Grado de inversión en Colombia, ¿es posible recuperarlo en menos de 10 años?

A 2032 la deuda del Gobierno estaría en 61%. Expertos creen que para que Colombia aspire a recuperar el grado, la cifra debería rondar el 55% o menos.

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Bogotá — En julio de este año Colombia perdió oficialmente el grado de inversión pues dos calificadoras le bajaron la nota al país de BBB a BB. En la escala de las calificadoras los países son grado de inversión si sus notas están entre A y BBB.

La última vez que el país perdió el grado fue en la crisis de 1999 y lo recuperó hasta 2011. Sin embargo, vale decir que en esa época las circunstancias de la pérdida fueron distintas a las actuales, en ese momento, los bancos fueron uno de los protagonistas de la crisis haciendo que la recuperación fuera más difícil. Actualmente la pérdida se impulsó por el deterioro en las cuentas fiscales a raíz de la crisis del coronavirus y el mayor gasto que ello implicó.

Sin embargo, según dijo Standard & Poor’s cuando el país perdió el grado, Colombia debe avanzar en ajustes fiscales más estructurales y las probabilidades de hacerlos son bajas en el corto plazo. En otras palabras mencionó que ello representa que el país tiene menor posibilidad de mejorar su posición fiscal pronto.

Con base en el contexto anterior, la pregunta es si esta vez el país podría recuperar el grado en menos de 10 años. Para esto, hay que tener en cuenta una serie de aspectos, incluidas las previsiones de deuda y déficit que el Ministerio de Hacienda hizo para los próximos años que muestran que hacia 2032 el país todavía no lograría niveles en los indicadores en mención que los países grado de inversión mantienen actualmente.

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En 2019, previo a la crisis y a la pérdida del grado de inversión, la deuda neta del Gobierno Nacional Central (GNC) era del 48,3% del PIB y su déficit del 2,5%. Dichos indicadores subieron al 60,4% del PIB y el déficit llegó al 7,8% en 2020 cifra permitida tras la suspensión de la regla fiscal. Para 2021 en el Mfmp se proyecta una deuda del 65,1% y un déficit de 8,6%. A 2032 esas cifras serían 61% y 2,6%, respectivamente.

Vale agregar que en la nueva regla fiscal, aprobada con la nueva reforma tributaria, ya no solo se estipulará una meta de déficit fiscal sino que esta se acompañará con una de deuda en miras de estabilizar las finanzas públicas. En esta se establece un ancla de deuda del 55% del PIB y un tope del 71% del PIB.

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¿Logrará el país recuperar el grado de inversión pronto?

Expertos consultados por Bloomberg Línea exponen que para que el país logre avanzar en su camino de recuperación del grado de inversión la deuda debería converger hacia niveles del 55% o menos, meta que aún estaría lejana de cumplirse.

José Ignacio López, jefe de investigaciones económicas de Corficolombiana, expuso que aunque la pandemia hizo que la deuda aumentara en los países, la senda de los soberanos grado de inversión está gravitando más hacia niveles de 50% de deuda neta.

López añadió que en los escenarios que están estimando desde Corficolombiana la deuda del país no estaría convergiendo hacia niveles de 55% en el mediano plazo, “sino que estaríamos más hacia los niveles del 60%. Por eso creemos que en el mediano plazo desafortunadamente un escenario de recuperación del grado de inversión no es tan viable a menos de que veamos un crecimiento muy vigoroso de la economía que ayude a recuperar niveles de deuda menor”.

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Según estimaciones del Marco Fiscal de Mediano Plazo, para cumplir las metas de la nueva regla fiscal de tener una deuda neta del GNC de 58,6% y un balance primario neto estructural del orden del 1% se requiere hacer un ajuste fiscal adicional desde 2023 del orden del 0,6% del PIB (alrededor de $6 billones), pese a la nueva tributaria aprobada que busca recursos por más de $15 billones desde ese año.

En línea con lo anterior Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, explicó que incluso el país podría requerir un ajuste fiscal mucho más amplio. Todo ello dependerá de cuánto termine recaudando la reforma recién aprobada. Para Mejía las metas del Gobierno son optimistas frente al recaudo que podría traer la estrategia de lucha contra la evasión.

El directivo de Fedesarrollo añadió que “el Gobierno estima que dicha estrategia le podría dar alrededor de 0,3 del PIB por año, pero nosotros creemos que podría dar 0,1 puntos del PIB al año, lo cual implica que en nuestros cálculos el tamaño del ajuste no sería de 0,6% del PIB sino del 0,8% del PIB adicional. Pero de nuevo, eso está sujeto a los avances en término de cumplimiento de metas de reducción de evasión y elusión tributaria de la nueva reforma”.

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Para Mejía, entre más rápido se logre reducir la deuda hacia el 55% del PIB o menos, “más pronto recuperaremos el grado de inversión”.

En línea con lo expuesto hasta ahora opina Juan Pablo Espinosa, director de investigaciones económicas de Bancolombia. Para el experto, llegar a niveles del 55% de deuda sería para Colombia un logro importante de la política fiscal en los próximos años y una consecuencia de eso sería aspirar a una calificación superior a la que tiene hoy en día.

Pero Espinosa enfatiza en que la deuda no solo se logrará reducir con mayores ajustes fiscales vía nuevos ingresos tributarios y reducción de gastos, sino que aquí el crecimiento económico del país será clave para impulsar la sostenibilidad fiscal del país en los próximos años.

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¿Es urgente recuperar el grado de inversión?

López, de Corficolombiana, expone que recuperar el grado de inversión no es un objetivo importante per se, pese a que es relevante. Dice que se debe trabajar primero “en tener una institucionalidad fiscal que nos asegure que no vamos a tener discusiones tributarias continuamente, que entorpecen el desempeño del sector privado, y un mejor crecimiento de la economía”.

Por su parte Espinosa, de Bancolombia, aseguró que “es importante tener en cuenta que el grado más que un objetivo debe ser una consecuencia de que el país haga bien las cosas en materia macroeconómica con sus finanzas ordenadas y una deuda sostenible. Todo eso combinado lleva a que los inversionistas tengan confianza en el país”.

Por último Mejía, de Fedesarrollo, comentó que no tener el grado de inversión implica que “las tasas de interés del país y los demás agentes también aumentan, eso hace más caro el costo de capital, disminuye la inversión y hace más difícil el financiamiento de nuestras cuentas externas. Todo eso es importante corregirlo, no vamos a recuperar el grado de inversión de forma inmediata, pero hay que trabajar para hacerlo, para consolidar las finanzas públicas”.