Caracas — Tras reuniones con representantes del sector privado, el gobierno de Venezuela decidió eliminar la exención arancelaria a casi 600 categorías de productos que entran al país sin pagar impuestos.
“Hemos venido dibujando un mapa sobre dónde fortalecer las capacidades y potencialidades productivas que tiene Venezuela en distintos sectores”, dijo, al hacer el anuncio, el pasado viernes, la vicepresidenta y ministra de Economía y Finanzas, Delcy Rodríguez.
Desde 2019, estaba vigente un decreto de exoneración de aranceles, que había sido prorrogado en varias oportunidades, y que analistas como Tomás Socías López, quien fue ministro de Comercio, condenaban por considerar que perjudicaba a la producción nacional y la ponía por debajo de la importación de rubros terminados.
Socías López está entre los que, tras conocer de la medida, la han celebrado, por considerar que trae beneficios para la economía y la industria venezolana.
Desde la teoría, otros especialistas, sin embargo, la miran con recelo.
El economista Omar Zambrano es uno de ellos. “Supongo, en general, desde punto de vista teórico, por supuesto, que esto va a tener un impacto en la estructura de costos y de oferta de esa pequeña capa que se ha formado de venta de importados”, dijo a Bloomberg Línea durante un encuentro virtual con corresponsales de Venezuela, quien para el momento de la conversación, desconocía la lista de productos a los que les quitaron las exenciones.
El economista Ángel Alvarado lo secunda. “Típicamente lo que uno debería esperar es que se encarezcan estos productos en términos reales, es decir, en dólares y en bolívares”, dijo, quien es diputado de la Asamblea Nacional electa en 2015 y fundador del Observatorio Venezolano de Finanzas, al ser interrogado durante una rueda de prensa en la que presentaron las cifras de inflación de junio.
El impacto, sin embargo, y a juicio de Alvarado, no será inmediato: “Entra en vigencia el 31 de noviembre (...) los canales van a estar llenos en diciembre por la época navideña, pienso que el impacto se va a ver algo en diciembre, pero sobre todo a partir del año que viene”.
El consumidor final, en cualquier caso, y a juicio de ambos especialistas, será el más afectado. “No necesariamente va a aparecer ni pronto, ni temprano, un sustituto viable o perfecto de lo que estabas consumiendo, una vez que suprimas la competencia”, advirtió Zambrano.
¿Medida efectiva?
El economista considera que no será una política efectiva para fomentar la producción nacional: “(La sustitución de importaciones) siempre puede salir mal y seguramente va a salir mal también esta vez también”.
A su juicio, el venezolano, como cualquier gobierno, tiene muchas otras opciones para fomentar la producción nacional.
“Suprimir la competencia internacional no es necesariamene una de ellas. De hecho, casi que solo la debes hacer en casos muy puntuales”, aseguró, quien hizo referencia a “millones de cosas” que se podrían hacer en el marco legal, de seguridad jurídica o personal y de derecho a la propiedad, y que podrían fomentar la producción nacional.
“Esto equivale a suprimir un poco la competencia”, sentenció.
Al hacer el anuncio, sin embargo, Rodríguez explicó que no se estaban cerrando las importaciones, sino aplicando una política tributaria a aquellos productos terminados que competían o afectaban a la producción local.
