El Talibán busca lazos amistosos con EE.UU. mientras crecen sus retos tras la guerra

“El Emirato Islámico quiere una relación buena y diplomática con los estadounidenses”, dijo Zabihullah Mujahed, el principal portavoz del Talibán.

Bloomberg — Los miembros del Talibán pidieron lazos amistosos con Estados Unidos horas después de que los últimos soldados norteamericanos salieran de Kabul para poner fin a los 20 años de guerra, mientras el grupo militante se enfrenta ahora a una serie de nuevos desafíos.

El Emirato Islámico quiere una relación buena y diplomática con los estadounidenses”, dijo Zabihullah Mujahed, el principal portavoz del Talibán, a periodistas el martes desde el aeropuerto internacional Hamid Karzai, que fue el último lugar bajo control estadounidense. Los principales líderes del grupo militante dieron una vuelta de honor simbólica, caminando por la pista para marcar su victoria.

“Enfatizamos a todos los ocupantes que quien vea a Afganistán con malos ojos correrá la misma suerte que los estadounidenses”, añadió. “Nunca nos hemos rendido ante la presión o la fuerza, y nuestra nación siempre ha buscado la libertad”.

Estados Unidos terminó oficialmente su guerra más larga alrededor de la medianoche del lunes, hora afgana, una misión que comenzó poco después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. El rápido avance del Talibán hacia Kabul provocó una precipitada retirada por parte de EE.UU. de más de 123.000 personas a partir del 14 de agosto, la cual se vio marcada por un atentado suicida en el que murieron 13 miembros del servicio estadounidense y más de 169 afganos.

Sin embargo, a pesar del estado de ánimo jubiloso de los líderes del Talibán, ahora comienza la parte difícil de gobernar. Deben poner en marcha un gobierno que funcione, averiguar cómo poner en marcha el aeropuerto, frenar el aumento de los precios de los productos esenciales, evitar una crisis económica después de que Estados Unidos cortara la ayuda y evitar una guerra civil con ejércitos de base étnica y una rama local del Estado Islámico.

El martes, la normalidad parecía volver a Kabul. Los restaurantes y las farmacias volvieron a abrir, con grandes multitudes en los mercados y tráfico en las carreteras de la capital. Guardias del Talibán armados con equipo estadounidense patrullaban en camionetas.

Aunque los bancos y los cajeros automáticos han reabierto, los ciudadanos tienen dificultades para acceder a su dinero. Los precios de los alimentos y las medicinas esenciales se han disparado hasta un 50% en las últimas semanas, según los residentes de Kabul. Y los vuelos sobre el país se han detenido, ya que la retirada de EE.UU. ha dejado sin personal los servicios de control del tráfico aéreo en Kabul.

Qasim Mohseni, un vendedor de medicamentos, pidió a los miembros del Talibán que controlaran los precios de los alimentos y las medicinas, aún habiéndole dado la bienvenida a los nuevos dirigentes.

“Desde que llegaron los miembros del Talibán, la seguridad parece buena hasta ahora, pero la mayor preocupación y el mayor problema para la gente es la economía y la falta de empleo, y los precios de los mercados también han aumentado”, dijo por teléfono desde Kabul. “¿Qué ha hecho Estados Unidos o su gobierno instalado en Afganistán? Dígame una cosa buena de ellos. Nada. Era un gobierno corrupto: todos sus gobernantes y líderes fueron corrompidos por el dinero de EE.UU.”.

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El miedo se propaga

Aun así, el miedo se extendió entre quienes formaban parte del antiguo gobierno, a pesar de que los miembros del Talibán declararon una amnistía general. Un antiguo empleado del gobierno, que pidió no ser identificado, dijo que llevaba dos semanas escondido porque los militantes le buscaban. Dijo que algunos militantes del Talibán habían visitado su casa, y que uno de sus colegas había sido asesinado.

Los miembros del Talibán han adoptado un tono más moderado desde su victoria militar, prometiendo que las mujeres podrían trabajar e ir a la escuela dentro de los límites de la sharia, así como una amnistía para todos sus antiguos enemigos afganos y buenos lazos con la comunidad internacional. El gobierno de Biden ha dicho que las relaciones de EE.UU. con el grupo están ahora supeditadas a su comportamiento.

Para los miembros del Talibán, hay mucho dinero en juego: El 19 de agosto, el Fondo Monetario Internacional impidió que el grupo utilizara los activos de reserva del fondo, justo unos días antes de que la nación recibiera casi US$500 millones. Una fuente potencial de fondos es China, que el martes pidió al mundo que ayude al Talibán.

China espera que la comunidad internacional aumente la colaboración y proporcione a Afganistán la asistencia económica, de subsistencia y humanitaria necesaria para ayudar al país a lograr la paz y la reconstrucción”, dijo el martes en Pekín el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin. Respondía así a una pregunta sobre si Pekín apoyaría que el FMI permitiera al gobierno Talibán acceder a sus activos.

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Discurso de Biden

El presidente Joe Biden, que dijo que se dirigirá a la nación sobre la retirada el martes por la tarde en Washington, dijo que los miembros del Talibán que ahora gobiernan Afganistán “se han comprometido a asegurar un pasaje seguro y que el mundo les hará cumplir sus compromisos”.

La guerra provocó la muerte de unos 2.400 estadounidenses, aún más empleados de contratistas estadounidenses y decenas de miles de afganos, así como un gasto de cerca de un US$1 billón por parte de EE.UU. desde que comenzó el conflicto. Se prolongó tanto que una enorme parte de la población de Afganistán ha vivido toda su vida bajo la sombra de la guerra, mientras que las tropas estadounidenses que murieron la semana pasada eran en su mayoría niños cuando el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York.

El lunes, el Secretario de Estado Antony Blinken dijo que Estados Unidos está trasladando su trabajo consular en Afganistán a Doha, Qatar, que había sido el lugar de las conversaciones con los miembros del Talibán en los últimos dos años. Dijo que la asistencia humanitaria de Estados Unidos a los afganos continuaría, pero que cualquier compromiso con los miembros del Talibán estaría motivado únicamente por los intereses nacionales de EE.UU.

Blinken no dijo cómo EE.UU. y sus aliados (reforzados por una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobada el lunes) ejercerán presión sobre el Talibán. Sin embargo, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que “tenemos una enorme influencia, incluyendo el acceso al mercado mundial”, sugiriendo el uso de las sanciones económicas existentes y quizás de otras nuevas contra los miembros del Talibán si no cooperan.

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