Ciudad de México — Cuando comenzó la pandemia de Covid-19 y los mexicanos empezaron a confinarse, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) prometió aumentar la refinación de petróleo para evitar que se malbaratara en el extranjero mientras el precio de la Mezcla Mexicana de Exportación se hundía a su nivel más bajo, en un momento en que llegó a tocar hasta -2,3 dólares por barril.
En los primeros seis meses de 2021, el proceso de crudo en las refinerías de Petróleos Mexicanos (Pemex) aumentó 20% comparada con el mismo periodo del año pasado, pero también produjo menos gasolina y más combustóleo, un residuo petrolero altamente contaminante y con el que pierde dinero.
“Lo que vamos a hacer es destinar la mayor cantidad que podamos a la refinación en México del crudo para no malbaratarlo mientras se mantengan bajos los precios del petróleo”, declaró López Obrador en abril del año pasado.
De julio de 2020 al mismo periodo de este año, la petrolera produjo un promedio mensual de gasolinas de 199.200 barriles diarios, mientras el de combustóleo asciende a 219.300 barriles por día. Un litro de gasolina regular se vende al público por encima de 20 pesos, y el combustóleo se comercializa en 8,2 pesos por litro, de acuerdo con cifras de Pemex.
Incluso cuando el precio de la Mezcla Mexicana de Exportación comenzó a recuperarse, gracias a la reactivación económica con la llegada de múltiples vacunas contra el coronavirus, la petrolera mexicana siguió produciendo más combustóleo.
López Obrador intenta recuperar la capacidad instalada de 1,5 millones de barriles diarios en las seis refinerías de Pemex para lograr una autosuficiencia energética en combustibles líquidos. El mandatario encargó los trabajos a la secretaria de Energía, Rocío Nahle, además de la construcción de una nueva refinería en su estado natal, Tabasco.
El domingo por la mañana, durante una gira por la refinería General Lázaro Cárdenas, ubicada en Minatitlán, Veracruz, AMLO dijo que en lo que va de los tres años de su sexenio se ha destinado una inversión de 32,000 millones de pesos para este motivo.
Los complejos refinadores en México se diseñaron para procesar crudo ligero, pero la producción de Pemex ha caminado hacia el crudo pesado, cuya consecuencia es una mayor producción de combustóleo.
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Los elevados niveles de azufre del residuo petrolero, además de tener un valor inferior al del crudo y por tanto una pérdida para la petrolera más endeudada del mundo, provocan daños al medio ambiente y al sistema respiratorio de los mexicanos.
Desde el sexenio de Enrique Peña Nieto la empresa ha intentado corregir la situación mediante la construcción de una planta coquizadora en la refinería de Tula, pero esta quedó inconclusa.
Nahle dijo una entrevista con Bloomberg News que las refinerías están subiendo la producción de combustóleo porque están aumentando la carga de crudo, pero que “no le preocupaba” porque el gobierno estaba reconfigurando las instalaciones.
Durante mayo de 2021, el CEO de Pemex, Octavio Romero Oropeza, anunció la terminación de la planta coquizadora con una inversión de US$2.640 millones, pero tardará tres años.
Pemex publicará este las cifras petroleras de agosto.