Bloomberg — Todo comenzó con la angustia de los millennials ante un software poco amigable para el usuario.
Mientras enseñaba, medio tiempo en 2008, sobre cómo usar programas de diseño en la universidad de Perth (Australia), Melanie Perkins se sintió frustrada por las torpes herramientas de escritorio que le explicaba a sus alumnos.
“Facebook estaba despegando en ese momento: la gente podía usarlo tan fácilmente y sin embargo, las herramientas de diseño requirieron años de capacitación”, recordó Perkins en una publicación de Medium en 2018. “Quería hacer un software de diseño sencillo, en línea y colaborativo”.
Fue una fórmula exitosa. Una ronda de financiación la semana pasada valoró su empresa de diseño gráfico, Canva, en US$40.000 millones. Eso les dio a Perkins, de 34 años, y a su esposo y cofundador, Cliff Obrecht, de 35 años, una fortuna de US$5.900 millones cada uno, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
La última ronda de financiación convierte a la empresa con sede en Sidney en la quinta mayor startup del mundo, según datos de la empresa de investigación CB Insights, y a Perkins en la mujer que se hizo multimillonaria así misma y más rica de menos de 40 años. Entre los inversores de Canva se encuentran Franklin Templeton y Sequoia Capital Global Equities.
La dirección correcta
Perkins y Obrecht, que se casaron a principios de este año, dijeron en una entrevista esta semana que no van a bajar el ritmo. “Queremos construir una de las empresas más valiosas del mundo”, dijo Perkins, que la CEO. “Nos estamos moviendo en la dirección correcta, pero aún no lo hemos conseguido”.
Los usuarios de Canva han creado más de 7.000 millones de diseños, pero Perkins quiere que se convierta en algo omnipresente. Esto incluye la sustitución de los currículos en PDF por herramientas web con capacidad de respuesta.
Ella y Obrecht poseen al menos el 30% de la empresa, según reveló Perkins en una publicación en Medium que acompañaba la noticia de la valoración de la empresa. Un antiguo empleado de Google, Cameron Adams, también es cofundador, aunque no se ha revelado el tamaño de su participación.
Un portavoz de Canva, Lachlan Andrews, declinó hacer comentarios.
Canva es popular entre blogueros, estudiantes y vendedores que pueden seleccionar plantillas y luego personalizarlas para hacer logotipos, currículos, folletos o incluso diseños de camisetas. Sus herramientas son utilizadas por más de 10 millones de estudiantes y profesores, así como por empresas como American Airlines Group Inc, Zoom Video Communications Inc, SkyScanner, Intel Corp, Salesforce.com Inc, PayPal Holdings Inc y Marriott International Inc, según Perkins. Canva dice que está en camino de superar los US$1.000 millones de ingresos anuales a finales de año.
Multimillonarios de la tecnología
La nueva fortuna de la pareja los convierte en el noveno y décimo lugar entre las personas más ricas de Australia, según el índice de Bloomberg. Si bien las fortunas del país han estado vinculadas durante mucho tiempo a las industrias de productos básicos, Perkins y Obrecht se unen a un grupo encabezado por sus compañeros fundadores de tecnología Mike Cannon-Brookes y Scott Farquhar, de la empresa de desarrollo de software Atlassian.
Perkins también se convierte en la segunda mujer más rica de Australia después de Gina Rinehart, de 67 años, que tiene un patrimonio neto de US$17.900 millones derivados en gran parte de un negocio de mineral de hierro.
En su última publicación en Medium, Perkins prometió que ella y Obrecht donarían la mayor parte de su patrimonio en Canva. La pareja planea dirigir sus donaciones a través de la Fundación Canva y anunció un programa con la organización sin ánimo de lucro GiveDirectly que distribuirá US$10 millones a los pobres del sur de África.
“Se ha sentido raro cuando la gente se refiere a nosotros como multimillonarios, ya que nunca se ha sentido como nuestro dinero”, dijo Perkins en un comunicado. “Siempre hemos sentido que somos puramente custodios de él. Hace tiempo que nuestra intención es regalar la riqueza”
Con la asistencia de Tom Maloney y Andrew Heathcote.