México — El Pentágono se retractó por un ataque con drones que mató a civiles en Afganistán el mes pasado, señalando que una revisión reveló que sólo murieron civiles en el ataque, y no un extremista del Estado Islámico como se creyó en un principio.
“El ataque fue un trágico error”, dijo Frank McKenzie, general de la Infantería de Marina y jefe del Comando Central de Estados Unidos, durante una conferencia en el Pentágono.
“Ahora estoy convencido de que hasta 10 civiles, incluidos siete niños, murieron trágicamente en ese ataque”, declaró McKenzie, quien dirigió la invesgitación. “Además, ahora evaluamos que es poco probable que el vehículo y los que murieron estuvieran asociados con ISIS-K, o una amenaza directa para las fuerzas estadounidenses”, agregó, refiriéndose a la filial del grupo Estado Islámico en Afganistán.
El general de la Infantería de Marina ofreció sus “más profundas condolencias” y “disculpas” por este error. “Soy totalmente responsable de este ataque”.
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El ataque estadounidense tenía como objetivo desestabilizar a ISIS, organización terrorista a la que se le atribuyó el atentando que dejó más de 80 muertes cerca del aeropuerto de Kabul.
“Han perdido algo de capacidad para planificar y llevar a cabo misiones”, dijo en su momento el portavoz del Pentágono, John Kirby. El ejército estadounidense informó inicialmente de la muerte de un planificador del ISIS-K. Kirby dijo que una evaluación posterior determinó que el ataque estadounidense alcanzó otros dos objetivos.
El presidente Joe Biden se comprometió a perseguir a los atacantes, diciendo que “no perdonaremos, no olvidaremos, los perseguiremos y vamos a hacer que paguen.”
Cuando periodistas le preguntaron a la secretaria de Prensa de la Casa Blanca Jen Psaki si el presidente ordenaría una misión para matar a los responsables del atentado, la funcionaria dijo: “No quiere que sigan viviendo en la Tierra”.
El 30 de agoto, Estados Unidos completó su retirada de Afganistán, poniendo fin a la guerra más larga de la nación norteamericana.
Así, se cerró un capítulo de la historia militar que probablemente será recordado por los colosales fracasos, las promesas incumplidas y una frenética salida final que costó la vida a más de 180 afganos y a 13 militares estadounidenses, algunos de ellos apenas mayores que la guerra, de acuerdo con AP.