Caracas — Que la pandemia Covid-19 impactó de manera desproporcionada a las mujeres de toda la región no es secreto para nadie.
A principios de julio, el secretario permanente del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), Javier Paulinich, lo había remarcado en un encuentro virtual con Bloomberg Línea y demás medios miembros de la Asociación de Prensa Extranjera en Venezuela (APEX): “Se ha identificado que a partir de la pandemia, mujeres, migrantes y grupos vulnerables son los que más han sufrido desde punto de vista de pérdida de empleo en las Mipymes. Entonces, hay una suerte de falta de igualdad en el rol de las mujeres”, dijo Paulinich.
En Venezuela, sin embargo, estas han contado con el apoyo de al menos tres organizaciones no gubernamentales.
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Aliadas en Cadena suma estudiantes y sensibiliza a hombres
Aliadas en Cadena contaba con toda una infraestructura en sus siete sedes alrededor de Venezuela para sus programas de formación a mujeres vulnerables, destinados a impulsar su productividad económica y autonomía. La pandemia, sin embargo, puso a las integrantes de esta organización ante un dilema: “No podemos generar más brechas sobre las brechas ya existentes”, recuerda haber pensado la gerente general de la organización, Yomara Balzán.
Tras consultar a sus estudiantes, detectaron que alrededor de 70% de ellas tenía acceso a Internet y un porcentaje similar poseía teléfono inteligente. Decidieron, entonces, adaptar sus programas a la virtualidad y no detener el proceso de formación de estas.
Fue así como lograron tener 432 egresadas durante la pandemia, de las cuales la mayoría (72%) está en actividad productiva, principalmente en sectores como el de servicios, producción y gastronomía, según datos suministrados por Balzán. Además, con los casi 100 forochats que organizaron nada más durante 2020, mientras adaptaban los programas, alcanzaron a casi 30.000 personas.
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“El uso de tecnología definitivamente sí contribuye a ampliar el alcance, no solamente en número de participantes, sino geográfico”, acotó la gerente general de la organización.
En paralelo, Aliadas atacó otro problema que detectaron en una encuesta a 462 de sus egresadas: estaban dedicando 45,62% de su tiempo a labores domésticas y de cuidados no remunerados o lo que es igual a 76,6 horas semanales.
Para ello, apuntaron directamente a los hombres con programas de sensibilización y visibilización de “nuevas masculinidades”, e igualdad de género y condiciones.
Según información de su página Web, Aliadas en Cadena tiene más de 13 años de trayectoria en el uso estratégico de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) para la promoción de los Derechos Humanos de las Mujeres e Igualdad de Género en las comunidades en condiciones de vulnerabilidad en Venezuela.
Con Cash y Empoderamiento, Cepaz ayuda en La Dolorita
En el Centro de Justicia y Paz (Cepaz) están conscientes de una realidad, desde que se anunciaron oficialmente los primeros casos de covid-19 en Venezuela, a mediados de marzo de 2020, e inició la cuarentena, que aún se mantiene con un esquema de flexibilización cada siete días.
“Siendo las mujeres las que ocupan mayor parte de los trabajos informales, también son ellas las más afectadas por el aislamiento social y la desaceleración económica, ya que viven del pago diario y dejarían de percibir las remuneraciones económicas de cada jornada”, publicaron el 2 de abril de 2020 en un informe sobre el impacto diferenciado en varias dimensiones.
Esto no demoró en evidenciarse en la popular parroquia de La Dolorita, al este de Caracas, donde la pandemia agarró desprevenidas a mujeres sin ingresos fijos, ni ahorros, ni alimentos en casa. “No tengo los recursos necesarios para pasar la cuarentena”, confesó una a la organización sin fines de lucro, a mediados de abril.
Para ayudar a mujeres como ella, explicó la abogada y oficial de incidencia de Cepaz, Sara Fernández, la organización implementó a inicios de la pandemia la entrega de ayudas a través del programa Cash.
“Hemos seguido atendiendo a mujeres dentro y fuera de La Dolorita, entregando copas menstruales y donaciones, haciendo formaciones, clínicas jurídicas y atención psicolegal”, acotó Fernández.
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Pero, además de esto, las mujeres de La Dolorita, que ya habían iniciado un proceso de “empoderamiento”, de la mano de Cepaz, apelaron a las llamadas “redes de solidaridad” para apoyarse mutuamente cuando no disponían de alimentos. También hicieron sus propios tapabocas y máscaras protectoras con botellas plásticas.
Refundada en 2013, Cepaz recorre un camino de “lucha en contra de la criminalización” –como se lee en su página Web– y a favor del ejercicio ciudadano activo “por la conciencia y exigencia de sus derechos”.
Acción por Venezuela quiere visibilizar la realidad de la mujer rural
Precisamente en esta pandemia, la ONG Acción por Venezuela lanzó un observatorio para monitorear, documentar, y difundir información sobre las mujeres que viven específicamente en comunidades rurales de este país.
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“Son las que están en la casa con la responsabilidad del cuidado de los niños, los enfermos y los ancianos; no trabajan o si trabajan lo hacen por sueldos muchos más bajos. En general, y en el caso de las mujeres rurales, tienen menos acceso a transporte, por lo cual se quedan aisladas y alejadas de los puestos de trabajo, no tienen acceso a servicios básicos, y en la mayoría de los casos no son dueñas de sus casas o terrenos donde viven”, detalló Marisela Castillo, directora de la organización.
Entre este mes de julio y el de noviembre recolectarán la información a través de 400 encuestas. El diagnóstico sobre trabajo remunerado y no remunerado, la bancarización y otros aspectos será remitido a organizaciones civiles, tanques de pensamiento y tomadores de decisiones
“Queremos promover la investigación, análisis y divulgación de información sobre las condiciones de vida de la mujer rural en Venezuela, de manera de identificar los elementos que inciden en el desarrollo de una vida digna con respeto a los derechos humanos”, acotó Castillo.
Acción por Venezuela nació en 2016 con el objetivo de reducir la desnutrición, promover la educación y contribuir con el acceso a la salud en personas que viven en extrema pobreza en Venezuela.
En enero de 2021, el presidente Nicolás Maduro, admitió que la pobreza había crecido durante 2020 en Venezuela: la general hasta 17 por ciento y la extrema hasta 4 por ciento. En su Encuesta de Condiciones de Vida de 2020, sin embargo, las universidades más importantes del país encontraron que 96% de los hogares venezolano estaban en situación de pobreza y 79% en pobreza extrema.
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