Bogotá — La Organización Ardila Lülle (OAL) incursionará en el negocio del café tras haber concretado todas las piezas del engranaje, que incluye la compra de los activos de producción, la licencia de uso de una marca reconocida y el músculo de distribución con el que ya contaba.
El aumento del consumo de café durante la pandemia y la oportunidad de reactivar el negocio de Tostao’ Pan & Café, que precisa de liquidez en medio de las afectaciones de la pandemia, llevaron a la poderosa OAL a ampliar su emporio en Colombia.
BBI Colombia S.A.S, operadora de las tiendas Tostao’, está clasificada en el puesto 724 dentro del ranking de las 1.000 empresas más grandes de Colombia por ingresos operacionales con $207.700 millones reportados en 2020, inferiores a los $266.474 millones obtenidos en 2019.
Entre tanto, Procafecol (659), la firma que opera las tiendas Juan Valdez, reportó ingresos operacionales por $225.261 millones el año pasado y en 2019 estos se ubicaron en $325.962 millones.
Esta alianza aportará para seguir posicionando a Tostao’ para llegar a nuevos canales en todo el territorio nacional.
Orientador general de Tostao’ Café & Pan, Helder Jacinto
La vocera institucional de la plataforma tecnológica-financiera Transactional Track Record (TTR), Marcela Chacón Sierra, explicó a Bloomberg Línea que este acuerdo “sin duda” refleja el caso de diversas compañías que “han iniciado procesos de reestructuración por los efectos económicos derivados de la pandemia”.
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“Con lo cual, este fenómeno ha generado que en los últimos períodos de estudio diversas compañías con gran músculo financiero e interés de expansión en mercados estratégicos” apuesten por alianzas “para prevalecer en la región y consolidarse en sus industrias”, apuntó.
Con este paso, sin duda, seremos un jugador de valor relevante en esta categoría de mercado, la cual tiene un fuerte vínculo con los colombianos.
Presidente de Postobón, Miguel Fernando Escobar
La Organización Ardila Lülle, propietaria de gigantes del sector como Postobón, Nutrium, Central Cervecera de Colombia e Iberplast, anunció ayer miércoles que ha concretado la adquisición “con exclusividad en Colombia” de la licencia de uso de la marca Tostao’ Pan & Café “para canales de ventas diferentes a las tiendas propias, donde se podrá comercializar el producto”.
Este acuerdo no contempla la adquisición ni la operación de las tiendas Tostao’, pero sí le permitirá a la cadena apalancarse en la red de distribución del gigante de las bebidas Postobón para llevar sus productos a 400.000 puntos de venta en el país.
Tostao’ compra el café a cooperativas que agrupan a más de 8.600 pequeños productores del Eje Cafetero. La empresa va a seguir operando su red de más de 525 tiendas de café a nivel nacional, en las cuales además estará presente el portafolio de Postobón.
El acuerdo con Tostao’ Café & Pan incluye la adquisición de los activos de producción localizados en Manizales (Caldas), una jugada clave para entender el impacto que tendrá este movimiento.
Según fuentes cercanas al asunto consultadas por Bloomberg Línea, desde ahora el poderoso conglomerado producirá café en la planta de tostado y empacado que acaba de adquirir y lo venderá a través de su cadena de distribución con el sello de Tostao’.
En este punto será clave Nutrium, una firma dedicada a la producción de alimentos que tiene como unidades de negocio el procesamiento de frutas, la producción de salsas y aderezos, snacks y otros productos.
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El consumo de café guía la operación
OAL entra a competir en un mercado tradicional en el país guiado por las tendencias de consumo que apuntan a que los hogares colombianos gastan en promedio $98.336 y consumen 1.160 tazas de café al año, según cifras de la consultora Kantar Worldpanel.
De acuerdo a un informe de la consultora, las familias del país gastan en promedio $68.982 en café tostado/molido al año, lo que explica que este sea un mercado de $422.000 millones, “teniendo en cuenta que el 84 % de los hogares lo consumen”.
De este segmento se venden en el país cerca de 5.746 millones de tazas y de café instantáneo se demandan aproximadamente 2.662 millones de tazas al año.
Un reciente informe de la calificadora Fitch Ratings dice que la industria de bebidas sin licor en América Latina está cada vez más cerca de alcanzar los niveles prepandemia. El 2022 sería el año de completa recuperación del sector frente a los resultados de 2019.
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La actualidad de Tostao’
A mediados del año pasado, la sociedad BBI Colombia S.A.S. anunció que había radicado una solicitud ante la Superintendencia de Sociedades para ser admitida en proceso de reorganización y en febrero pasado finalmente llegó a un acuerdo.
Esto “le permitió a la empresa reestructurar su modelo operativo y sus pasivos, para continuar ejerciendo su objeto social, logrando preservar la empresa y el empleo”, según informó la Superintendencia de Sociedades en su momento.
Con el acuerdo, la compañía reestructuró deudas por unos $148.000 millones y preservó cerca de 3.500 empleos directos en el país.
En agosto de este año, la compañía lanzó su tienda virtual con una opción de geolocalización que les permite a sus usuarios identificar la tienda más cercana a su ubicación. Esto luego de que la empresa sufriera el impacto de la pandemia y del confinamiento que les obligó a operar a media máquina.
Una movida frustrada en el sector
A principios de este año la Superintendencia de Industria y Comercio objetó una alianza entre Coca-Cola, Bavaria y otras empresas de bebidas en Colombia al considerar que, si bien esta permitiría reducir sus costos logísticos, también podía “incrementar las barreras de entrada y de expansión para sus actuales y potenciales competidores”.
La operación proyectada, según detalló la entidad en su momento, “consistía en la creación de una alianza estratégica entre las empresas” en Colombia enfocada en “la distribución y venta de sus respectivos productos, así como en las actividades de compra de bienes, servicios, materias primas y suministros, entre otros aspectos”.
De acuerdo a la entidad, de concretarse esta alianza los demás jugadores “no contarían con la capacidad de llegar a tales reducciones en costos con su capacidad actual” y además “en el mediano plazo esto podría generar posibles aumentos de precios por parte de las intervinientes ante la salida de competidores”.
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