Línea de Negocios: Bocados amargos, ¿dulces ganancias?

Los precios de los alimentos suben debido a fenómenos naturales y a la mano del hombre.

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Inundaciones más sequía más pandemia menos disponibilidad laboral … igual a comida más cara.

  • ¿Qué está pasando? Esa es la premisa de los últimos meses en toda la cadena de suministro de la industria alimentaria. Los aumentos en los precios de las materias primas han detonado procesos de inflación en muchos países, afectando en especial a los importadores netos de commodities, pero también a los mercados que albergan grandes empresas BigAgro, BigFood o BigOil, entre otras. A ello se añade un factor más humano: hay una escasez global de trabajadores en la cadena de producción.
  • El efecto inmediato: El resultado más visible es que los alimentos se están encareciendo en muchos mercados. En México, por ejemplo, la sequía ha llevado a productores de harina de maíz (el principal insumo en la producción de este alimento básico) a incrementar sus precios este año. Y el problema, señala Moody’s en una nota a inversionistas, es que el “estrés hídrico en México se intensificará”. Esto, señala la firma, porque La Comisión Nacional del Agua prevé que factores como el crecimiento poblacional, la peores sequías en la década y baja en los niveles de agua aumentarán la presión sobre el recurso hídrico.
  • La austeridad republicana: Pero no sólo ha sido la naturaleza o los fenómenos derivados del cambio climático los ‘culpables’. Los analistas señalan que una reducción de 60% de inversión afecta el proceso de recuperación y mantenimiento de toda la infraestructura hídrica del país.
  • El impacto global: Otros fenómenos climáticos, como las heladas o inundaciones ya también afectan la cadena de la industria alimentaria. Lo peor se ha visto en Brasil y su producción cafetalera, que resintió el impacto de las peores heladas en 20 años. Asimismo, en China las lluvias intensas del verano han afectado cientos de centros de producción de carne de cerdo.

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  • ¿Y ahora, qué sigue? Como resultado de estos fenómenos, hay una tendencia de aumento en los precios de los commodities. Esto es relevante para la región. De acuerdo con la CEPAL, en América del Sur, que es una región netamente exportadora, los precios de las commodities podrían crecer en casi 12%, pero no así en América Central, que es un importador neto de combustibles y, en el caso de algunos países, de alimentos. En esta región. Asimismo, refiere que los precios en energía, sobre todo el petróleo, aumentarían en promedio hasta 58% en 2021 respecto de los promedios en 2020. En metal y minerales: 38% y en productos agrícolas 20%. Esto se explica principalmente por una mayor demanda global, debido a la recuperación tras la pandemia y, en el caso de los productos agrícolas, por asuntos relacionados con la cadena de producción, como el impacto del cambio climático.

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Del total de los Derechos Especiales de Giro que el FMI entregará a los países miembro, así figura la distribución en América Latina en el acumulado a 2021:

Cifra en millones de dólares (redondeada)

Brasil: 13.470

México: 11.394

Venezuela: 6.111

Argentina: 5.075

Colombia: 2.698

Chile: 2.489

Perú: 1.889

Ecuador: 957

Uruguay: 705

República Dominicana: 666

Guatemala: 612

Panamá: 558

Costa Rica: 511

El Salvador: 439

Bolivia: 394

Nicaragua: 374

Honduras: 363

Paraguay: 288

El IMF y otros organismos financieros globales esperan que ese reparto ayude, sobre todo a las economías emergentes, a gestionar recursos para lidiar contra los efectos de la pandemia de Covid-19. Estas economías recibirán más de una tercera parte de esos fondos (por arriba de US$230 mil millones).

¿El efecto Woow? Ahora que Keanu Reaves cumple 57 años, recordamos una de sus expresiones presente en muchos de sus filmes: woow. Ese es el efecto que buscan crear los fundadores de WOOW, una aplicación que ofrece una serie de soluciones para cotizar, comprar y comprar seguros, así como asistencias y servicios diversos.

Esta startup busca penetrar un nicho que concilia varios fenómenos en un mercado como el mexicano: el bajo nivel de bancarización, la pobre cultura financiera y la más pobre aún cultura de seguros en el país. Quizá la promesa de negocio radica en que, de acuerdo con GlobalData, en mercados desarrollados casi una cuarta parte de los consumidores visitan un servicio de comparación de precios antes de decidir la compra de un seguro.

El reto para este tipo de apps será convencer a los usuarios de que confiar, no sólo en sus plataformas, sino en que a fin de cuentas alguien los acompañará en caso de un siniestro.