Ciudad de México — La tenencia de bonos gubernamentales en manos de extranjeros continúa reportando la salida de capitales extranjeros. Independientemente de la crisis sanitaria, que aún persiste en México, existen otros riesgos que generan incertidumbre entre los inversionistas.
Hasta los 31 días de julio se registró una salida de 201.759 millones de dólares en tenencia de bonos en manos de extranjeros, para terminar en 1.68 billones de pesos, el peor nivel desde el 9 de septiembre de 2013.
Por tercer año consecutivo, se registra la salida de estos flujos, de acuerdo con datos de Banxico.
“Hay una serie de temas de gobernabilidad que tiene que ver con cambios en algunas leyes”, dice el gerente de Promoción en estrategias de inversión de CiBanco, Egdar Arenas.
La situación sin precedentes que dañó la economía en distintos países a causa de la pandemia es un factor que sigue afectando al país; sin embargo, se agregan algunos muy particulares.
La inyección de dinero a la Comisión Federal de Electricidad y recientemente Pemex no es bien visto por los inversionistas, ya que en el corto plazo las finanzas del país son aceptables, pero no en el mediano y largo plazo, explicó Arenas.
Los bonos de largo plazo son los principales instrumentos adquiridos por inversionistas institucionales, estos son las Afores, aseguradoras, fondos de pensiones y fondos locales. En el caso de los extranjeros, realizan compras de papeles con grado de inversión.
Los papeles en manos de residentes extranjeros representan cerca del 19% del total en circulación, de acuerdo con datos de Banco de México.
Riesgos en el país
Amín Vera, director de Análisis económico en Black Wallstreet Capital, mencionó que otra medida del riesgo país no es la calificación del riesgo soberano en sí misma, sino la salida de flujos extranjeros respecto de la deuda soberana.
“Es un indicador de cuánta confianza tienen los inversionistas”, dice.
Un factor que coadyuva a la salida de capitales extranjeros es la próxima decisión de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, pues genera un rebalanceo en la cartera de los compradores en el mercado de deuda e incluso el accionario. .
“Cuando hay un aumento en la tasa de interés en un bono de EE.UU., aunque sea muy poco el beneficio, los inversionistas regresan a estos instrumentos”, dijo Vera.
A finales de junio, el banco central mexicano anunció un aumento en su tasa referencial de 25 puntos base para establecerla en 4.25%, algo que no es suficiente para mantener el capital de los extranjeros en el país.
La tasa del bono a 10 años de México, en el mercado secundario, aún presenta un diferencial de beneficio en hasta 55 puntos base frente a economías como Chile, Perú y Colombia. Es uno de los países con un mayor nivel de interés, luego de Brasil.
Mejoría en el corto plazo
La tasa de instrumentos, también de deuda soberana, pero de corto y mediano plazo, como los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) y los Bonos de Desarrollo del Gobierno Federal (Bondes) ofrecen una tasa de hasta 5.10 y 5.48% respectivamente, situación que luce más atractiva que mantener el instrumento al largo plazo.
Este comportamiento se define como curva invertida, lo que significa que es más atractivo invertir en papeles de corto plazo que a un mayor tiempo por el mayor interés que otorga. Envía señales a los inversionistas de que hay falta de certeza, de acuerdo con Arenas.
Mantener el capital extranjero en México es un indicador de confianza entre los inversionistas y una de las claves será el próximo anuncios en el aumento de la tasa de interés. Sin embargo, para que las alzas sean efectivas entre los inversionistas, se debe mejorar el panorama en el país.
“Para crear una mejor condición, la administración federal debe atender los riesgos: mejorar el perfil financiero de Pemex, mejorar las condiciones de seguridad y las condiciones frente al COVID-19”, mencionó Vera.