Bloomberg — La Asociación Británica de Bebidas Refrescantes dijo que a los fabricantes les quedan “sólo unos días” de dióxido de carbono (CO2) en reserva para producir bebidas y no pueden importar suministros de la Unión Europea debido al Brexit.
En la última señal de cómo una escasez generalizada de CO2 está causando ondas de choque en el sector de alimentos y bebidas de Gran Bretaña, la mayoría de los proveedores de dióxido de carbono no están programando las entregas con más de 24 horas de antelación, lo que significa que los fabricantes no tienen visibilidad de los niveles de existencia ni de cuando recibirán su próximo lote, dijo el grupo comercial en un comunicado el lunes.
Reino Unido tampoco puede confiar en las importaciones procedentes de Europa, ya que la planta holandesa de la que se abastece de CO2 está dando prioridad a los clientes de la UE y la planta noruega cerrará en breve por motivos de mantenimiento durante dos semanas, según el grupo.
Los suministros de CO2 se han visto afectados en Gran Bretaña después de que el fabricante de fertilizantes CF Industries Holdings Inc. respondiera la semana pasada al aumento de los precios del gas natural cerrando plantas del Reino Unido que producen dióxido de carbono como subproducto. Su rival Yara International ASA también está reduciendo su capacidad en Europa.
La repercusión en el sector de la alimentación y las bebidas ha sido repentina y dramática, ya que el gas se utiliza de diversas maneras, desde el aturdimiento de cerdos y pollos para el sacrificio hasta prolongar la vida útil de los productos y producir bebidas carbonatadas.
La escasez está agravando una cadena de suministro de alimentos de Reino Unido que ya está luchando por mantener los estantes abastecidos debido a la falta de trabajadores de almacén y conductores de camiones como resultado del Brexit y la pandemia.
La advertencia de la asociación comercial se produce unas horas después de que AG Barr Plc, que produce bebidas carbonatadas, incluida la escocesa Irn-Bru, advirtiera que su producción podría verse afectada si la situación empeora en toda Europa. El periódico Scotsman había informado anteriormente que el suministro de la bebida de color naranja estaba en riesgo.
Reino Unido ya se vio afectado por la escasez de dióxido de carbono en 2018, cuando los operadores cerraron las instalaciones de producción para realizar tareas de mantenimiento. Esta vez es diferente, dijo la Asociación Británica de Bebidas Refrescantes, con dos de las plantas de fertilizantes más grandes que suministran dióxido de carbono que cesan sus operaciones de manera indefinida.