Bloomberg Opinión — La búsqueda de legitimidad de la criptomoneda acaba de dar un gran paso atrás, pero también un paso adelante.
La moneda digital jugó el lunes un papel protagónico en un importante engaño que involucró a Walmart Inc. Un comunicado de prensa publicado a través de GlobeNewswire pretendía anunciar una asociación entre Walmart y Litecoin (una criptomoneda menos conocida que el bitcoin) mediante la cual la mayor minorista del mundo empezaría a aceptar la moneda digital como pago en sus plataformas de comercio electrónico. Esto resultó ser falso y Walmart desmintió rápidamente la declaración. La Fundación Litecoin también confirmó que no se estaba asociando con la cadena minorista. Los detalles de cómo y por qué se publicó este comunicado aún están por determinarse. En cualquier caso, el incidente no hará más que aumentar la percepción de que la criptomoneda es, en el mejor de los casos, un juego para los inversores y, en el peor, un foco de corrupción.
Las acciones de Walmart subieron menos de un 1% cuando se conoció el falso comunicado de prensa. Litecoin, sin embargo, se disparó hasta un 33%. Para que la estafa resultara rentable, los autores probablemente habrían tenido que apostar por Litecoin u otra criptomoneda, algunas de las cuales subieron por simpatía. En resumen, las monedas digitales no son todavía un método práctico de pago por el papel higiénico, los cereales u otros artículos domésticos que se pueden comprar en Walmart. Pero pueden ser una herramienta útil para los delincuentes.
Las criptomonedas siguen siendo una especie de “Salvaje Oeste” en los mercados financieros. La falta de una regulación centralizada y coordinada es uno de los puntos teóricos de venta, pero esto también hace que el mercado sea especialmente propenso a violentas oscilaciones de precios, y hace que la actividad fraudulenta sea significativamente más difícil de rastrear que los esquemas similares en los valores financieros establecidos. La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, así como los principales legisladores, han llamado cada vez más a una mayor supervisión de las criptomonedas. El incidente de Walmart les ha dado justo una razón más.
Las principales organizaciones de noticias financieras, incluyendo a CNBC, Bloomberg News y Reuters, publicaron titulares sobre la supuesta asociación Walmart-Litecoin pocos minutos después de que el comunicado de prensa fraudulento se divulgara. Esto fue un puñazo para los medios de comunicación y una lección para que todos estén más atentos cuando se trata de monedas digitales. En retrospectiva, el comunicado de prensa contenía algunas pistas obvias. Para empezar, Litecoin sería una elección extraña para una gran minorista. Creada en 2011, la criptomoneda carece de la liquidez y los fundamentos técnicos de algunas de sus compañeras más conocidas. Según CoinMarketCap, Litecoin sólo tiene US$12.000 millones en circulación, lo que la convierte en la decimoquinta criptomoneda más grande. En comparación, bitcoin, el líder del mercado, tiene un valor total de mercado de unos US$800.000 millones.
Pero, por otro lado, estas organizaciones de noticias no están formadas por neófitos. Tenía que haber habido al menos una pizca de plausibilidad en la idea de que una gran minorista podría comenzar a aceptar criptomonedas como forma de pago para que los periodistas estuvieran dispuestos a presionar el botón de enviar.
Por ejemplo, no creo que un falso comunicado de prensa anunciando que Walmart iba a comprar Amazon.com Inc. -una empresa con un valor de mercado más de cuatro veces superior al suyo- hubiera tenido la misma aceptación o hubiera causado la misma conmoción.
De hecho, Walmart ha expresado cierto interés en las criptomonedas; justo el mes pasado, la empresa publicó un anuncio de empleo en el que buscaba un experto para desarrollar una estrategia de blockchain. Amazon ha dicho que está explorando cómo sería el uso de criptomonedas para los compradores en su extenso imperio de comercio electrónico, sin ningún plan inmediato o específico para aceptar las alternativas digitales como pago. Tesla Inc. planeó brevemente aceptar bitcoin como pago por sus coches, pero luego dio marcha atrás, citando la preocupación por el impacto que la minería de monedas digitales tiene en el medio ambiente.
Las monedas digitales tienen un largo camino que recorrer antes de que se conviertan en parte de la vida cotidiana. Aparte de las preocupaciones por la corrupción y el fraude, no está nada claro que las criptomonedas vayan a dejar atrás su imagen de dinero del juego de Monopolio y se adopten de forma masiva. El Salvador abrió un nuevo camino al lanzar bitcoin como moneda de curso legal en el país, pero el debut se vio empañado por fallas técnicas, manifestaciones públicas y preocupaciones sobre la supervisión de los malos actores en un país con un historial de corrupción, como han documentado Lionel Laurent y Aaron Brown de Bloomberg Opinion.
Sin embargo, nos guste o no, la criptografía (y todo lo que conlleva) está aquí y no va a desaparecer pronto. Comprador, y lector, tenga cuidado.