Bloomberg — El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, instó a su homólogo chino Xi Jinping a cooperar en cuestiones clave, incluso mientras se enfrentan sobre otros temas, a medida que crece la frustración en su administración por lo que percibe como una falta de seriedad en la interacción de Beijing con funcionarios estadounidenses.
Los líderes de las mayores economías del mundo hablaron por teléfono durante 90 minutos el jueves por la noche, en lo que fue su primera conversación desde febrero. Se produjo en un momento en el que la relación es cada vez más adversa, y un alto funcionario de la administración dijo a periodistas que Biden inició la llamada después de que las reuniones en las que participaron funcionarios de su gabinete y sus homólogos chinos en los últimos meses siguieran siendo infructuosas.
“Los dos líderes mantuvieron un amplio debate estratégico en el que discutieron las áreas en las que nuestros intereses convergen y las áreas en las que nuestros intereses, valores y perspectivas divergen”, dijo la Casa Blanca en una descripción de la conversación. “Acordaron comprometerse en ambos conjuntos de cuestiones de manera abierta y directa”, añadió, diciendo que “discutieron la responsabilidad de ambas naciones para asegurar que la competencia no se convierta en conflicto”.
Estados Unidos ha tratado de separar cuestiones como el cambio climático de otras más polémicas como el comercio, los derechos humanos y la democracia en lugares como Hong Kong, mientras que Pekín las ha relacionado todas. Aunque no parece que la llamada haya cambiado esa dinámica, optimismo por una mejora de las relaciones contribuyó a que el yuan chino alcanzara su cierre más fuerte en casi tres meses.
Xi dijo a Biden que la “política hacia China adoptada por Estados Unidos durante algún tiempo ha causado graves dificultades” en las relaciones, según la televisión estatal China Central. Dijo que China estaba dispuesta a cooperar en cuestiones que van desde la economía mundial hasta el cambio climático, pero que debía hacerse “sobre la base del respeto a las preocupaciones fundamentales de cada uno”.
Xi subrayó que era necesario que los dos países volvieran a llevar las relaciones “por el buen camino”, y dijo que construir buenos lazos no era una cuestión “de múltiple choice” sino una “cuestión obligatoria”. China dijo que las dos partes acordaron que la comunicación regular entre los jefes de Estado es importante para impulsar los lazos, mientras que los funcionarios estadounidenses no se comprometieron a realizar futuros intercambios.
Más tarde, el viernes, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, dijo que Xi subrayó que los funcionarios de ambos países debían tratar de “inyectar una dinámica más positiva en la relación”, reiterando que ésta debía basarse en el respeto de los intereses fundamentales y en la “gestión adecuada de las diferencias”.
El objetivo de Biden era ver si una interacción personal con Xi podía encaminar la relación por una vía más seria y ayudar a avanzar en los temas en los que ambas partes pueden cooperar, dijo el funcionario estadounidense. El tono entre los dos líderes fue familiar y cándido, y Biden aprovechó la oportunidad para explicar la intención detrás de las acciones de Estados Unidos que a veces son malinterpretadas por Pekín como un medio para socavar a China, dijo el funcionario estadounidense después de la llamada.
La Casa Blanca todavía está revisando su política general hacia China, incluyendo cómo proceder con los aproximadamente US$300.000 millones en aranceles que enfrentan las importaciones chinas y un acuerdo comercial que se logró bajo la administración anterior. La revisión podría concluirse y sus resultados desvelarse en un futuro cercano, dijo el funcionario.
El funcionario estadounidense criticó que China vincule los asuntos transnacionales con los bilaterales, manteniendo esencialmente como rehén cualquier progreso en áreas como el cambio climático mientras exige concesiones no relacionadas a cambio.
Eso quedó claro cuando el enviado de Biden para el clima, John Kerry, mantuvo conversaciones con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, la semana pasada. “La cooperación entre China y Estados Unidos en materia de cambio climático no puede separarse del entorno general de las relaciones”, dijo Wang, según el ministerio. “Estados Unidos debería encontrarse con China a mitad de camino y tomar medidas positivas para encaminar las relaciones”.
Desde la última llamada entre Biden y Xi en febrero, los dos países se han enfrentado repetidamente por temas como derechos humanos, ciberseguridad y una investigación sobre los orígenes del Covid-19, en la que China se ha negado a cooperar. Una reunión cara a cara sigue siendo una posibilidad al margen de la reunión del Grupo de los 20 en Roma a finales de octubre, aunque el funcionario dijo que no había planes concretos que anunciar.
Xi no ha confirmado su asistencia a la reunión del G-20, según un funcionario del gobierno y un alto diplomático europeo. El funcionario citó los protocolos de Covid-19 como la razón por la que podría no asistir en persona.
Con asistencia de Lucille Liu y Colum Murphy.
