Bloomberg — En Bloomberg Pursuits nos encanta viajar. Y cuando podamos hacerlo de nuevo, queremos asegurarnos de hacerlo bien. Por eso hablamos con trotamundos de todos nuestros campos de lujo (comida, vino, moda, autos, bienes inmuebles) para conocer sus trucos de alta gama, sus consejos para ahorrar tiempo y sus experiencias fuera de lo común. Estos son los Distinguidos Expertos en el Arte de Viajar.
Max Buesser, un auténtico prodigio del mundo de la relojería, asumió el cargo de director general de Harry Winston Rare Timepieces con sólo 31 años y pasó siete años estableciendo sus credenciales de alta relojería. En 2005, dejó Winston para fundar su propia firma, Maximilian Büesser and Friends (MB&F), donde puede disfrutar de su fantasía creativa sin restricciones.
MB&F, conocida por su implacable innovación en la relojería, lanzará su vigésimo reloj en solo 16 años a fines de 2021. Su más reciente reloj, Orb, de diseño futurista realizado en colaboración con L’Epée 1839, se lanza esta semana durante los Geneva Watch Days en dos ediciones limitadas de 50 piezas.
Buesser divide su tiempo entre la sede de MB&F en Ginebra y Dubái, donde reside su esposa y sus dos hijas de 4 y 8 años. Antes de la pandemia, en un año normal él recorría entre 200.000 y 300.000 millas (482.8032 km), y es leal a Emirates.
“Antes del Covid-19, creo que prestaba servicio directo a unas 16 ciudades (estadounidenses), para mí, la cantidad de vuelos era una de las razones”, dice. “Y siempre llegan a tiempo. Quizás una o dos veces, he tenido un retraso de media hora”.
Su base en Dubái ha demostrado ser conveniente durante el último año, dado que las normas de entrada vigentes a raíz de la pandemia impiden a los europeos entrar directamente a Estados Unidos. “Sin embargo, si vienes desde Dubái, no tienes ningún problema”, explica el empresario, ya que los no ciudadanos y los residentes permanentes que hayan pasado al menos 14 días fuera de Europa pueden entrar legalmente a EE.UU.”
Estos son sus trucos de viaje.
Este pequeño detalle es su forma de conectarse con la familia dondequiera que esté.
Soy un creador y es muy importante para mí, como padre, ayudar a mis hijas a seguir siendo creativas también. Ellas saben que me enorgullece, así que comúnmente me hacen dibujos. A veces, antes de viajar, a veces cuando vuelvo, tendré uno esperando en mi almohada. Así que para fomentar eso, comencé a llevarme uno de esos dibujos y a tomarme una selfie con él delante de donde estuviera: si estoy en Taiwán, pueden ver el Taipei 101, o si estoy en Hong Kong, pueden ver la bahía. Mi esposa dijo que eso las hacía muy felices, así que se convirtió en una especie de ritual. Básicamente significa “Nunca han salido de mi corazón. Siempre están conmigo“. Es como si me estuvieran acompañando un poco.
El legado de la construcción en Dubái ha traído trabajadores de todo el mundo, y con ellos, su comida.
Lo primero que aconsejaría a cualquiera que vaya a Dubái es que reserve un recorrido gastronómico con Frying Pan Adventures. Está dirigido por dos blogueros de comida india que nacieron en Dubái y que han identificado todo tipo de pequeños restaurantes y tiendas de comida en el antiguo Dubái: probarás falafels rellenos en una tienda, o un thali vegetariano en un restaurante de trabajadores indios. El mejor pollo tikka puede estar en otro, y luego te llevarán a comer jalebi a otro restaurante. En cada ocasión, no sólo te llevan a la comida, sino que te cuentan la historia de Dubái a través de ella. No es para nada el Dubái que uno espera.
No siempre es necesario reservar una habitación de hotel, incluso en un viaje de negocios largo.
Jean Claude Biver (ex director general de Tag Heuer) es alguien muy famoso en nuestra industria que acaba de jubilarse. Siempre he planeado cuando voy a Estados Unidos empacar para cuatro o cinco días (de reuniones), o a Asia, para una semana. Pero él toma un vuelo, hace una reunión por la tarde y sale volando de vuelta. Recuerdo que hubo un evento de Hodinkee por su décimo aniversario, y él voló de Zúrich a Nueva York. Llegó a las 3 p.m., dio su charla, y a las 8 p.m. tomó su vuelo de regreso a Zúrich. Dijo: “Es una forma de pensar. Trabajo todo el día en el vuelo de la mañana, y luego puedo dormir tres o cuatro horas en el vuelo de regreso. Es todo lo que necesito, y a la mañana siguiente estoy de vuelta en la oficina”.
Otro amigo mío de Dubái (un empresario suizo increíblemente exitoso con una gran empresa tecnológica que va a Silicon Valley todo el tiempo) también lo hace. Va a una o dos reuniones y vuela de regreso inmediatamente.
Olvide las píldoras para dormir y pruebe este producto francés.
Celestamine es una píldora antihistamínica francesa que te mantiene mucho más fresco al despertar que las pastillas para dormir. Me permite dormir en los aviones o contrarrestar el jet lag (desfase de horario) sin estar totalmente aturdido. Desde los 20 o 25 años, he sufrido de infecciones crónicas en las fosas nasales, algo que sufrimos la mayoría de los viajeros frecuentes, porque el aire seco de los aviones irrita nuestras fosas nasales.
Solía tratarlas con antibióticos cinco o seis veces al año, hasta que uno de mis médicos me dijo: “Prueba este antihistamínico. Ayudará”. Y lo hizo. Pero me di cuenta de que, cuando lo tomo, básicamente me quedo dormido. Así que empecé a tomarlo en los aviones, y me dormía de inmediato pero me despertaba completamente despejado. Es de prescripción, y sólo tienes que asegurarte de no tomar uno que esté marcado como “no somnífero”; que tiene efedrina, por lo que sería como beber un Red Bull.
Gaste en un hotel de lujo en un sitio icónico, es probable que su estatus VIP le otorgue bonificaciones inesperadas a la hora de hacer turismo.
Una de mis vacaciones más increíbles fue en el hotel Amansara, en la ciudad de Siem Reap, Camboya. Todo (lo demás) en Siem Reap parece un templo camboyano, pero fue la casa de verano de la familia real, y fue construida por un arquitecto francés que se inspiró increíblemente en Le Corbusier. El auto que viene a buscarte al aeropuerto es un Mercedes de 1958.
Pero la experiencia más asombrosa fue cuando fuimos a visitar Angkor Wat. Nos dijeron: “Saldremos a las 5 a.m.”, así que nos levantamos a las 4:15 o lo que fuera, y nos prepararon maravillosas canastas de picnic. Nos llevaron en un Jeep Willys de los años 50 al medio de la selva. No había ni un alma alrededor. No teníamos ni idea de que sólo se abre (al público) a las 9 a.m. Nos llevaron al último piso del mayor templo de la historia de la humanidad y nos dejaron allí durante tres horas, solos, para ver el amanecer. Se me pone la piel de gallina incluso al hablar de ello. Es un recordatorio de que una habitación puede parecer muy cara, pero también puede no tener precio.
Las extraordinarias comodidades del aeropuerto Changi de Singapur son conocidas, pero a Buesser le encanta por una razón totalmente diferente.
La meca de los relojes se ha desplazado de Ginebra a Singapur. Las piezas más interesantes y algunos de los minoristas más informados están ahora en Singapur, desde hace 10 o 15 años. Un día, cuando volaba fuera de Singapur, llegué increíblemente tarde, y además llevaba en la maleta los papeles para la importación temporal (de mercancías). Necesitaba que me los sellaran, y pensé: “Estoy muerto. Nunca voy a poder conseguir ese vuelo”. Pero en Changi, puedes pasar del check-in (registro) a subir al avión en sólo 10 o 12 minutos. Es una locura, tan increíblemente bien pensado y eficiente, como todo lo que es de Singapur.
Un sitio donde está bien destacar como turista y disfrutar el impacto cultural.
Mi esposa y yo fuimos a Japón durante 10 días hace tres años, y fueron alucinantes. Es el último país del mundo donde tienes un choque cultural total sin parar (como persona occidental). Y puedes equivocarte y sentirte completamente inadecuado y raro, y aún así estar bien. En Sudamérica hay que tener mucho cuidado, pero ¿Japón? Japón es más seguro que Suiza.