Bloomberg — Un hijo del difunto Joseph Safra, uno de los banqueros más ricos del mundo que murió en diciembre a los 82 años, dijo que tiene la intención de impugnar su desheredación del testamento de su padre en un procedimiento judicial en Suiza.
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Alberto Safra pidió el jueves a un tribunal de Nueva York que le permita presentar pruebas en Estados Unidos para su impugnación. Dijo que su padre, que tenía la enfermedad de Parkinson cuando murió, carecía de la agudeza mental para ejecutar tres nuevos testamentos en noviembre y diciembre de 2019.
“El Sr. Safra no estaba en condiciones en ese momento de hacer voluntariamente y a sabiendas cambios en sus testamentos, y mucho menos cambios que privarían al peticionario, un hijo devoto que había servido lealmente a su padre durante años en el negocio familiar, de su legítima herencia”, dijo en los documentos judiciales presentados en el tribunal federal de Manhattan.
Un portavoz de la familia Safra dijo que no hay base para impugnar el testamento.
“El señor Joseph Safra tomó todas las precauciones necesarias para que sus actos de última voluntad fueran respetados”, según un comunicado. “Esta impugnación es una posición aislada de un solo de los hijos y no se ajusta a la verdad de los hechos”.
Alberto Safra declinó hacer comentarios.
Alberto, de 41 años, es uno de los cuatro hijos de Joseph Safra. Los Safra son propietarios de bancos en Brasil, Suiza y Estados Unidos, al igual que una cartera inmobiliaria que incluye el edificio Gherkin de Londres y una participación en la empresa bananera Chiquita Brands International. Su fortuna se estima en unos US$16.000 millones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
Alberto se alejó del consejo de administración del Banco Safra SA, con sede en Sao Paulo, de la familia, en 2019. Apenas unas semanas después de su salida, su padre “cambió apresuradamente sus testamentos con el fin de cortar al peticionario de su legítima herencia y, en consecuencia, aumentar la participación de los hermanos del peticionario en el patrimonio del difunto Joseph Safra”, según los documentos judiciales.
Sus hermanos supervisan el imperio bancario de la familia, con el hijo mayor, Jacob, a cargo de las operaciones internacionales y el menor, David, supervisando la empresa brasileña. Su hermana, Esther, es educadora y dirige una escuela en Sao Paulo.
La mayor parte de los bienes de Joseph Safra ya fueron donados a su esposa, Vicky Safra, y a sus hijos en vida, según los documentos judiciales, lo que significa que Alberto ya ha recibido parte de la fortuna de la familia. Las donaciones comenzaron hace más de una década e incluyen acciones del Banco Safra en Brasil, que Alberto todavía posee, dijo una persona familiarizada con el asunto, declinando ser nombrada para discutirlo.
Según Alberto, los cambios en el testamento de su padre se hicieron como resultado de “la influencia indebida de individuos que explotaron la vulnerable condición física y mental de Joseph Safra”, dijo en los documentos judiciales. Dijo que se enteró de los cambios sólo después de la muerte de su padre.
Tras dejar la entidad crediticia de su familia, Alberto creó ASA Investments, una empresa de gestión de activos con sede en San Pablo, con unos 90 empleados y oficinas en Río de Janeiro y Nueva York. Alberto dejó el negocio de Safra en Brasil “bajo mucha presión de su familia”, dijo en los documentos judiciales. Se llevó consigo a varios ejecutivos de alto rango de Safra, tensando aún más la relación con sus hermanos.
“En este contexto, algunos miembros de la familia empezaron a tomar represalias contra el peticionario oponiéndose a sus intentos de visitar a su padre, aislándolo de los distintos negocios familiares y, como supo más tarde, tomando decisiones para perjudicar sus derechos”, según los documentos.
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