Bloomberg Opinión — ¿Se enteró? Facebook Inc. se va a convertir en una empresa del metaverso. Al menos, esa es la historia que sus directivos quieren que todos crean tras una avalancha de entrevistas y anuncios en las últimas dos semanas. Se trata de una narrativa que pretende situar al gigante de las redes sociales a la vanguardia de uno de los conceptos más audaces de la tecnología. Yo soy escéptico.
Pero primero, ¿qué es exactamente el metaverso? El término fue creado por el autor de ciencia ficción Neal Stephenson en su novela distópica de 1992 Snow Crash (Choque de nieve) para describir un espacio virtual donde las personas interactúan entre sí a través de avatares controlados por usuarios. El capitalista de riesgo Matthew Ball también ha escrito extensamente sobre lo que él considera que son los principales atributos de un metaverso, incluyendo una economía en pleno funcionamiento, su persistencia en tiempo real (sin pausas) y la interoperabilidad de las “pertenencias” digitales, como la ropa, a través de múltiples plataformas. Así es como yo lo simplificaría: Piense en ello como una versión futurista de un videojuego multijugador siempre activo en el que puede jugar, socializar o incluso dirigir un negocio para ganar dinero en un entorno realista generado por una computadora.
El director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, inició el ciclo de generación de expectativas cuando declaró a The Verge en una entrevista publicada a finales de julio que su compañía va a invertir activamente para convertirse en un gran actor del metaverso, afirmando que será un lugar en el que uno se sienta plenamente presente con los demás al compartir experiencias virtuales. Días después, Facebook anunció la creación de un nuevo grupo de productos del metaverso dentro de su negocio de realidad virtual, y dijo a los medios de comunicación que tiene la intención de contratar a cientos de nuevos empleados para el proyecto. Luego, en su reporte de ganancias de la semana pasada, Facebook reveló que gastará miles de millones de dólares cada año en sus Laboratorios de Realidad, donde reside el negocio metaverso.
Hemos escuchado antes cosas similares de Zuckerberg. Cuando la compañía adquirió la startup de realidad virtual Oculus por US$2.000 millones en 2014, escribió con entusiasmo que permitiría experiencias virtuales inmersivas en las que uno se siente “presente en otro lugar con otras personas” ¿Suena familiar? Dos años más tarde dijo a Bloomberg Businessweek en una entrevista que la RV (realidad virtual) supondría una realidad alternativa y que Facebook iba a invertir una gran cantidad de dinero para que sucediera.
El historial real de Facebook en materia de RV cuenta una historia distinta. ¿Ha logrado la compañía progresos significativos desde que compró Oculus hace siete años? La verdad es que no. Su último visor de RV, el Quest 2, ha vendido unos US$4 millones de unidades en Estados Unidos, y no es mucho más avanzado que la versión original. De hecho, la tecnología de Oculus fue superada por competidores más pequeños, como Valve Index, que ofrece una mayor fidelidad.
Esto habla de las fallas en la estrategia de Facebook. Los dos componentes críticos necesarios para que las empresas aprovechen las oportunidades que puedan surgir de cualquier metaverso potencial son los semiconductores avanzados y las herramientas de software. Facebook no es fuerte en ninguno de los dos frentes. Para sus dispositivos de RV, la empresa emplea chips estándar de Qualcomm Inc. Eso no será suficiente. Cuando Apple Inc. lance sus propios visores de realidad virtual, lo más probable es que utilice chips desarrollados internamente que ofrezcan un rendimiento superior y probablemente una experiencia de usuario mucho mejor. No habrá competencia.
Respecto al software, los llamados motores de programación y las herramientas de creación de objetos digitales serán clave para ejecutar y poblar los mundos virtuales de cualquier metaverso. Este caso Facebook está una vez más muy por detrás de Epic Games Inc. El motor Unreal de Epic ya es la base de grandes experiencias multijugador, desde juegos de batalla todos contra todos para 100 personas hasta conciertos de música. Nvidia Corp. también lanzó una plataforma de desarrollo de software que se utiliza para crear simulaciones de mundos virtuales, aprovechando las tecnologías gráficas de la compañía. Aunque Facebook invierta miles de millones de dólares, será casi imposible replicar rápida o fácilmente la experiencia especializada que estas empresas de semiconductores y software construyeron durante décadas.
Si no va a ser Facebook, ¿quién está preparado para hacerlo bien en el metaverso? Apple, Epic y Nvidia están bien posicionados, dado su respectivo liderazgo tecnológico en estas áreas de hardware y software. Y los dos principales sistemas de operaciones móviles (iOS de Apple y Android de Google de Alphabet) seguramente se beneficiarán a medida que las aplicaciones y los dispositivos se ejecuten en sus plataformas dominantes que cuentan con miles de millones de usuarios.
En última instancia, tal vez sea bueno que Facebook no parezca estar preparado para ganar en el metaverso. En primer lugar, está el tema de la confianza. Cuando la compañía adquirió Oculus, el cofundador de la startup aseguró a los usuarios que no se les exigiría usar una cuenta de Facebook ni se les inundaría de anuncios en sus audífonos. Facebook incumplió ambas promesas. Además, puede que un gigante de la tecnología que tiene incentivos monetarios para propagar los contenidos polarizadores más atractivos tampoco sea lo más adecuado para tener un metaverso saludable.