Buenos Aires — La empresa de consumo masivo P&G acaba de desembolsar $600 millones –US$6,1 millones al dólar oficial mayorista, y US$3,3 millones al dólar blue– para ampliar la producción de una de sus marcas insignias, Gillette. De esta manera, la Argentina se convierte en uno de los pocos países del mundo en tener una planta de máquinas de afeitar de la multinacional norteamericana.
La inversión fue destinada a la planta de P&G en Villa Mercedes (San Luis), donde ya se producía localmente un porcentaje pequeño de los productos desechables de la marca. Tras el anuncio, realizado este martes, se dará inicio a la producción local de Ultragrip 2 y próximamente de Venus Suave, dos líneas que hasta ahora se importaban.
La pandemia trajo cambios en la demanda de los argentinos, afectados por la pérdida de la capacidad de gasto. Puntualmente al inició la pandemia se contrajo el consumo de máquinas de afeitar. Pero desde la compañía dan cuenta la demanda comenzó a repuntar hace unos meses, por momentos a niveles superiores a la prepandemia. “Hoy también proyectamos que ese crecimiento continuará”, dicen desde P&G.
Las máquinas de afeitar desechables representan hoy gran parte del market share de Gillette que ostenta en el rubro de artículos de higiene y cuidado personal.
“Con la sustitución de estas importaciones estamos apostando a la demanda nacional, pero también a la integración de pymes locales a nuestra cadena de valor”, indica Cecilia Bauzá, directora de comunicación de P&G Argentina. Para esta nueva fabricación la empresa se asoció con una pyme cordobesa que colaborará con el desarrollo de maquinarias y equipos para las nuevas líneas de producción, agregó.
De esta manera, el portfolio de Gillette Prestobarba será de producción completamente nacional y abastecerá el mercado interno.
Más inversión
Al mismo tiempo, se invirtió en la modernización de otras líneas de categorías como toallitas, pañales, pelo, jabones para la ropa y detergentes; así como en mejoras en la producción de la planta que P&G tiene en Pilar, donde se produce todo el negocio del cuidado del hogar, con productos tales como detergente Magistral -qué desde la pandemia produce 7x 24 debido a la casi duplicación de la demanda-, jabón líquido para la ropa de las marcas Ariel y Ace y la línea de cuidado del pelo de Pantene.
“Estamos atentos a los cambios y las necesidades de los consumidores. El argentino, particularmente, es muy exigente y muy receptivo a las innovaciones. Por otro lado, valora la calidad de los productos, algo que no resigna”, dice Bauzá. “En base a ello, día a día vamos trabajando en nuevos productos para seguir creciendo y crear una mayor oferta en el mercado local”.
