Bogotá — América Latina crecerá 5,9% en 2021 y 2,9% en 2022, estimó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su documento Estudio Económico, presentado el martes durante una conferencia de prensa en Chile.
La cifra muestra un mayor optimismo respecto a la proyección entregada en julio de este año, cuando calculó que el crecimiento regional para 2021 sería de 5,2%. la Cepal mantuvo la proyección de 2,9% para el próximo año.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la organización, dijo que se espera que el crecimiento global sea de 5,9% este año y de 4,5% en 2022. No obstante, llamó la atención sobre las asimetrías en el acceso a las vacunas y los esquemas que se han logrado completar de las dosis contra el Covid-19.
El crecimiento, añadió la funcionaria, está explicado principalmente por la dinámica del consumo privado y en menor medida por las exportaciones y la inversión. En total, el 60% del incremento se sustenta por el impulso del consumo privado, que a su vez refleja el impacto de las transferencias monetarias y de las remesas.
Sin embargo, Bárcena dijo que parte del aumento de este año ocurre por un rebote estadístico, teniendo en cuenta la caída económica de 6,8% en 2020. Con el agravante de que antes de la crisis la región venía creciendo a su menor ritmo en más de un siglo. Entre 2014 y 2019, la región solo creció 0,3%, por debajo incluso del sexenio de la Primera Guerra Mundial (0,9%) y de la Gran Depresión (1,3%). “Los problemas estructurales de baja inversión, productividad, informalidad, pobreza y desigualdad limitan el crecimiento”, añadió.
Además, alertó sobre las diferencias entre las políticas puestas en marcha para contrarrestar la crisis de la pandemia: mientras Estados Unidos tiene paquetes multianuales en torno a 18% del PIB, los nuevos planes fiscales de América latina anunciados entre enero y junio apenas llegan a 2,2% del PIB.
Según el estudio de la Cepal, Guyana (16%), Panamá (12%), Perú (10,6%) y Chile (9,2%) están entre los países que más crecerán para este año. Le siguen República Dominicana (8%) y Argentina, El Salvador y Colombia (7,5%). Sobre Argentina, Bárcena dijo que la economía se está recuperando a un ritmo más rápido del esperado, con un incremento de 9,7% interanual en el primer semestre, al igual que el empleo. “En Argentina las transferencias monetarias lograron paliar el incremento de la pobreza y la pobreza extrema”.
Las remesas siguen jugando un papel central en la dinámica económica de la región, enviadas mayormente por los migrantes desde Estados Unidos. El acumulado entre enero y junio para países como El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua y República Dominicana llega a US$44.949 millones lo que mostraría una tendencia superior al acumulado de todo 2020 cuando se llegó a US$77.692 millones, dijo Bárcena.
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Desde la perspectiva fiscal, la reactivación de la actividad económica está impulsando la recaudación del impuesto del IVA. Además, los mayores precios de materias primas han favorecido a los ingresos de los países que dependen de estos recursos. Los gastos caerían a 23,8% del PIB este año, por debajo del 24,7% del 2020, pero por encima del 21,4% del PIB de 2019.
Sobre el empleo, el estudio remarcó el impacto de la crisis en el sector informal y en las mujeres y en los jóvenes, debido a que se empleaban en los sectores que se vieron golpeados por los confinamientos. “A diferencia de la crisis anterior, lo que más se afectó fue el empleo informal, no solo ya no pudo actuar como amortiguador, sino que cayó con más fuerza que el empleo formal. En el caso de Chile es dramática la caída el empleo informal”, dijo Bárcena.
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La Cepal recomendó ampliar programas que fomenten los trabajos formales, especialmente para los jóvenes; impulsar las políticas para reactivar a los sectores afectados por la crisis; extender y profundizar los programas de apoyos a las micro y pequeñas empresas, potenciar la economía del cuidado y reorientar gastos tributarios para incentivar la inversión privada.
Además, pidió mantener las transferencias sociales de emergencia para mitigar los efectos de la pandemia, teniendo en cuenta que en 2021 habría 15 millones más de personas en pobreza extrema de no continuarse, y fortalecer la capacidad de recaudo de impuestos.
