Sector textil colombiano, de los años dorados al declive que expuso la pandemia

Del total de la cuota de mercado en Colombia, un 40 % corresponde a productos importados y cerca del 28 % al mercado nacional.

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Bogotá — La suspensión de las actividades productivas durante 2021 de la emblemática compañía textil Coltejer, fundada en 1907 y que hoy es controlada por el grupo mexicano Kaltex, expuso el declive que vive la industria local que se profundizó durante la pandemia.

El impacto del contrabando, la altísima importación de textiles de Asia y África, así como el golpe de la pandemia en las finanzas de las empresas muestran la cruda realidad de un sector que ayudó a construir la historia del país.

Solo entre enero y junio de 2021 se reportaron aprehensiones por más de $51.305 millones en mercancías que ingresaron al país de manera ilegal, según cifras oficiales.

Coltejer es un ícono de la grandeza que alguna vez construyó el país en el sector textil y de confección con mano de obra colombiana, pero que ahora está perdiendo el pulso contra los productos importados y de contrabando.

“Hoy Coltejer atraviesa una situación de reestructuración de su modelo de negocio, algo que sucede con las compañías cuando llegan a un estado de madurez, a un estado estacionario y por eso debe ajustar su estrategia, debe reestructura ese negocio, orientándose a las necesidades y los retos que hoy está presentando el mercado”, manifestó el especialista en investigación económica de Inexmoda, Juan Fernando Loaiza.

Otro de los referentes de la industria es Fabricato, que el año pasado cumplió un siglo de historia, pero a la vez tuvo una caída del 24,3 % en su producción real, una baja de más del 18 % en sus ventas y del 24,8 % de los empleos, según cifras compartidas a Bloomberg Línea por la Cámara Colombiana de la Confección y Afines.

“Esto nos da una leve radiografía de la difícil situación que vive la industria textil y de las confecciones, que fue el que más aportó a la pérdida de empleos durante la pandemia del sector manufacturero”, agregó el presidente de la Cámara, Camilo Rodríguez.

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El sector textil y de confecciones es el primer generador de empleo en la industria nacional y representa el 9% del PIB manufacturero (al primer trimestre del 2021). A la vez, destaca porque sus eslabones tocan a diferentes sectores de la economía, pasando desde el agro hasta la comercialización.

En la siembra y el cultivo de algodón, por ejemplo, Colombia tuvo cerca de 398.000 hectáreas y hoy “lastimosamente no alcanzamos ni siquiera las 9.000”, afirmó Rodríguez.

Entre tanto, las tradicionales hilanderías generan alrededor de 2.000 empleos y esta mano de obra abastece a las tejedurías, que son las que toman estos hilos para producir las telas. El otro eslabón es el de la confección, que es en el que está concentrado más del 80 % del empleo del sector y es el que recoge gran parte de ese valor agregado.

Según el Registro Único Empresarial y Social (Rues), Colombia tiene 35.111 empresas de confecciones, 215 de hilados y 7.294 de textiles. La gran mayoría son micro, pequeños y medianos negocios que son el motor que impulsa este sector industrial (componen el 99,7 %), el principal empleador de mujeres dentro del sector manufacturero.

“Desindustrialización” del país

El presidente de la Cámara Colombiana de la Confección y Afines analiza que parte de la crisis que viven las empresas más emblemáticas y el sector en general es la “desindustrialización” de ese tejido empresarial que llevó a Colombia a ser “potencia”.

“La situación que vive el sector es prácticamente por la falta de políticas industriales en favor no solo de las industrias nacionales sino en pro de los empleos en Colombia”, señaló el ejecutivo.

Desde el Gobierno nacional consideramos que el sector cuenta con una gran oportunidad, en el marco de la reactivación económica del país, para fortalecer sus procesos productivos, capital humano y su inserción en mercados externos.

Ministerio de Comercio, Industria y Turismo

En 2020 se exportaron US$629 millones (que corresponden al 4,3 % de las exportaciones no minero energéticas) y se importaron US$238 millones en la industria.

El principal destino de las exportaciones es Estados Unidos, a donde se dirige el 38 % del total. Los principales productos exportados son los pantalones (15 %), tejidos de filamentos sintéticos (13 %), ropa interior (10 %), fajas (9 %), tejido de punto (7 %) y tapabocas (5 %).

Se calcula que, del total de la cuota de mercado en Colombia, un 40 % de las ventas corresponde a productos importados, cerca del 28 % al mercado nacional y el resto a contrabando tanto técnico como abierto.

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Uno de los factores que más preocupa es el golpe que recibe el segmento de confección de prendas de vestir, ya que del 100 % de los empleos que se generan en el sector manufacturero para mujeres, el 71,8 % corresponde a esa área.

Cuando importamos una prenda, en últimas lo que estamos importando son minutos de mano de obra que se dejan de producir en nuestro país y se generan en otras latitudes, cuando esto pasa hay una fractura del círculo virtuoso de la economía y ahí es donde el Gobierno nacional no ha logrado conectarse y comprender que para dinamizar la economía tenemos que generar las condiciones para que las empresas y para que el país generen empleo.

Presidente de la Cámara Colombiana de la Confección y Afines, Camilo Rodríguez


A propósito, Camilo Rodríguez afirmó que “cuando hay empleo, hay poder adquisitivo, y cuando hay poder adquisitivo hay capacidad de consumo, y eso no solamente va a tener un efecto positivo sobre el sector de las confecciones, sino que esto irriga a otros sectores productivos”.

Consultado por Bloomberg Línea, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo señaló que para “garantizar un entorno competitivo y equitativo”, el Gobierno expidió el Decreto 414 a través del cual estableció el arancel máximo consolidado del 40 % para las importaciones de confecciones que ingresen al país por un valor igual o inferior a US$10 por kilo.

“En el caso de que las importaciones de confecciones ingresen con valores superiores, se definió el arancel mixto del 15 % ad valorem más US$1,5 por kilo. Con este decreto el arancel aumenta de 15 % a 22,3% en promedio y ubica a Colombia con uno similar al de México”, apuntó.

Según el Ministerio, “las importaciones no son malas por sí mismas; estas permiten ingresar al país bienes y materias primas que no se producen en Colombia y que son necesarias para la transformación de productos para la exportación, así como también para suplir la demanda interna”.

Visión de la industria

Varios de los empresarios de la industria local han construido su historia en este negocio con el precedente de lo que significaron los grandes jugadores como Coltejer, según lo recordó en una reciente entrevista con Bloomberg Línea el fundador de Cueros Vélez, Juan Raúl Vélez.

“Medellín por ahí hace treinta años era muy, muy grande en maquiladoras para exportación, en ese tiempo casi todas las prendas llevaban correa, y yo les hacía las correas a todos estos clientes, estaba ahí Coltejer, Fabricato, una cantidad de textileras que tenían a su vez la parte de confección”, relató.

Por su parte, el gerente general comercial de telas Patprimo, Guillermo Elías Criado, recordó en una entrevista que cuando tenía 18 años trabajó en Coltejer y en esa época había unos 16.000 trabajadores. Al cierre de 2020, Coltejer reportó que tenía 815 empleados, inferiores a los 1.078 de 2019, de los cuales siete eran practicantes.

“El cierre del Coltejer tiene que ver con la crisis del sector y esta pandemia sirvió para ver lo mejor y lo peor de cómo funcionaban las cosas dentro de las empresas. El sector textil confección ofrece un camino de crecimiento en el empleo y el bienestar de los empleados. Da trabajo a más de 1.650.000 personas y el 75 % son mujeres madres cabeza de familia, de manera que no es un sector para despreciar y para dejar de un lado”, comentó el empresario.

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“Mano de obra de hambre”

Guillermo Elías Criado comentó que “el contrabando sigue haciéndole daño al sector textil confección y al empleo nacional, con una participación altísima”. A lo que se suma una importación “desmedida” de países como China, Vietnam, Sri Lanka, Bangladés, India, entre otros, que “exportan mano de obra de hambre para solucionar sus problemas de desempleo”.

En Colombia, en cambio, analizó que las empresas locales “no solo sobreviven, sino que se destacan porque hay muy buena calidad, talento, diseño y buenas telas”, factores que hacen que el país se mantenga “con una perspectiva fuerte y de crecimiento económico”.

“Colombia no tiene el prestigio de las marcas europeas o importadores, ni tampoco tiene el costo país de los mercados asiáticos ni africanos, pero tiene buen diseño, confeccionamos local”, destacó.

La reactivación del sistema moda

El especialista en investigación económica de Inexmoda, Juan Fernando Loaiza, dijo que la reactivación económica del sistema moda se ha acelerado y señaló que el gasto acumulado de enero a agosto ya asciende a $17,9 billones, un 28 % más que en el mismo período de 2020 y un 5 % más que en el de 2019.

El experto analizó que si se continúa con este dinamismo en la recuperación, el tamaño de ese mercado ascendería en 2021 a $27,7 billones, un 21 % más respecto a 2020, luego de una caída de 45 % en abril del año pasado.

“Esto ha sido posible gracias al trabajo conjunto de los diferentes actores del sistema moda, empresas textiles y de confección, marcas de productos terminados, dinamizadores de la industria como Inexmoda, universidades, Gobierno y por su puesto el retorno de la confianza de los consumidores colombianos”, apuntó el especialista del instituto privado sin ánimo de lucro.

Juan Fernando Loaiza considera que la reactivación del sector tiene que ver con la recuperación de la confianza de los consumidores y del sector industrial, así como el “gasto revancha” después de que los hogares vieron rebajados sus gastos en moda, los días sin IVA, el adelanto de la prima del sector público y el aprovechamiento de las temporadas especiales.

Propuestas de los empresarios

El Gobierno colombiano dijo que para responder a las peticiones sobre la solicitud de bajar el arancel de los hilados, “ha hecho una revisión técnica y se presentará próximamente ante el Comité Triple A (Asuntos Arancelarios, Aduaneros y de Comercio Exterior) una propuesta de reducción arancelaria de aquellos hilados que no se produzcan en el país y que sean necesarios también para la industria de textiles y confecciones”.

“El segundo tema en el que trabajamos es en la revisión de las descripciones mínimas de las confecciones que hacen parte de los capítulos 61 y 62 del arancel de aduanas (...). En tercer lugar, continuaremos revisando si la medida adoptada en relación con los umbrales aduaneros está cumpliendo el objetivo deseado”, apuntó el Ministerio de Comercio.

Finalmente, reafirmó que “conoce las dificultades por las que atraviesa el sector y es por ello que, en el marco de dicha agenda, ha llevado a cabo más de 84.000 intervenciones tanto de carácter financiero como no financiero en empresas del sector”.