Carlos Ardila Lülle, la tenacidad detrás de su fábrica de crear empresas

El empresario amasó una fortuna de unos US$2.200 millones y estuvo múltiples veces en el top de los hombres más ricos del país y de Latinoamérica.

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Bogotá — El empresario colombiano Carlos Ardila Lülle falleció esta madrugada en Colombia, país en el que es reconocido como uno de los industriales más influyentes del siglo XX y como el líder de una fábrica para crear empresas.

El fundador y el dueño de la Organización Ardila Lülle (OAL) levantó un poderoso conglomerado empresarial que abarca desde fábricas de gaseosa hasta cadenas de radio y televisión que le llevaron a convertirse en uno de los más poderosos del país.

Carlos Ardila Lülle, descendiente de una familia alemana, nació en 1930 en Bucaramanga, un año después de la gran depresión que tocó a Wall Street y cuyo coletazo en Latinoamérica se sintió en los años posteriores con la caída de los precios de las materias primas y la fuga de capitales.

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Reconocido por su rigurosidad en los negocios y su meticulosa organización, Lülle dio sus primeros pasos en el mundo de los negocios al ingresar a trabajar en la empresa de gaseosas de su suegro, Antonio José Gaviria.

En gaseosas Lux desempeñó múltiples funciones gerenciales y tuvo la idea de producir una gaseosa de manzana, una novedad en su momento que catapultó a este negocio y le llevó en 1968 a comprar a uno de los mayores competidores, Refrescos Postobón.

Como anédcota detrás de la “fórmula mágica”, medios locales publicaron en la década de los 80 que mientras el empresario estaba en el laboratorio químico de la compañía recibió a un vendedor de esencias concentradas que tenía una que le llamó particularmente la atención, una de manzana, que le llevó a tener esta idea.

Su carrera siguió en ascenso tras conquistar la industria local de las gaseosas en un momento en el que el país y su tejido empresarial aún se encontraban en plena apertura económica.

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Esto le llevó a diversificar su portafolio al invertir en ingenios azucareros como Incauca o Ingenio Providencia, aunque luego también daría el salto al negocio de los concesionarios automotrices (Los Coches).

Ya en 1973 compró su emisora de radio, que rápidamente creció con la adquisición de otros competidores menores, y en 1998, cuando el Gobierno colombiano privatizó la televisión del país, fundó RCN TV, considerado uno de los más poderosos hasta hoy. Incluso dio un paso al mundo de los deportes al adquirir a Atlético Nacional, el club de fútbol de la ciudad de Medellín.

Su influencia le llevó a ser elegido como el Empresario del siglo XX por parte de los once decanos de las principales Facultades de Administración de Empresas de Colombia.

También obtuvo la Orden de Boyacá, la máxima condecoración que el Gobierno colombiano concede a personalidades destacadas, en la categoría de Gran Cruz, así como la Orden de la Democracia.

En febrero de 1988 sufrió un accidente doméstico en Medellín que le obligó a usar silla de ruedas y a someterse a varios tratamientos de fisioterapia. Ya en 1996 fundó Cervecería Leona, pero en medio de la crisis económica de 1999 el negocio no obtuvo los resultados esperados y finalmente fue vendido.

A inicios de los años 2000 el empresario, que también obtuvo la nacionalidad española, tenía más de ochenta compañías que generaban cerca de 40.000 empleos, según la biblioteca cultural del Banco de la República.

Durante su vida el empresario amasó una fortuna de unos US$2.200 millones y estuvo múltiples veces en el top de los hombres más ricos del país y de Latinoamérica, de acuerdo a las principales publicaciones económicas del mundo.

Este viernes personalidades del país como el presidente colombiano, Iván Duque; el gobernador de Antioquia, Luis Fernando Suárez Vélez o el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas lamentaron su muerte.

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