Santiago — El triunfo de Yasna Provoste, jefa del Senado, cambiaría el tablero político de la carrera presidencial. Aunque no figura como favorita en las encuestas, la irrupción de la abanderada de la centroizquierda tendría efectos sobre los principales candidatos: Sebastián Sichel, respaldado por la centroderecha, y el exlíder estudiantil de izquierda Gabriel Boric.
“Sin duda la incorporación de Provoste al escenario presidencial coloca mayor incertidumbre a la competencia centrada hasta ahora en los ganadores de las primarias”, dice el analista político Tomás Duval a Bloomberg Línea. Considera que su incursión tendrá efectos para ambos aspirantes, no solo por ser la única mujer en la competencia al Palacio de La Moneda, sino que “políticamente” se cometería un “error” al considerar solo el “eje espacial derecha izquierda como decisivos” en la primera vuelta del 21 de noviembre. “Hoy los electores son más complejos que eso”.
Provoste venció a la socialista Paula Narváez y el líder del Partido Radical, Carlos Maldonado, en una elección informal del pacto de centroizquierda Unidad Constituyente ayer con una participación de 150 mil votantes, inferior a las primarias oficiales de julio. En su primer discurso como candidata del pacto Unidad Constituyente fue frontal: “Este país no puede, a partir de lo que estamos viviendo, pensar que el próximo gobierno va a llegar a experimentar, hacer ensayo y error. No podemos tampoco pensar que va a cambiar de un gerente a otro, de un Sebastián a otro”.
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Se refería a su rival Sichel que se define como independiente, pero está apoyado por la coalición oficialista Chile Vamos. Con la entrada de Provoste en la presidencial, el político de centroderecha se convertiría con “mayor nitidez” en el candidato oficialista “con todo lo que implica aquello en el escenario”, comenta Duval.
Un 64% de los chilenos desaprobaría al gobierno de Sebastián Piñera, según una reciente encuesta de las principales firmas de Chile, Cadem. Las tasas de popularidad del mandatario cayeron después de las manifestaciones masivas iniciadas el 18 de octubre de 2019.
La conquista de los moderados
De momento, Sichel y Boric se disputan las preferencias en los sondeos con pocos puntos de diferencias. El exlíder estudiantil llevaba la ventaja hasta hace unos días. “Es el candidato de la izquierda por los cambios, cuestión que ahora podría disputarle Provoste si apela unidad de la oposición y cambios con gobernabilidad. Ahí se definirá el eje”, explica Duval.
Un posible “error” sería que la jefa del Senado quisiera “parecerse” a Boric. El analista Mauricio Morales, académico de la universidad de Talca, señala que el desafío de la candidata será conquistar a los electores moderados. “Necesariamente un candidato presidencial que aspire a gobernar Chile debe fidelizar este tipo de votantes que son la gran mayoría, pero que al mismo tiempo tienen menos interés en votar y son más difíciles de capturar”, indica.
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Para conseguir este fin debería aproximarse a estos votantes, y “sin insistir” en una oferta parecida a la de Boric. De acuerdo con el académico la clave sería establecer un programa identitario de la centroizquierda, ya que los electores suelen optar por propuestas originales.
Gonzalo Müller, director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, la senadora se inclinará hacia la izquierda, lo cual daría la sensación de que podría “seguir construyendo con Boric”. Basado en el baja nivel de participación en la consulta ciudadana del pacto Unidad Constituyente, Provoste estaría en el tercer lugar de la carrera presidencial. “Recién ha ganado y hay que escuchar qué dice Provoste como candidata”, aconseja.
La única mujer en la competencia
Hasta ahora Provoste es la única mujer de los aspirantes a La Moneda. Según Morales, la senadora podría captar votos femeninos en la primera vuelta.
Recuerda que una experiencia similar sucedió en las elecciones donde participó la expresidenta Michelle Bachelet. Y si bien los niveles de votación podrían ser incomparables, este factor podría ser considerado al momento de sufragar. “En Chile, las mujeres vienen votando más que los hombres, particularmente las menores de 40 años. En el caso de las jóvenes, entre 18 y 29 años, la brecha de participación favorable a las mujeres es cercana a 8 puntos por sobre los hombres de la misma edad”, concluye el académico.
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