Bloomberg — El presidente Jair Bolsonaro está cada vez más inquieto por la inflación de Brasil a medida que se acercan las elecciones generales del próximo año, pero sus quejas en torno a los aumentos de precios no significan que planee interferir con el banco central, según cinco personas cercanas a él, entre ellas miembros del gabinete.
El presidente del banco central, Roberto Campos Neto, sigue siendo muy apreciado dentro de la administración de Bolsonaro y también cuenta con el respaldo de aliados clave en el Congreso, incluido el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, dijeron las personas, que solicitaron mantener el anonimato para hablar sobre asuntos internos del Gobierno.
Ver más: Tribunal Supremo de Brasil apunta a aliados de Bolsonaro por atacar a la corte
El viernes, Associated Press informó que Bolsonaro se arrepintió en privado de firmar una ley que otorgaba autonomía formal al banco central y que ha evaluado intervenir en la institución, según funcionarios del Gobierno familiarizados con el asunto. Ciro Nogueira, jefe del gabinete del presidente, negó la información en una serie de publicaciones en Twitter en las que calificó el episodio como una “hoguera imaginaria”
Preocupaciones por la inflación
Bolsonaro se ha quejado durante meses del aumento de los precios del combustible y el gas para cocinar, que está perjudicando su popularidad. Si bien la inflación se encuentra en una tasa anual de casi 9%, los costos del combustible se han disparado 44% en los últimos 12 meses, lo que ha afectado a algunos de los principales partidarios del presidente, entre ellos los camioneros.
Sin embargo, esas quejas forman parte de la voluble personalidad del presidente y no muestran ninguna intención de intervenir en la forma en que funciona el banco central ni de hacer cambios en el equipo económico en este momento, dijeron las personas.
La presidencia de Brasil no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios. El banco central declinó hacer comentarios.
En cualquier caso, Campos Neto está bajo presión para reducir la inflación después de que una política monetaria de línea ultradura no ayudara mucho a mejorar las expectativas. Tras cuatro bruscos aumentos a la tasa de interés desde marzo y otro previsto para septiembre, las expectativas de inflación para 2022 todavía están por encima del objetivo de 3,5% para el próximo año.
Ver más: Gobierno brasileño debe enviar mensaje contundente sobre disciplina fiscal: Campos Neto
