“Por el golpe de la pandemia, ya no somos una región mayoritaria de clase media”: Banco Mundial

En diálogo con Bloomberg Línea, Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del organismo para América Latina y el Caribe, aseguró que a la región le va tomar dos o tres años volver a recuperar el ingreso perdido.

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Bogotá — Poco más de dos meses pasaron desde que la Organización Mundial de la Salud declaró al Covid-19 como pandemia y el anuncio oficial de que el colombiano Carlos Felipe Jaramillo iba a ser el nuevo encargado del Banco Mundial para 31 países de América Latina y el Caribe, en el año en que la región vivió la peor crisis económica desde que se llevan estadísticas.

Jaramillo, quien trabaja hace casi dos décadas en el organismo multilateral, venía de ser el responsable de la operación en Kenia, Ruanda, Somalia y Uganda cuando lo llamaron para ponerse al frente del manejo de una cartera de proyectos y recursos de casi US$32.000 millones. Hasta ahora, tras su posesión oficial el 1 de julio y ya cuando las vacunas han ayudado a enfrentar el avance de la pandemia, el economista ha empezado a visitar los países a su cargo para conocer de cerca cómo han venido reactivándose, pese a que en el horizonte la variante Delta le ha añadido incertidumbre a la recuperación.

En diálogo con Bloomberg Línea, Jaramillo cuenta que el Banco Mundial ya ha desembolsado más de US$14.000 millones para la atención de la crisis que generó el Covid-19, pero advierte que la batalla todavía no está ganada y que tomará al menos dos años para que los hogares vuelvan a tener los ingresos de la época previa a la pandemia.

Esta entrevista fue editada por cuestiones de claridad y extensión.

¿Cuáles han sido las proyecciones más recientes que han entregado para América Latina y el Caribe? ¿El momento actual de la pandemia puede frenar la recuperación?

La región, lamentablemente, ha sido un epicentro global de la pandemia desde que empezó en abril de 2020. Eso nos ha afectado muchísimo, no solamente en el área sanitaria. A pesar de que solo tenemos el 8% de la población global, hemos tenido que ver lamentablemente el 20% de las infecciones globales, más del 30% de las muertes. La economía regional de toda América Latina y el Caribe tuvo su peor año desde que llevamos estadísticas, hace más de un siglo. Tuvimos una caída en el PIB del 6,5% que nunca antes habíamos visto. Eso ha sido un golpe muy duro para el ingreso de muchas familias.

Nosotros hace cuatro años celebrábamos un trabajo muy riguroso que cuantifica que América Latina, por primera vez en la historia, tenía la mayoría de su población en la clase media. Nos graduamos al ser una región principalmente de clase media, pero lamentablemente con esta crisis más de 5 millones de personas han salido de esta categoría de clase media para abajo hacia las categorías inferiores, pobreza o vulnerabilidad. Y en este momento ya no somos una región mayoritaria de clase media, solo por el golpe esta pandemia.

¿Y cómo ven las proyecciones para lo que resta del año y para 2022? ¿Sí vamos en camino a una reactivación económica?

Siempre hay incertidumbre alrededor de este tipo de pandemias. Lo ha habido históricamente y creo que eso lo estamos viendo en todo el mundo. Luego, hay momentos de pesimismo y de optimismo. Hemos tenido momentos de optimismo en los últimos meses, en la medida en que un buen número de países, sobre todo en los países desarrollados, han visto caer las infecciones y se han vacunado en proporciones muy altas. Pero ahora hay nerviosismo, por lo que puede significar la variante Delta, que es mucho más contagiosa, de manera que tenemos ese factor de incertidumbre.

Aún teniendo en cuenta eso, estamos proyectando para este año una recuperación parcial. No es una recuperación total. No es que vamos al final del año a estar ya nuevamente recuperando todos los ingresos que se perdieron por la pandemia, pero estamos proyectando una recuperación de 5,2% para la región en el 2021. A ese ritmo, igual nos vamos a demorar por lo menos dos o tres años en volver a recuperar el ingreso perdido. Esto varía un poco de país a país, pero va a ser un proceso posiblemente lento. La variable clave en estos momentos es la vacunación, es bien importante entonces ahora montar el esfuerzo logístico, convencer a la población y vacunar, porque creo que sin esto va a ser muy difícil restablecer nuevamente los ingresos de todas las familias.

Lamentablemente con esta crisis más de 5 millones de personas han salido de esta categoría de clase media para abajo hacia las categorías inferiores

¿Hay riesgo de que este proceso se frene por los miedos a las vacunas?

Lo primero es que nosotros, como Banco Mundial, hemos podido responder bien a las necesidades financieras ocasionadas por esta crisis. Hemos podido proporcionarle a la región US$14.800 millones desde que empezó la pandemia en abril del año pasado y hasta el 30 de junio. Fundamentalmente en financiación orientada a la salud. Eso ha sido muy positivo para la región. En cuanto a las vacunas, diría que varía mucho dependiendo de país, pero soy optimista, porque veo los esfuerzos de vacunación teniendo buenos resultados.

Esto varía un poco porque es muy importante que los gobiernos monten buenas campañas de educación para que la gente entienda la importancia de las vacunas. Es un tema que no es solamente de protección personal, sino de protección familiar, de protección comunitaria y de protección de todo el país. Si todos estamos vacunados, vamos a poder ir acabando con este virus.

¿Hay una meta para ampliar esa financiación?

Tenemos todavía muchísimos recursos disponibles este año. En este nuevo año fiscal, que empezó a partir del 1 de julio, estamos mirando las demandas de los países, pero creo que las vamos a poder llenar. No tenemos una meta específica, pero creo que vamos a estar hablando nuevamente de varios miles de millones. Les estamos insistiendo a los países que lo primero y lo fundamental son las vacunas, que es crítico para dar confianza a la gente, especialmente en América Latina, en donde hay mucha informalidad y muchos de los trabajos requieren ese contacto personal.

Vamos a financiar cada vez más lo digital, que ha sido uno de los más importantes en este período. Los que tienen acceso digital son los que han podido sobrevivir mejor la pandemia, están más conectados, han podido trabajar desde sus casas, sus hijos han podido conectarse a la educación por internet, etcétera. Estamos también trabajando con varios países para ayudarles a diseñar y financiar programas de educación para recuperar el aprendizaje perdido, que es el otro tema que nos preocupa mucho en la mayoría de los países de la región.

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Las escuelas y los colegios estuvieron cerrados en muchos casos más de un año y sí se han hecho esfuerzos por tratar de educar a los niños por métodos alternativos, pero no es claro que se hayan logrado las mismas metas de aprendizaje. Al contrario, nos preocupa que hay mucha evidencia de que se ha perdido mucho aprendizaje y eso requiere hacer programas de recuperación de lo que se ha perdido.

Si no lo hacemos, vamos a tener una generación de niños que se van a salir de los colegios menos preparados, con menos conocimiento, menos aprendizaje y eso va a tener repercusión de por vida, en sus salarios, sus ingresos.

Estamos en un período de inestabilidad social, Colombia es un reciente ejemplo de esto y también vienen una serie de periodos electorales. ¿Este ambiente podrían poner en riesgo la reactivación?

Eso varía mucho de país a país. No me atrevería a decir algo que sea válido para toda la región, pero creo que lo que es importante en esto es tener el pulso de la sociedad y entender mejor las preocupaciones, especialmente de la juventud. Se ha subestimado mucho el grado de frustración que esta crisis ha ahondado, sobre todo en esa capa de la población de jóvenes, muchos de ellos sin empleos o subempleados, con empleos de mala calidad. Pero hemos podido ver que en algunos países se ha mantenido el diálogo y se han podido construir consensos para hacer reformas que son importantes para el futuro. La oportunidad es grande para aquellos que están dispuestos a dialogar con paciencia y escuchar a todos los estamentos sociales, porque al final hay una oportunidad para hacer una recuperación.

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¿Cuáles son los países que ustedes ven que están jalonando el carro de la reactivación?

En América Latina, las economías grandes son las que tienden a tener mayor impacto. Tenemos una reactivación bastante importante proyectada para México, esto se debe en gran parte porque tiene la enorme ventaja de ser parte del acuerdo con Estados Unidos y Canadá y por estar altamente abierto a al comercio. México y Brasil son tal vez las economías mejor preparadas para aprovechar estas oportunidades.

Nos vamos a demorar por lo menos dos o tres años en volver a recuperar el ingreso perdido

En este análisis de los factores externos, ¿qué tanto puede perjudicar a la reactivación económica que haya un endurecimiento de la política monetaria de Estados Unidos y el incremento de la inflación en los países de la región?

Es un factor de incertidumbre que mencionamos en nuestras predicciones. Hasta el momento, las tasas de interés se han mantenido muy bajas en todo el período de la pandemia y ha sido algo muy positivo para la región. Pero sí vemos con alguna preocupación que algunos indicadores de inflación han venido subiendo, en algunos países desarrollados podría haber endurecimiento, eso se transmitiría a una mayor tasa, mayor servicio de pago en la deuda externa para un buen número de países, sobre todo los que tienen deudas extranjeras de manera importante y eventualmente tasas de interés locales nacionales más altas.

El presidente Iván Duque, en Colombia, ha criticado a las calificadoras de riesgo y ha dicho que están analizando a los países con un esquema prepandémico, ¿qué opina?

Ese es un tema de mucho debate y de mucha controversia, y no solamente durante esta crisis. Se hace más difícil y más costoso el acceso al endeudamiento externo. Eso es un elemento no deseable de un marco de políticas para poder responder de buena manera a las crisis. Pero para nosotros lo importante como Banco Mundial es entrar a apoyar a los países así tengan dificultades de financiación externa. Creo que parte del papel que juega una banca multilateral como el Banco Mundial es precisamente llenar aquellos vacíos y aquellos espacios que se abren. Este próximo año haremos lo posible porque los países van a tener que mantener ese equilibrio. Es difícil. Colombia debe tratar de responder a la población y ayudarle a la gente, pero al mismo tiempo tener una política fiscal sana y mantener la economía relativamente tranquila.

¿Qué acciones deben tomar los países para recuperar el camino que se había ganado en términos de pobreza?

Diría tres. A corto plazo, las vacunas. Eso es esencial para que haya una recuperación, confianza, para que la gente vuelva a trabajar y sobre todo, para que ese sector informal más marginado pueda regresar a cierta normalidad. Segundo, hay una agenda importante de reformas en cada país y que creo que pasa por temas como los que mencioné de la transformación digital. El tema de generar empleos. Y menciono uno que no había dicho hasta ahora que para nosotros es muy importante, que es ver que la recuperación tenga este aspecto de sostenibilidad ambiental, porque tenemos que modificar un poco el modelo de crecimiento para que no sea tan dañino con el ambiente. Nos preocupa, por ejemplo, el agua, la disponibilidad de agua en América Latina.

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