El hidrógeno verde suma inversionistas en Chile

Bloomberg Línea entrevistó a autoridades, expertos y gerentes de siete de los 60 proyectos asociados al desarrollo del combustible en el país. Conozca sus iniciativas y planes.

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Santiago — Una revolucionaria industria prospera en Chile. Inversionistas son atraídos por un potente y casi inexplorado recurso en América Latina: el hidrógeno verde (H2V). La energía limpia no solo es apreciada como una oportunidad para disminuir las contaminantes emisiones de carbono, sino también como un prometedor motor de la economía y eso es sabido por el gobierno que recientemente festejó la producción de la primera molécula del combustible en una planta de la empresa Anglo American, en Santiago. “Hoy damos un nuevo paso adelante”, dijo el presidente Sebastián Piñera.

El país abona el campo al nuevo mercado con una ambiciosa política llamada Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde que, desde su lanzamiento en noviembre, consiguió triplicar su cantidad de proyectos. El biministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, dijo a Bloomberg Línea que esto “abre la oportunidad de generar un cambio de paradigma en la matriz productiva de nuestra economía en tan sólo una generación”.

La aspiración es contar con 5 GW de capacidad de electrólisis en desarrollo al 2025, posicionarse como el productor más económico a nivel global para 2030 y ser uno de los tres principales exportadores para 2040. El desierto de Atacama, con la más alta radiación solar del planeta, y la región de Magallanes, con sus fuertes e incesantes vientos, son fuentes de energía renovable que competirían con la capacidad de generación eléctrica existente hoy.

Se espera crear las primeras moléculas de H2V, a gran escala nacional, de acá al 2025, según Max Correa, jefe de División de Combustibles y Nuevos Energéticos de la cartera presidida por Jobet. Él es una de las figuras centrales detrás del floreciente negocio. “Estamos impulsando la ejecución de estudios en torno al hidrógeno verde valorizados en más de 1 millón de dólares para levantar antecedentes en torno a temas ambientales, económicos, técnicos, regulatorios y otros, que habilitarán un desarrollo más acelerado. (Banco Mundial, agencia unión europea AGCIT, BID, GIZ)”, asegura.

Una señal de los vientos a favor del floreciente negocio sería un programa de retiro de centrales a carbón. Darío Morales, director de estudios de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento, asegura que existen 9.400 MW de potencia renovable no convencional en funcionamiento. “Desde el 1º de enero de 2019 hasta la fecha han entrado en operación casi 3.500 MW de nueva capacidad renovable y hay otros 4.500 MW declarados en construcción que podrían entrar en operación en los próximos 18 meses”.

Las voces de siete pioneros

Hay cerca de 60 proyectos en marcha en distintas fases: estudio, evaluación y construcción. La planta demostrativa Haru Oni, localizada en Magallanes, es una de las más adelantadas. Es propiedad completamente de Highly Innovative Fuels, que trabaja en conjunto con Porsche, Siemens Energy, Enel Green Power, Enap y Gasco. Cuentan, adicionalmente, con el apoyo del gobierno alemán. “Nuestro principal diferenciador es el producto final, ya que a partir de hidrógeno verde se producirá metanol carbono neutral y luego un eCombustible. Este combustible puede reemplazar a la gasolina convencional (de fuentes fósiles), sin necesidad de transformar o adaptar los motores de los vehículos, logística de almacenamiento y distribución. El potencial que tiene esta gasolina podría acelerar la descarbonización que estamos buscando, para un planeta más limpio”, dijo Clara Bowman, directora de HIF.

Haru Oni ya obtuvo su aprobación ambiental, y próximamente iniciarán la construcción de la planta con la cual probarán la tecnología y afinarán los desarrollos posteriores. “En paralelo estamos trabajando en las fases comerciales, las que ampliarán a escalas considerables la capacidad de producción de eCombustible. Para la primera fase comercial, HIF ya tiene acuerdos preliminares de venta con Mabanaft y otras empresas”, acota la gerente.

HIF trabaja en la ingeniería de detalle de la primera fase comercial, donde tendrán un proyecto de alrededor de 300 MW. “Nuestra meta para 2030 es producir la misma cantidad de gasolina que consume Chile en un año”.

Otras iniciativas, en primera instancia, estarían enfocadas en satisfacer la demanda nacional del combustible. AES Andes apunta a la producción de amoníaco verde, contemplando suministro eléctrico a partir de una combinación de energía eólica y fotovoltaica. Para ello, efectúan un estudio de prefactibilidad para su elaboración a escala industrial, el cual podría ser concluido este año. Su intención es generar entre 250.000 y 300.000 toneladas anuales con dos propósitos principales: exportar y ser probado como combustible en el transporte, especialmente marítimo. Luis Sarrás, director de H2V para Sudamérica, indica que se desarrolla una “prueba de concepto” para autoconsumo y producción en el país: “Queremos hacer crecer esto hacia el año 2023 y 2024, y tratar de suministrar hidrógeno para el transporte terrestre”.

El fabricante de motores estadounidense Cummins está con su atención puesta en el H2V a nivel global, aunque ya hicieron un estudio en San Pedro de Atacama, al norte chileno, sobre la viabilidad de la transformación de la generación eléctrica hacia un sistema con energías híbridas que conseguiría penetrar con un 80% de tecnología renovable. “Somos un proveedor tecnológico de la cadena de valor del hidrógeno: fabricamos electrolizadores, indispensables para producir H2V. También producimos celdas de combustible, uno de los medios para generar electricidad a través del hidrógeno. Con estos dos componentes, que son claves en la cadena de valor, como empresa aportamos”, destaca Rodrigo Pineda, gerente de la división de Energía de la Distribuidora Cummins en Chile.

La empresa AustriaEnergy también avanzan en la producción de amoníaco verde con su proyecto HNH Energy para la exportación, contando con un memorando de entendimiento para su venta con Trammo. Su director, Helmut Kantner, comentó que están enfocados en Chile, donde llevan a cabo ocho iniciativas con intenciones de exportar a Estados Unidos, Europa y Asia. “Lo importante es que todas las partes involucradas manejen esto bien, entender que esto tendrá un impacto social y ambiental”, mencionó.

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Otra empresa que quiere construir una planta del componente es TCI Gecomp a través de su proyecto Hoasis. El gerente general, Mario Gómez, dice que están participando en la revolución de las energías renovables desde hace años, pero que recientemente afianzaron su apuesta hacia el H2V. Operan en Perú, Chile, Uruguay, Argentina y Brasil.

Muchos proyectos están movidos a descontaminar a la minería. Chile es el principal productor de cobre del mundo, pero su industria sigue impactando negativamente sobre el medioambiente. AES Andes aspira con sus proyectos a generar “conocimiento” que sea útil para entregar soluciones al momento que la minería chilena esté preparada para consumir H2V.

Con el elemento químico, la siderúrgica Huachipato (propiedad de CAP) evalúa sustituir el uso de coke en la producción de acero. Su gerente general, Rodrigo Briceño, dice que todavía están en etapa de estudios y conceptualizaciones, y esperan contar con una propuesta firme en unos meses. “La siderúrgica en Chile, además de estar expuesta a los desafíos globales respecto a aspectos económicos, también lo está en cuanto a su huella de carbono y el impacto medioambiental. En los desarrollos de hidrógeno verde hay una tremenda oportunidad de descarbonizar esta industria”, apuntó.

Cummins adaptó un camión diésel a cero emisiones con celda de combustible de hidrógeno. Pineda dice que se trata de un demostrativo, aún no está en producción, y recuerda que las maquinarías de extracción usados en la minería aportan significativamente a las emisiones de CO2 del país.

Mientras tanto, Atacama Hydrogen Hub es un proyecto que busca desarrollar una instalación de H2V para abastecer trenes con esta energía para la movilización de productos asociados a la industria minera. Sus fases posteriores se orientarían hacia la producción en grandes cantidades de derivados del combustible para la exportación, incluso se encuentra en conversaciones con el Complejo Portuario Mejillones. Sus socios son Mauricio Díaz, Gastón Cáceres, Juan Pablo Rojas, Gustavo Salinas y Nicolás Errázuriz. Coinciden en que Chile puede ser un “laboratorio” en este mercado y tendría la oportunidad de generar una nueva demanda en el ámbito de la minería. “Chile ha sido pionero como ya lo fue en su momento con mecanismos de desarrollo limpio del tratado de Kioto”, acota Díaz.