Bloomberg — La Reserva Federal de Estados Unidos, al igual que muchos otros bancos centrales, considera que la inflación causada por la reapertura de las economías afectadas por la pandemia es “transitoria”, y no se espera que suba sus tasas de interes al menos hasta el año que viene. En contraste, los responsables de formular políticas monetarias en América Latina se están apresurando a revertir los costos de endeudamiento ultrabajos.
En las últimas cinco semanas, los bancos centrales de Brasil, México, Perú, Chile e incluso Uruguay han aumentado las tasas, y muchos esperan que Colombia lo haga pronto. Puede que Latinoamérica haya sido la región más afectada por el Covid-19, y está experimentando un rápido repunte económico que pone presión sobre los precios.
No obstante, otras razones que pueden explicar esta diferencia podrían tener que ver con los altos niveles de desigualdad, informalidad e inestabilidad política del continente, junto con una historia de episodios inflacionarios profundamente grabados en la memoria económica colectiva.
1. ¿Qué ha estado impulsando la inflación?
En todo el mundo, los precios han aumentado más rápido de lo habitual a medida que el fin de muchas restricciones relacionadas con la pandemia liberaron una demanda reprimida de los consumidores que las cadenas de suministros, que han experimentado distintas disrupciones, han tenido dificultades para satisfacer. Algunos factores han afectado a América Latina en particular.
Por ejemplo, el repunte mundial de los precios de los alimentos y la energía ha tenido un impacto desproporcionadamente grande en la región más desigual del mundo: los precios de los alimentos representan una mayor proporción de los índices de inflación en Latinoamérica que en economías avanzadas como EE.UU.
Esto significa que los crecientes precios de los alimentos (la carne de res ha subido un 43% en Brasil, por ejemplo) han tenido un papel más importante en la inflación general en la región.
2. ¿Existen otros factores específicos de Latinoamérica?
Sí. Muchos países de la región también son importadores netos de energía y han visto un aumento en los precios del gas a medida que una creciente demanda ha generado mercados petroleros con niveles de oferta más ajustados.
Recientes disturbios sociales también han provocado volatilidad en algunas monedas.
Existe un fuerte vínculo entre los precios y las monedas en Latinoamérica, y las devaluaciones se manifiestan casi de inmediato en la inflación. Mientras tanto, los Gobiernos enfrentan una presión continua para sostener el incremento del gasto social adoptado para combatir el aumento de la pobreza causado por la pandemia.
La perspectiva de mayores déficits ha dañado la percepción de los inversionistas en cuanto a las proyecciones de las monedas y ha elevado sus expectativas de inflación, lo que a menudo hace que las empresas locales aumenten más los precios y que los trabajadores exijan mayores aumentos salariales en el corto plazo para protegerse contra la inflación futura.
Todo esto se suma al hecho de que la región tiene una historia de alta inflación: promedió más del 100% anual a fines de la década de 1980 y principios de la de 1990, según el Fondo Monetario Internacional.
3. ¿Cuán alta es la inflación y qué han hecho los bancos centrales?
Así es como la inflación está afectando actualmente la política monetaria en América Latina:
IPC de julio en:
- Brasil: 9% a interanual (más alto desde 2016)
- Banco central: cuatro alzas de tasas desde marzo por un total de 325 puntos básicos hasta el 5,25%
- México: 5,8% (casi el más alto desde 2017)
- Banco central: dos aumentos de tasas de un cuarto de punto hasta el 4,5%
- Perú: 3,8% (más alto desde 2017)
- Banco central: primer aumento de tasas en cinco años al 0,5%
- Chile: 4,5% (más alto desde 2016)
- Banco central: alza de 25 puntos básicos a 0,75%
- Uruguay: 7,3% (frente al 10% de hace un año)
- Banco central: alza de 50 puntos básicos al 5%
- Colombia: 4% (más alto desde finales de 2017)
- El banco central señaló que pronto podría subir las tasas
4. ¿Por qué actúan ahora los bancos centrales de la región?
Están tratando de evitar la clase de deterioro en los tipos de cambio que ocurre comúnmente en las economías emergentes cuando suben las expectativas de inflación. América Latina ya alberga cuatro de las seis monedas con peor desempeño de los mercados emergentes este año.
También están reaccionando a una recuperación económica más fuerte de lo esperado: la región crecerá este año al ritmo más rápido desde 2009. También hay un trasfondo político inestable, con protestas violentas en Colombia, un nuevo gobierno de izquierda en Perú y temores de que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, está intentando socavar las elecciones del año que viene.
5. ¿Cuál es el beneficio de estas alzas de tasas?
En algunos países, la inflación está por encima del rango objetivo del banco central, por lo que el enfriamiento de los precios también está vinculado a la credibilidad de las políticas en una región con instituciones frágiles.
Algunos analistas dicen que el aumento de las tasas de interés preservará la recuperación al anclar las expectativas de inflación, reforzar la credibilidad y contrarrestar lo que algunos inversionistas perciben como niveles de estímulo excesivo. Y la percepción de Wall Street es fundamental para América Latina, donde los bonos soberanos y las monedas pueden desplomarse de la noche a la mañana ante la primera oleada de turbulencias políticas u oscilaciones en la política económica.
En países con riesgo político, inflación acelerada y economías que funcionan bien, “es cosa de tiempo que comencemos a quitar el pie del acelerador”, dice Alberto Ramos, jefe de investigación para Latinoamérica en Goldman Sachs Group Inc.
6. ¿Cuáles son los riesgos de todas las alzas de tasas?
Tasas de interés más altas crean una mayor carga de deuda y mayores déficits fiscales, lo que a su vez puede representar una amenaza para una recuperación a largo plazo. Los aumentos de tasas están encareciendo la deuda interna en un momento en que la carga de la deuda de la región se ha disparado a los niveles más altos en 30 años y los países intentan reducir el incremento del gasto realizado a causa del Covid-19.
Ese riesgo se manifiesta en las decisiones de los banqueros centrales: los encargados de la política monetaria han tenido opiniones divididas en México, Colombia y Uruguay respecto de subir las tasas. Una tercera ola de Covid-19 causada por la variante delta, que ahora circula en la región, podría descarrilar la recuperación.
“Hay cierta renuencia en la región a aplicar un endurecimiento muy estricto de la política monetaria”, dice Alejandro Cuadrado, jefe de estrategia cambiaria de América Latina de BBVA en Nueva York. “El canal de transmisión de la política monetaria es débil en la mayoría de los casos”.
7. ¿Por qué los aumentos de tasas no tienen un impacto inmediato en Latinoamérica?
Las economías de América Latina se destacan por sus altos niveles de informalidad: trabajos con salarios bajos y pagados totalmente en efectivo en empresas que generalmente no califican para recibir préstamos. Se espera que este segmento de la fuerza laboral, y de empleadores, aumente aún más en la recuperación de la pandemia, sacando una mayor parte de la economía del sistema financiero formal. Y ya más de la mitad de la población adulta de la región no tenía una cuenta bancaria antes de la pandemia. Con tanta actividad fuera de los libros, las alzas de tasas no tienen el impacto inmediato en la región como el que suelen tener en EE.UU. o Europa.
8. ¿Cuáles son las señales de los bancos sobre los próximos pasos?
Que se ven más aumentos de tasas en el horizonte. El banco central de Brasil ya pronostica otro aumento de tasas, de 100 puntos básicos, en septiembre, seguido por Colombia. Cuadrado, de BBVA, prevé que la mayoría de los bancos centrales latinoamericanos sigan subiendo las tasas este año.
La excepción notable es Argentina, que no sigue un sistema de metas de inflación y no planea aumentar las tasas en el corto plazo a pesar de la inflación del 52%. Los responsables de las políticas monetarias en Buenos Aires temen que una subida de tasas pueda acelerar la inflación, porque los pagos de intereses más altos aumentarían la cantidad de dinero en circulación.