Perú — Este último jueves, antes de recibir el voto de confianza del Congreso de la República, el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, hizo una serie de anuncios en diversas materias, entre las cuales resaltó el ámbito económico. Durante su discurso en el hemiciclo del Parlamento peruano, Bellido anunció que el gobierno de Pedro Castillo presentará un proyecto de ley para que Banco de la Nación tenga facultad de otorgar créditos a favor de personas naturales o empresas en zonas donde no llegue la banca privada, o donde no esté presente en cantidades suficientes.
Mediante esta iniciativa que se enviará al Congreso, también se le permitiría al Banco de la Nación realizar cualquier otro tipo de operación o servicio en moneda nacional a favor de personas y empresas, siempre y cuando estas estén contempladas en la Ley General del Sistema Financiero (artículo 221).
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El objetivo, señaló Bellido, es fomentar la inclusión financiera y una mayor bancarización; y esto se suma a la labor que ejecutará la entidad estatal para abrir la cuenta DNI a todo peruano que cumpla 18 años, con el objetivo de dar acceso al sistema financiero desde el banco nacional.
Lo cierto es que el Banco de la Nación puede captar depósitos y otorgar créditos en donde la banca privada no tiene oficinas, según aclara Luis Alberto Arias, expresidente de la estatal. Así se precisa en el estatuto actual del banco que fue modificado en mayo del 2020, a propuesta del directorio que fue entonces presidido por Arias.
“De hecho el Banco de la Nación ya capta depósitos importantes en donde es oferta única bancaria. A la fecha, sin embargo, no realiza créditos”, precisa Arias.
Giovanna Aguilar Andía, profesora principal del departamento de Economía de la PUCP, agrega que la función del Banco de la Nación es ser corresponsal de entidades del sistema financiero en las localidades donde éstas se lo soliciten, y menciona que la mayor necesidad de su presencia se puede presentar en ámbitos poco rentables como las zonas rurales o centros poblados peruanos, en los cuales se elevan los operacionales.
“Si las entidades del sistema financiero no actúan en alguna zona del país es porque no es rentable para ellas hacerlo. Esto se da principalmente en las zonas rurales”, indica la especialista.
Aguilar acota que sobre todo las instituciones de microfinanzas como financieras y cajas han tratado de llegar a más zonas rurales, pero con poco éxito. “El medio rural es muy costoso de atender. No obstante, algunas llegan, obviamente, con tasas de interés elevadas por el alto costo operacional”, añade.
Para Juan José Marthans, ex superintendente de Banca, Seguros y AFP y director del Área Académica de Economía PAD de la Universidad de Piura, es clave respetar el rol subsidiario del Estado por mandato Constitucional. “En realidad el rol de intermediador con plenas facultades similar a la labor que realiza la banca privada en zonas donde no interviene la banca comercial siempre lo ha debido realizar sin restricción alguna”, precisa el experto.
En esa línea, Marthans considera positivo que se quiera activar esta posibilidad para el Banco de la Nación, aunque advierte que se deben dar una serie de garantías.
CRÉDITOS EN ZONAS RURALES: ¿ES CONVENIENTE PARA EL BANCO DE LA NACIÓN OTORGARLOS?
Marthans advierte que la labor de una institución financiera de primer piso, facultada a realizar operaciones como las que busca ahora otorgar el Banco de la Nación, es compleja, e implica conocer sobre la administración de riesgos operacionales, crediticios, y de mercado; aspectos sobre los cuales, de acuerdo al economista, aún no está empapado el banco nacional.
“Va requerir que se prepare esta institución y ello va demandar tiempo. Esto si se quiere hacer las cosas con mucha seriedad. El Banco de la Nación deberá reforzar su plataforma informática y contratar cuadros técnicos altamente calificados. Deberá replantear su back y front office. Si no es así, potenciales pérdidas podrían comprometer su patrimonio progresivamente”, alerta el exsuperintendente.
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No obstante ello, Arias anota que la restricción de presupuestos para el Banco de la Nación no existe porque es la empresa pública más rentable del país. Pero el experto señala que la estatal debe desarrollar capital humano si es que busca “participar de manera eficiente en el otorgamiento de préstamos”.
De acuerdo a Marthans, esto no debe dejar de presupuestarse para estimar los recursos que demandará; así como el tiempo que tomará afinar procesos y la sostenibilidad de las operaciones.
Aguilar, de la PUCP, resalta que si el Banco de la Nación va a entrar a ofrecer los servicios financieros -especialmente créditos- que las entidades privadas no ofrecen en diversas zonas del país, es necesario preguntarse si lo hará con tasas de interés que cubran los altos costos operacionales en dichas zonas o si se concretará con tasas subsidiadas, que no cobren los costos mencionados.
“Si fuese el primer caso, las tasas serán altas como las que cobran las entidades del sistema financiero. Si fuese que va a entrar con tasas subsidiadas, esta intervención no es sostenible financieramente en el tiempo porque tendríamos que tener siempre recursos disponibles para subsidiar los costos del crédito. Si esta la modalidad de intervención, resultaría muy costosa para todos que somos lo que financiamos a través de nuestros impuestos los recursos para los subsidios”, comenta la experta.
Para atender las zonas mencionadas y los centros poblados que hoy están lejos de la bancarización a nivel nacional, la economista recomienda, más bien, aumentar la competencia en el sector creando condiciones e infraestructura para que el ecosistema pueda desarrollarse de forma rentable. Y para lograrlo, indica que se puede aprovechar el avance tecnológico en las telecomunicaciones, que ha habilitado el acceso a servicios financieros digitales y formales a una población que difícilmente podía utilizar estos medios con anterioridad.
“La telefonía móvil y la internet son fundamentales en este aspecto y es aquí donde la intervención del gobierno podría ser mucho más eficiente y tener más impacto, proporcionando la infraestructura de telecomunicaciones que se requiere para garantizar conectividad y en general, servicios de telecomunicaciones de calidad y seguros que hagan posible el desarrollo de una oferta de servicios financieros en un entorno digital”, precisa Aguilar.
En esa misma línea, Marthans alerta que intermediar en segmentos bancarizados y en segmentos poblacionales por bancarizar son dos ámbitos que distan de forma significativa, pues en el segundo la tecnología financiera a utilizar es diferente “y desconocida para la actual disponibilidad de recursos humanos” del Banco de la Nación.
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“Cualquier error podría hacer no sostenible la buena voluntad de apoyar crediticiamente a sectores no bancarizados y comprometer futuras pérdidas patrimoniales de la entidad. Para minimizar ese riesgo es ideal programar en detalle la labor que requiere para apoyar segmentos vulnerables no bancarizados. Recomendaría, en este caso, que se establezcan convenios de cooperación entre las microfinancieras y el BN”, sugiere Marthans.
El economista explica que las cajas municipales que ya cuentan con el conocimiento para bancarizar y con la tecnología requerida podrían formar convenios con el Banco de la Nación para emprender una política extensiva en la que ganen todos los segmentos poblacionales por bancarizar.
“Las microfinancieras podrían apoyar con tecnología crediticia y el Banco de la Nación con fondeo. Con ello poco a poco el banco nacional ganaría experiencia y solidez en esta tarea”, argumenta.
Para Arias, en este proceso lo clave es entender que el Banco de la Nación no debe verse como un sustituto de la banca privada sino como un complemento de dicho ecosistema.
LAS PRIORIDADES DEL BANCO DE LA NACIÓN
Arias opina que hay otras tareas prioritarias que la entidad estatal financiera debe tener en cuenta en el corto y mediano plazo. Entre estas, precisa que el principal reto del Banco de la Nación es implementar la cuenta DNI para todos los peruanos si realmente se busca concretar el objetivo de inclusión financiera nacional.
“Hoy solo cuatro de 10 peruanos tienen una cuenta bancaria. La cuenta DNI es una cuenta básica que es un primer paso en la inclusión financiera. En este aspecto se debe seguir el ejemplo del Banco Estado de Chile en el que el 90% de ciudadanos tienen una cuenta bancaria”, añade el economista.
Marthans agrega que con las cuentas DNI podrán crearse bases de datos segmentadas por nivel socio económico para atender con más éxito el apoyo crediticio y la canalización de bonos sociales. “Este tema es central y demanda seriedad y paciencia para ponerlo a punto”, precisa.
Por otro lado, el economista apunta que se debe seguir avanzando en la digitalización de las operaciones financieras y servicios que brinda la banca y el mismo Banco de la Nación.
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“Hoy en día se requiere una mejor calidad de atención a los usuarios, fomentar aún más competencia en el mismo mercado bancario privado y, por ejemplo, se debe amplificar y respetar el uso de información e historial financiero de cada usuario. El ‘open banking’ hay que acelerarlo en el Perú. La información que se da como resultado del historial crediticio de cada cliente pertenece a cada cliente y la banca debe tener la disposición de dársela si la solicita, a efectos de mejorar su capacidad de negociación de las condiciones de productos financieros que demandaría con otras entidades bancarias a donde desee emigrar. Eso ya es válido y está regulado en otros frente bancarios en el mundo. El Perú debe recorrer ese camino”, puntualiza Marthans.