Bloomberg — En el árido paisaje de Islandia, una nueva estructura en forma de contenedor se ha levantado junto con columnas de vapor cerca de la planta de energía geotérmica de Hellisheidi. Su trabajo es revertir parte del daño que las emisiones de dióxido de carbono están causando al planeta.
La instalación, llamada Orca y construida por la startup suiza Climeworks AG, absorberá el CO₂ del aire. La startup islandesa Carbfix lo bombeará a las profundidades del suelo, convirtiéndolo en piedra para siempre. De las 16 instalaciones que Climeworks ha construido en toda Europa, Orca es la única que se deshace permanentemente del CO₂ en lugar de reciclarlo.
La planta capturará 4.000 toneladas de CO₂ al año, lo que la convierte en la mayor instalación de captura directa de aire del mundo. Pero eso sólo compensa las emisiones anuales de unos 250 habitantes de Estados Unidos. También está muy lejos del objetivo original de Climeworks de capturar el 1% de las emisiones mundiales anuales de CO₂ (más de 300 millones de toneladas) para 2025. Su objetivo es ahora de 500.000 toneladas para el final de la década.
La empresa sigue esperando alcanzar algún día su objetivo de 300 millones de toneladas, “pero el calendario ha cambiado, ya que se necesita más tiempo del que habíamos previsto en un principio para crear toda una industria”, afirma Jan Wurzbacher, uno de los cofundadores de Climeworks. “La demanda de eliminación de carbono en Orca es tan alta que hemos decidido ampliar esta planta y construir otra diez veces mayor en unos tres años”.
La inversión en la captura de carbono está aumentando a medida que las empresas y los gobiernos buscan formas de controlar el calentamiento global, que ya está provocando fenómenos meteorológicos devastadores. Sin embargo, los activistas sostienen que centrarse demasiado en las tecnologías de eliminación de carbono podría distraer la atención de la labor de reducción inmediata de las emisiones.
El principal desafío para Climeworks es reducir el costo de su servicio. Las personas que deseen comprar compensaciones de carbono pueden pagar a la empresa hasta US$1.200 dólares por tonelada de CO₂. Para las compras al por mayor, como las realizadas por Bill Gates, el costo se acerca a los US$600 dólares por tonelada.
Climeworks apunta a reducir ese costo a entre US$200 y US$300 la tonelada para 2030, y a entre US$100 y US$200 para mediados de la próxima década, cuando sus operaciones estén a plena escala, dijo Wurzbacher. Dado que el precio del carbono en Europa es de 62 euros (US$73) la tonelada y muchos apuestan por que pronto superará los US$100 dólares, el extremo más bajo del precio objetivo de Climeworks haría que a los contaminadores les resulte más barato usar Climeworks que pagar la multa.
Los objetivos de Climeworks son razonables si se comparan con los miles de millones de dólares que se pagan anualmente en subvenciones a los vehículos eléctricos, cuyo precio de la tonelada de CO₂ evitada es de alrededor de US$500, dijo Christoph Gebald, el otro cofundador de Climeworks. “Si esto existiera para lo que nosotros hacemos, aumentaríamos mucho más rápido”, dijo.
Orca costó entre US$10 y US$15 millones, incluyendo la construcción, el desarrollo del sitio y el almacenamiento, según Wurzbacher. “El costo por tonelada de Orca es quizá menos importante que lo que vamos a aprender, para llegar más rápido a la gran escala y, en última instancia, reducir los precios”, dijo.
Climeworks está respaldada por un grupo de inversores privados, así como por el banco suizo Zuercher Kantonalbank. También cuenta con compromisos de financiación de deuda del fondo de innovación climática de Microsoft Corp. Aunque todavía no es rentable, la mayor parte de los ingresos de Climeworks proceden de clientes corporativos como Microsoft, Stripe Inc, Shopify Inc y Swiss Re AG. Además, 8.000 clientes privados también se han inscrito. Wurzbacher predice que los suscriptores acabarán aportando la mitad de los ingresos de Climeworks.
La captura y almacenamiento de carbono (CAC por sus siglas en inglés), se divide en dos categorías de tecnologías. Capturar las emisiones de las chimeneas de las fábricas o centrales eléctricas antes de que salgan a la atmósfera es mucho más económico. Con la tecnología actual, el costo puede ser tan bajo como US$40 por tonelada, según BloombergNEF. Esto se debe a que la concentración de CO₂ en esos gases puede llegar al 10%, en lugar del 0,04% del aire.
Climeworks toma la ruta más difícil al filtrar el aire en sí, lo que significa que hay un límite a lo barata que puede llegar a ser su tecnología porque el proceso consume mucha energía.
La planta Orca aspira grandes cantidades de aire con enormes ventiladores, poniendo el aire en contacto con sustancias químicas que pueden eliminar selectivamente el CO₂ mientras liberan nitrógeno, oxígeno y otros gases a la atmósfera. A continuación, los productos químicos ricos en carbono se calientan a unos 100 °C para liberar CO₂ como gas puro.
Carbfix mezcla el gas con agua y lo inyecta en las profundidades de la roca basáltica. El CO₂ disuelto se cristaliza en un mineral en aproximadamente dos años, almacenándolo permanentemente. La energía para todos esos pasos procede de la central geotérmica de Hellisheidi.
No será fácil replicar esa combinación de factores (roca basáltica y energía barata sin carbono) en otro lugar. Es posible almacenar CO₂ en otras formaciones geológicas donde no se convierte en roca, similar a lo que sucede con el petróleo y el gas. Pero el uso de energía sin carbono es clave, de lo contrario, el proceso podría generar más CO₂ del que almacena.
Wurzbacher dijo que la ubicación de la siguiente planta, más grande, se confirmará en unos meses. Islandia sigue siendo “un lugar muy atractivo”, dijo, junto con Omán y Noruega.
Carbfix ve la oportunidad de seguir ampliando su colaboración con Climeworks. “No alcanzaremos nuestros objetivos climáticos sin la captura y el almacenamiento de carbono a gran escala”, afirmó Edda Sif Pind Aradottir, directora general de Carbfix. Sólo Islandia podría almacenar más de 100 veces lo que se necesita a nivel mundial para cumplir el Acuerdo de París, dijo.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, respaldado por las Naciones Unidas, considera que la CAC es una tecnología crucial para ayudar a cumplir los objetivos climáticos. En la mayoría de los escenarios, el mundo tendrá que capturar y enterrar miles de millones de toneladas de CO₂ cada año para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C en relación con el periodo preindustrial, además de reducir drásticamente las emisiones.
Climeworks se fundó más o menos al mismo tiempo que otras dos startups de captura directa de aire. La empresa estadounidense Global Thermostat LLC, que utiliza una tecnología similar a la de Climeworks, abandonó una empresa con Exxon Mobil Corp. para construir una planta que capturara 4.000 toneladas al año, la escala que ha alcanzado ahora Orca. La empresa canadiense Carbon Engineering Ltd. tiene un prototipo que puede capturar unas 300 toneladas al año. Ahora está trabajando con Occidental Petroleum Corp. para construir una planta que pueda capturar 1 millón de toneladas de CO₂ del aire al año.
Las empresas petroleras y de gas, que han utilizado la tecnología de CAC para extraer más petróleo de los yacimientos más antiguos, tienen la experiencia necesaria para ampliar la tecnología rápidamente. Esa es una de las razones por las que las empresas de captura directa de aire se han asociado con ellas, pero Climeworks se ha resistido a ese impulso.
Gebald afirma que para la empresa es importante mantenerse independiente de los intereses estratégicos de las compañías de petróleo y de gas, aunque está abierta a las asociaciones siempre que esa independencia no se vea comprometida.
“De hecho, creo que es una gran ventaja porque muchos clientes nos elogian por ello y nos eligen porque no tenemos esas asociaciones”, dijo Wurzbacher.