El precio de su taza de café de la mañana sigue subiendo

Muchas empresas orientadas al consumidor se enfrentan a una dura elección: subir los precios o cambiar a granos más baratos.

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Bloomberg — El precio de la taza de café sigue subiendo, y a nadie parece importarle.

Los precios de los granos de café tipo arábica han subido un 50% en los últimos 12 meses, alcanzando en julio sus niveles máximos de los últimos siete años, después de que la sequía y las heladas dañaran las cosechas en el principal productor, Brasil, y anunciaran una escasez de suministros mundiales durante al menos dos años.

El repunte se produce en un momento en el que los elevados costos de los fletes y la falta de contenedores de transporte marítimo siguen poniendo en jaque a las cadenas de suministro mundiales, reduciendo los márgenes y aumentando el temor a la inflación.

Muchas empresas orientadas al consumidor se enfrentan a una dura elección: subir los precios o cambiar a granos más baratos.

¿La buena noticia? Los bebedores de café son tan adictos que es poco probable que el consumo se vea dañado, sobre todo porque la demanda aún se está recuperando de la pandemia de Covid-19.

La bebida es “una parte tan importante de la rutina diaria (de los consumidores), que costaría mucho cambiar sus hábitos cafeteros”, dijo Darren Seifer, analista de la industria de alimentos y bebidas de la firma de investigación NPD Group. Los clientes están “acostumbrados” a la volatilidad de los precios, añadió.

Este año se espera que el consumo mundial de café aumente a 168,8 millones de sacos de 60 kilos, según Rabobank International, frente a los 164,8 millones de sacos del periodo anterior.

Se espera que el mercado mundial crezca a una tasa anual compuesta del 9% en los próximos tres años, hasta superar ampliamente los US$400.000 millones, según Starbucks Corp. En Asia, el mercado de café de más rápido crecimiento, el consumo aumentará gracias a los mayores ingresos y a la floreciente cultura del café en China, India e Indonesia, según Fitch Solutions.

La demanda de café no es del todo inquebrantable: La pandemia provocó el primer descenso desde 2011.

Pero aunque los mayores precios de este año puedan frenar el repunte postpandémico, el consumo no disminuirá, dijo el analista de Rabobank Guilherme Morya.

Los precios tendrían que subir por encima de US$4 la libra para empezar a hacer mella en el consumo, según Sterling Smith, director de investigación agrícola de AgriSompo North America. Hasta entonces, los consumidores sensibles al precio pueden buscar cafeterías más baratas o preparar más café en casa, dijo.

El impacto será diferente según la región, dijo Vanusia Nogueira, directora de la Asociación Brasileña de Cafés Especiales. Los consumidores de países productores como el suyo tienden a ser más sensibles a los precios, dijo, mientras que los bebedores de café en lugares más ricos como Europa y Estados Unidos se ven menos afectados. Según Rabobank, ya se está produciendo un cambio hacia granos de robusta más baratos en Brasil.

Para empresas como Starbucks, los granos de café representan una pequeña parte de los costos totales en comparación con la mano de obra y el alquiler. Aun así, la mayor cadena de cafeterías del mundo dice estar sintiendo las presiones inflacionarias.

La fijación de precios será una de las muchas palancas que utilizamos para compensar estos vientos en contra”, dijo la empresa, además de animar a los consumidores a comprar artículos más caros como alimentos y bebidas frías.

El consejero delegado de Nestlé SA, Mark Schneider, dijo que “hacer los productos premium y el punto de precio más alto” dan opciones al fabricante de Nespresso y Nescafé. “Cuando sea apropiado, subiremos los precios”, dijo.

Algunos negocios pueden probar tácticas como reducir las recargas gratuitas o el peso de los envases sin cambiar los precios, dijo Judy Ganes, presidenta de J. Ganes Consulting.

Para las cafeterías más pequeñas, cobrar más puede ser más fácil que alterar el sabor de la taza diaria de los visitantes fieles.

Algunos de nuestros clientes llevan bebiendo (nuestras mezclas) por muchos, muchos años. Si las cambiamos, lo notarán”, afirma Marissa Crocetta, gerente de Algerian Coffee Stores, de Londres, que lleva vendiendo café desde 1887.

Si (los precios del café crudo) suben drásticamente junto con todos los demás costos, tendremos que aumentar nuestros precios”.

Con la asistencia de Eamon Akil Farhat, Irina Anghel y Leslie Patton.