Trombos por vacunas son raros, pero pueden ser ‘devastadores’

Los datos publicados en julio mostraron que la vacuna de AstraZeneca no aumenta el riesgo de padecer el trastorno después de una segunda dosis

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(Bloomberg) -- Investigadores dicen estar progresando en la comprensión de un trastorno de coagulación relacionado con las vacunas contra el covid-19 que describen como muy poco común pero potencialmente “devastador”.

El síndrome de trombos afectó a aproximadamente 1 de cada 50.000 personas menores de 50 años que recibieron la vacuna desarrollada por AstraZeneca Plc. y la Universidad de Oxford, según un estudio publicado en el New England Journal of Medicine.

Casi una cuarta parte de los pacientes que definitivamente o probablemente tuvieron la enfermedad fallecieron.

Las posibilidades de muerte aumentaron a 73% entre las personas con un recuento de plaquetas muy bajo y otros factores, encontraron investigadores del Reino Unido. Los casos del trastorno, llamado trombocitopenia y trombosis inmunes, han disminuido desde que se introdujeron restricciones de edad en el lanzamiento, señalaron los científicos el miércoles.

Los investigadores esperan que los hallazgos ayuden a los países que dependen en gran medida de la vacuna de AstraZeneca a responder a la afección y decidir quién debe recibir la inmunización. La inoculación se ha visto afectada por preocupaciones de seguridad que llevaron a algunos reguladores a limitar su uso a los adultos mayores. El trastorno puede afectar a los receptores jóvenes de la vacuna, por lo demás sanos.

“Lo que hemos aprendido en el Reino Unido es muy importante para otros países”, dijo Sue Pavord, investigadora de los Hospitales de la Universidad de Oxford, durante una sesión informativa. “Si son capaces de reconocer esta afección y manejarla de inmediato, pueden continuar con la vacunación”.

Los datos publicados en julio mostraron que la vacuna de AstraZeneca no aumenta el riesgo de padecer el trastorno después de una segunda dosis. La tasa estimada fue de 2,3 por millón en personas que recibieron una segunda dosis, comparable a lo que se encuentra en una población no vacunada, pero la tasa después de una sola dosis fue más alta, de 8,1 por millón.