es considerado como uno de los pilares de la reactivación económica por su oportunidad de desarrollo, generación de empleo, tecnificación e internacionalización.

Los negocios del aguacate

En el caso colombiano destacan varios casos de éxito alrededor de este negocio. Cartama, por ejemplo, es una empresa antioqueña que realizó el primer envío de la fruta de origen colombiano hacia China, Corea del Sur y Japón de la mano del gigante estadounidense Mister Produce.

Entre tanto, Westfalia es considerado el mayor exportador de aguacate de Colombia y está llevando sus productos a Reino Unido, Francia, Países Bajos, Alemania, España y Argentina, principalmente, aunque están realizando sus primeros despachos hacia Corea del Sur.

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Según información del Ministerio de Agricultura colombiano, Antioquia, Caldas, Tolima y Valle del Cauca son los departamentos con mayores producciones de aguacate. En cuanto a valor exportado por departamentos, Antioquia, Risaralda, Valle del Cauca, Caldas, Cundinamarca y Quindío lideran las ventas internacionales entre enero y abril de 2021.

Actualmente hay 15 departamentos, casi la mitad del país, que están vendiendo aguacate por encima de montos de US$10.000. Y si bien Europa es el principal comprador, el Gobierno prevé que se consolide el posicionamiento del aguacate Hass colombiano en destinos como Japón, Corea del Sur y China, que son mercados que se abrieron recientemente.