Bloomberg — La mayoría de los ciudadanos de Norteamérica, Europa y Asia no confían demasiado en que la comunidad internacional tenga éxito en la lucha contra el cambio climático, pero están dispuestos a hacer cambios en sus propias vidas para frenar el calentamiento global.
Hasta el 80% de los ciudadanos de 17 economías desarrolladas, entre las que se encuentran EE.UU., Reino Unido, Alemania, Singapur y Corea del Sur, están dispuestos a hacer entre algunos y muchos cambios en la forma en que viven y trabajan, según una encuesta del Centro de Investigación Pew.
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Por el contrario, el 52% dijo que no confía demasiado, o no confía en absoluto, en que los países sean capaces de hacer frente a los efectos del cambio climático. Los encuestados consideran buena la respuesta de la Unión Europea y de las Naciones Unidas a la crisis, mientras que EE.UU. y China obtuvieron malas calificaciones.
El informe se publicó a menos de dos meses de que líderes mundiales se reúnan en Glasgow para las conversaciones auspiciadas por la ONU, conocidas como COP26. Se espera que los países presenten medidas más ambiciosas para reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de detener el calentamiento global de su trayectoria actual, que aumentaría la temperatura global en 3 grados centígrados desde niveles preindustriales para finales de siglo.
Los ciudadanos están más preocupados por que el cambio climático les afecte personalmente que en 2015, cuando la comunidad mundial firmó el Acuerdo de París para tomar medidas para mantener el calentamiento global por debajo de 2 °C y cerca de 1,5 °C.
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De los países encuestados, los alemanes son los que más han aumentado sus niveles de preocupación. El número de encuestados que dijeron estar “muy preocupados” porque el cambio climático los perjudique personalmente en algún momento de su vida aumentó 19 puntos porcentuales desde 2015. La encuesta se realizó entre el 1 de febrero y el 26 de mayo, antes de las devastadoras inundaciones que dejaron más de 240 muertos en el oeste del país.
La mayoría de los ciudadanos dijeron estar “algo” o “muy” preocupados por cómo afectaría el calentamiento global a sus vidas, incluso en países que históricamente no han liderado la acción climática. Sólo en Suecia el 56% de los encuestados dijo estar “nada” o “no demasiado” preocupado por el cambio climático. En Japón, la cantidad de personas “muy preocupadas” cayó 8 puntos porcentuales desde 2015.
Los jóvenes son más propensos a estar preocupados por el cambio climático que sus contrapartes mayores, con brechas tan grandes como el 40% en Suecia y el 31% en Nueva Zelanda. Del mismo modo, las mujeres están más preocupadas que los hombres de que el calentamiento global las perjudique personalmente.
La encuesta, realizada mediante entrevistas telefónicas a 18.850 personas, mostró que los ciudadanos tienen opiniones encontradas sobre el impacto económico de las medidas adoptadas para luchar contra el cambio climático. Una mediana del 31% en los 17 países encuestados dijo que estas acciones serán buenas para la economía, el 24% pensó que la perjudicarían en su mayor parte y el 39% dijo que no tendrían ningún impacto económico.