Bogotá — Cuando en el mundo se piensa en café, también piensa en Colombia. Conchita, la mula de Juan Valdez y protagonista del logo de la Federación Nacional de Cafeteros, es reconocida a nivel mundial.
Sin embargo, el café colombiano tiene destinos tradicionales en los que siempre ha sido estrella, y otros, en los que apenas comienza a brillar y todo por cuenta del déficit mundial de café.
Cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) muestran que Estados Unidos sigue siendo el principal comprado de café de Colombia. Con cortea junio se vendieron a ese país US$543,7 millones, un 11% más que en el 2020, pero a la vez unos US$35 millones más que al mismo periodo del 2019, cuando la pandemia aún no se asomaba por el mundo.
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Pero sin duda hay países a los que Colombia les vendía poco y en los últimos años han comenzado a demandar mucho más café. Es el caso de Alemania, hacia donde las exportaciones de café crecen 2,7% y llegan a US$96,3 millones.
Pero Países Bajos, si bien no demanda grandes montos, si ha venido mostrando un mayor apetito por el grano colombiano. En 2018 compró US$21 millones, al año siguiente aumentaron a US$30 millones y para 2020 las compras cayeron por cuenta de la pandemia a los US$23 millones. Cerrado el primer semestre de 2021, las compras hacia ese país se estiman en alrededor de US$14 millones.
El caso de Bélgica, uno de los puntos de entrada a Europa más importantes, es contundente. En 2018 Colombia le vendió en todo el año US$125 millones, al año siguiente se redujeron las ventas a US$122 millones y en 2020 crecieron hasta US$190 millones. En apenas medio año del 2021 ya compró US$114 millones, un aumento del 48% con respecto del mismo mes del año anterior.
Así mismo hay destinos en donde las compras de café colombiano se incrementan en más del 100%, no obstante, aún son por montos insignificantes dentro del componente de exportaciones. Es el caso de India, donde aumentan al 136% aunque apenas son por US$160 mil,
La mayor demanda del grano no proviene sólo de Europa. México es otro gran comprador que toma impulso. Un 87% han crecido las compras de café desde allí y están sumando US$7,14 millones. En medio año ya compró el doble de lo que compró en 2018, y lo mismo que compró en todo el 2019.
La mala hora de la cosecha en Brasil
Brasil, el mayor productor de café en el mundo está pasando por un delicado momento que tiene al mundo tenso por la falta del grano.
En Brasil se registró un mes con muy fuertes heladas. Ente junio y julio las temperaturas bajaron a niveles que encendieron las alarmas por el impacto que podrían llegar a tener en los cultivos. Las temperaturas, que por días fueron inferiores a los cero grados centígrados, afectaron los cultivos de maíz, naranja, y sobre todo, del café, que es característico de la región de Minas Gerias.
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De acuerdo con Bloomberg, una evaluación preliminar del Gobierno de Brasil indica que las heladas recientes pueden haber reducido la producción de café arábica del próximo año hasta en 10 millones de sacos.
Las temperaturas bajo cero quemaron árboles y hojas esenciales para la producción del próximo año y también mataron árboles jóvenes, lo que podría comprometer la producción durante años. Los problemas climáticos han impulsado un repunte en Nueva York y los precios alcanzan un máximo de siete años en julio.
La visión de los productores
A los productores colombianos es poco lo que les interesa conquistar nuevos mercados. Tiene claro que el déficit de café en el mundo estará presente al menos por este año y el que viene y ello les pone el reto de abastecer los mercados que tradicionalmente han sido sus compradores.
Bloomberg Línea habló con Pedro Echavarría uno de los productores y exportadores de cafés especiales más reconocido en el gremio quien explicó que “esta es la primera vez que se manifiesta tan abiertamente un déficit estructural de la oferta y la demanda”.
Y es que hay que tener en cuenta el mundo en una cosecha alta de Brasil produce entre 170 o 173 millones de sacos y en una baja cosecha entre 160 y 65 millones. A la vez, la demanda de café está alrededor de los 171 millones de sacos.
Dice Echavarría que “la sequía de Brasil el año pasado ya bajó la cosecha para este año, y las heladas de julio lo agravaron y aumentaron el problema porque en Brasil la sequía sigue. Y se pondrá peor porque si en Brasil no llueve en septiembre el problema estructural va a agravarse aún más”.
El mercado cafetero tiene claro que el gran reto es garantizar el abastecimiento. Es por eso que antes de que se produjeran las heladas de julio en Brasil el precio del grano en el mercado internacional alcanzó a ser de US$1,60.
Las heladas de los últimos meses trajeron consigo una subida adicional del precio en la Bolsa de Nueva York, primero a US$1,80 y posteriormente hasta los US$2,0, pese a que posteriormente corrigió levemente a la baja. Lo cierto es que para Echavarría “este es el inicio de un ciclo peligroso de precios altos del café”. Y es que explicó que “es tan grave el problema que en año 1994 había una helada y el café subía de precio pero y al año siguiente bajaba, ahora no pasa lo mismo porque en el mundo no hay inventarios”.
Para Echavarría esa es la explicación del incremento de las exportaciones hacia países a los que tradicionalmente no se les vendía tanto. “Están tratando de acumular tanto como puedan porque sabe que el mercado del café va a estar complicado al menos por los próximos os años”.
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Y aunque puede resultar atractivo que el café colombiano se posicione en destinos a los que no llegaba con tanta fuerza, Echavarría sostiene que “el interés de Colombia no debe ser posicionarse en esos mercados nuevos sino atender los mercados tradicionales para no quedarles mal a los clientes de toda una vida. Buscar nuevos mercados es imposible cuando hay déficit estructural”.
El déficit del grano ha mantenido la prima por calidad para el café colombiano en más de 50 centavos de dólar por más de un año. Es decir, el precio de Nueva York más la prima de calidad, antes era de US$0,10 a US$0,12 “es por eso que el precio interno se dispara porque el externo lo pagan a 50 centavos de prima”, añade Echavarría.
Para el caso de los exportadores de cafès especiales el precio es aún más favorable, “son de 80 centavos de dólar, US$1, o de US$1,50.
Y es que el consumo de cafès especiales viene ganando terreno en el mundo por cuenta de la apertura de coffee shops. Por lo pronto los cafeteros sonríen ante el panorama de precios, y desde diversos sectores se ha lanzado la alerta de generar los ahorros necesario para cuando vuelvan a descender.
