Bogotá — El presidente Iván Duque entra al último año de su gobierno, un mandato marcado principalmente por los estragos de la pandemia, que ya deja en Colombia más de 125.000 muertos, y que desató una profundización de la pobreza que avanzó hasta afectar a un 42 % de la población, cifra no vista hace más de una década en el país.
El país, además sufre un alto desempleo, que supera el 14 %, en el que mujeres y jóvenes son los más afectados. Finalmente, un cóctel de razones, derivadas del coronavirus y de deudas históricas sin resolver, que han desatado protestas por todo el territorio nacional.
De cara a lo que viene, el 2021 es clave para el país en materia económica y más, cuando dos calificadoras le han quitado el grado de inversión al país. Se espera el tan anhelado rebote proyectado de más del 6% del PIB para el 2021, así como un plan para la estabilidad fiscal con el fin, según el Gobierno, de garantizar programas como el Ingreso Solidario hasta finales del próximo año y subsidiar una parte de las nóminas de las empresas, entre otros.
Duque habló el pasado 7 de julio con Bloomberg Línea en la Casa de Nariño sobre sus planes para su último año de gobierno y sobre los temas que quedarían pendiente para su sucesor, quien será elegido entre mayo y julio del próximo año. También, sobre por qué fracasó la reforma tributaria de su entonces ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla; el llamado de atención y la propuesta para las calificadoras de riesgo, y cómo se ve como expresidente.
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Las 5 frases de Duque:
- “Colombia ha sido un país que ha tenido una gran ventaja: siempre ha sabido rechazar el populismo, la demagogia y ha rechazado los extremos. Por eso, yo creo que ese criterio va a imperar en las elecciones del año 2022, donde quienes quieren dividir y fracturar con el odio y con los extremos serán los grandes derrotados”.
- “Tienen que ver con los conceptos de exentos y excluidos. Ese tema no va a entrar en esta reforma como tampoco en la reforma va a entrar el tema de la base gravable de renta, pero yo espero que el país tenga en el futuro, ojalá inmediato, una madurez suficiente desde el punto de vista político para que esos dos aspectos se corrijan”.
- “Colombia tiene que corregir una realidad que ya es endémica y es que solamente el 4 % de la población paga el impuesto de renta. Ningún país puede hacer sostenible una inversión social creciente donde solamente el 4 % pague el impuesto de renta, entonces una reforma estructural que se tendrá que adelantar en el futuro siempre tendrá que partir de la base de esa realidad para corregirla”.
- “Mientras unos buscan incendiar todos los días y actúan como pirómanos electorales y que además quieren generar la ruptura de clases, el odio de clases y dividir, aparecen también figuras que han tenido experiencias en gobernaciones y alcaldías que tienen resultados probados, con una visión clara, que invitan a construir”.
- “Lo que digo es que las calificadoras no pueden juzgar a los mercados emergentes con ojos prepandémicos cuando la pandemia no ha terminado y eso hoy lo vive Colombia y lo van a vivir otros mercados emergentes y lo único que se va a llevar es a encarecer el endeudamiento para los mercados emergentes en momentos donde los niveles de deuda promedio mundial (...) están por encima del 98 %”
El gobierno Duque tiene como meta el crecer más del 6 % este año, mientras que organismos internacionales creen que puede estar por encima del 6 % o 7 %. Para el mandatario, el crecimiento del 1,1 % en el primer trimestre del año y de un 28,7 % en abril son dos indicadores de que la meta propuesta se podría lograr este año.
“Soy optimista. Yo creo que nuestro segundo trimestre del año va a tener unas cifras muy positivas y lo que necesitamos es que en el tercer y cuarto trimestre no solo se mantengan sino también mejoren nuestro ritmo”, dijo Duque.
No obstante, hay riesgos que, en su criterio, se basan en dos factores: el primero, la pandemia y las nuevas variantes que se han propagado, y el segundo, en el ámbito político.
“En la medida de que no haya personas interesadas en sabotear esa reactivación, el país seguirá adelante. Porque una cosa son las protestas pacíficas que se respetan, pero claramente vimos bloqueos que lo que buscaban era afectar el ritmo de crecimiento, el ritmo de vacunación y también hemos podido advertir en muchos lugares que lo que había detrás de esos bloqueos es una intencionalidad política, obviamente porque hay sectores que quieren cabalgar hacia sus elecciones del año 2022 con la bandera del caos y eso sencillamente es una forma apátrida de concebir la política”, advirtió Duque.
Bloomberg Línea: Presidente, la protesta social en el país ha demostrado la incapacidad del Gobierno para atender las reales problemáticas de los jóvenes y se le acusa de desconexión con los ciudadanos…
“Hablemos de lo que usted llama desconexión. Este es el gobierno que más ha invertido en la juventud en Colombia. Este país nunca había llegado a la matrícula gratis en universidades y centros de formación técnicas y tecnológicas públicas para los estratos 1, 2 y 3. Este gobierno puso en marcha un programa de subsidio al empleo también para la juventud. Por primera vez, el Estado subsidia el 25 % equivalente de la seguridad social para contratar jóvenes entre 18 y 28 años. Este gobierno puso en marcha la devolución del IVA a 2 millones de hogares.
“Sí estamos viviendo un mundo de noticias falsas, de algoritmos de odios y de polarización. Pero más allá del ruido, lo importante son los hechos y, frente a los hechos, este gobierno es el que más ha invertido en lo social en Colombia”.
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La reforma tributaria 1.0 y 2.0
El gobierno Duque presentó cuatro reformas en cuatro años. La tercera fue en abril de este año, cuando el ministro Alberto Carrasquilla propuso al Congreso una ambiciosa reforma que pretendía recoger 23 billones de pesos en medio de una fuerte presión fiscal y social y bajo la mirada de las calificadoras de riesgo, las cuales pedían la profundización del aparato impositivo para evitar una pérdida de grado de inversión.
Al final, la reforma fue el leitmotiv que prendió la protesta social y, de paso, la violencia de algunos actores, en las principales ciudades del país. Situación que llevó a que el presidente Duque la retirara del Congreso, el ministro Carrasquilla saliera del cargo y creciera la imagen desfavorable del mandatario un 76 %, tal como lo reveló en mayo la firma Invamer.
¿Cuál es su análisis de lo que sucedió?
Se politizó. Fíjese. Yo pensaba que había personas que estaban protestando en contra la reforma y eso uno lo entiende. Pero, ¿quiénes eran los que estaban protestando en contra? Yo escuchaba personas que estaban reclamando la matrícula gratis, la cual estaba financiada de manera estructural. Había personas que decían que estaban muy golpeadas por la pandemia, pues resulta que en la reforma que se presentó en abril lo que buscaba era dar ingresos a los hogares colombianos.
Entonces cuando digo que se politizó es porque, primero, ya quienes estaban detrás del paro lo habían convocado dos meses antes y para ellos era importante demonizar cualquier cosa que estuviera ahí y, de hecho, así lo hicieron. Otros sectores que, para proteger sus intereses, también trataban de exacerbar e incendiar la discusión y desafortunadamente también hubo elementos políticos preelectorales que entraron a jugar. Eso, obviamente, llevó a que el proyecto terminara siendo convertido en una especie de factor para llamar a la violencia y por eso nosotros lo retiramos. Pero claramente era un proyecto que tenía como objetivo erradicar la pobreza extrema en Colombia en menos de 36 meses.
Sobre la nueva propuesta de reforma presentada en julio al Congreso, Duque afirmó que con esta reforma se pretende mantener el programa de Ingreso Solidario a más de 3,5 millones de familias hasta diciembre del 2022; la matrícula gratis para los estratos 1, 2 y 3; beneficios para las empresas que contraten a jóvenes entre 18 y 28 años; mantener el subsidio a las nóminas de las mipymes hasta diciembre de este año. Para las empresas, se genera una sobretasa del impuesto de renta corporativa y la deducción del ICA sobre el impuesto de renta que estaba prevista llegar al 100 % se quedaría en el 50 %.
“Las medidas contempladas no tocan el bolsillo de ninguna persona natural, ni de la clase media ni de los sectores vulnerables. En este momento pueden representar cerca de 15 billones de pesos. Eso sería alrededor de un 1,5 % del PIB. Significaría la reforma más grande que ha hecho Colombia en términos de aumento del recaudo para que con esa inversión social protejamos a los más vulnerables”.
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Siempre se ha hablado de que el país necesita una reforma estructural en materia de impuestos… ¿Esta la es?
En Colombia se habla mucho de reformas estructurales y el problema que tenemos es que en este país las reformas estructurales, desafortunadamente, siempre terminan siendo atacadas con bastante irracionalidad. Seamos muy claros: Colombia es un país que ha hecho grandes transformaciones sociales, pero si el país quiere en el mediano y largo plazo mejorar su inversión social, Colombia tiene que corregir una realidad que ya es endémica y es que solamente el 4 % de la población paga el impuesto de renta. Ningún país puede hacer sostenible una inversión social creciente donde solamente el 4 % pague el impuesto de renta, entonces una reforma estructural que se tendrá que adelantar en el futuro siempre tendrá que partir de la base de esa realidad para corregirla. Lo otro es que también es muy importante el desmonte de muchísimos aspectos en términos de comodidad o de beneficios tributarios que de pronto no están bien focalizados y estructurados.
¿Como cuáles beneficios?
Tienen que ver con los conceptos de exentos y excluidos. Ese tema no va a entrar en esta reforma como tampoco en la reforma va a entrar el tema de la base gravable de renta, pero yo espero que el país tenga en el futuro, ojalá inmediato, una madurez suficiente desde el punto de vista político para que esos dos aspectos se corrijan. Lo intentamos hacer en nuestro gobierno, lo intentamos hacer con una gran visión social, pero desafortunadamente esos aspectos no los podemos sacar adelante y hay que reconocerlo. Nosotros hoy estamos presentando una ley de inversión social con estabilización de las finanzas públicas soportada en los elementos que le dije, pero yo creo que también quedará planteado para el futuro la necesidad de abordar esos aspectos estructurales.
Si vamos a hablar de reformas estructurales, ¿las reformas pensional y laboral le quedarán al siguiente gobierno?
Este gobierno ha sacado muchas reformas importantes como a la justicia, a las regalías, a la contratación, lucha anticorrupción, en la salud, del emprendimiento. Y usted dice reforma pensional y habla de reforma laboral. Si usted se da cuenta la más importante reforma que necesitamos en Colombia primero es la formalización y detonar los niveles de empleo. Hacer una reforma pensional en medio de una pandemia pues claramente no es acertado.
Entonces, ¿le tocará asumirlo el siguiente gobierno?
Seguramente.
La pérdida del grado de inversión
La reforma tributaria de abril fue lanzada con el objetivo, entre otros, de evitar que el país perdiera el grado de inversión. Sin embargo, al retirarla en mayo, tanto Fitch como Standard & Poor’s bajaron la calificación al país en las últimas semanas. “La rebaja refleja el deterioro de las finanzas públicas con grandes déficits fiscales en 2020-2022, un nivel de deuda en aumento y una menor confianza en la capacidad del Gobierno para colocar de manera creíble la deuda en una trayectoria descendente en los próximos años”, aseguró Fitch en ese momento.
Ha criticado el papel de las calificadoras frente a la situación de los países…
Más que criticar, lo que he hecho es una observación. Cómo estaba Colombia antes de la pandemia. Colombia había crecido en el año 2019 por encima del 3 %, por encima del promedio regional. En el 2019 registró el menor déficit fiscal desde que se creó la regla fiscal y por primera vez desde que se creó la regla fiscal logró un superávit fiscal primario, además de aumentar el recaudo de más de un 10 %. Si uno mira esas condiciones comparado con los años anteriores a la llegada de nuestro gobierno donde la situación es aún más crítica, vemos una actitud mucho más condescendiente de las calificadoras, inclusive antes de la pandemia.
Colombia ha hecho la tarea. Entonces, por eso lo que digo es que las calificadoras no pueden juzgar a los mercados emergentes con ojos prepandémicos cuando la pandemia no ha terminado y eso hoy lo vive Colombia y lo van a vivir otros mercados emergentes y lo único que se va a llevar es a encarecer el endeudamiento para los mercados emergentes en momentos donde los niveles de deuda promedio mundial, como lo he dicho el Fondo Monetario Internacional están por encima del 98 %. Además, con un agravante, como lo ha dicho Nuriel Rubini: vamos a ver seguramente en los próximos dos o tres años un gran estrés por búsqueda de recursos sobre todo cuando muchos países van a demorar las reformas fiscales. Colombia es un país que viene haciendo la tarea que además va discutir una política de protección social con estabilización fiscal y por eso me parece que es equivocado el enfoque de juzgar un país con ojos prepandémicos”.
¿Entonces cuál es la propuesta que le hace a las calificadoras?
Yo creo que primero tienen que cambiar la lectura, porque si antes de la pandemia el criterio, por ejemplo, de riesgo era los niveles de deuda por encima del 50 por ciento y el promedio mundial está hoy por encima del 98 por ciento, pues claramente ellos pueden establecer un nuevo umbral y además lo pueden hacer de manera transitoria y lo pueden hacer sobre todo mientras el mundo sale de la pandemia, recupera crecimiento y permite a los mercados emergentes mejorar sus ingresos fiscales. Esto, lo que hace es poner esa presión adicional en momentos donde hay que atender a los más vulnerables, donde tenemos que generar crecimiento. A mí me parece absolutamente equivocado y me parece que lo que va a terminar generando es más daño que beneficio a muchos países.
Sobre las elecciones del 2022
En América Latina, hay visos de un giro a la izquierda en algunos países como Perú, con el ascenso de Pedro Castillo, quien ha puesto como jefe de gabinete a un representante de la extrema izquierda. De otra parte, en Chile se inició una Constituyente nacida de la protesta social y hoy Gabriel Boric, que representa una izquierda moderada y al movimiento estudiantil, puntea en las primeras encuestas para las elecciones presidenciales de noviembre de este año.
“Soy un demócrata y creo en la democracia. Además creo que América Latina ya ha visto cuáles son los estragos del modelo del socialismo del siglo 21. El que quiera saber a qué sabe el socialismo del siglo 21 que mire a Venezuela donde aniquilaron el desarrollo empresarial, las instituciones, la libertad de prensa y que ha generado la mayor crisis migratoria de la historia de América Latina. Entonces yo creo que América Latina puede tener matices políticos, puede haber partidos de izquierda, de derecha o de centro, pero lo único cierto es que solamente se progresa en la medida que se crezca y que se crezca con equidad y para crecer con equidad se necesita un buen dinamismo del sector privado, reglas claras, estabilidad jurídica y se necesita también entender que la inversión social tiene que ser sostenible y bien focalizada o de lo contrario se convierte en pan para hoy y hambre para mañana.
“Chile es un país con instituciones sólidas. Me parece que la discusión de la Asamblea Constituyente será muy interesante porque Colombia tuvo una discusión así hace 30 años. Que sirva no para que sea una Constituyente de un sector imponiendo su criterio sobre el resto de la sociedad o sobre otros sectores, sino que sea una oportunidad para un gran consenso nacional como se logró en Colombia”.
¿Cree que ese giro a la izquierda se verá en las elecciones del 2022 en Colombia?
Yo más que definir el mundo entre izquierda y derecha, yo veo cosas muy positivas hoy en Colombia. Mientras unos buscan incendiar todos los días y actúan como pirómanos electorales y que además quieren generar la ruptura de clases, el odio de clases y dividir, aparecen también figuras que han tenido experiencias en gobernaciones y alcaldías que tienen resultados probados, con una visión clara, que invitan a construir. Entonces creo que Colombia ha sido un país que ha tenido una gran ventaja: siempre ha sabido rechazar el populismo, la demagogia y ha rechazado los extremos. Por eso, yo creo que ese criterio va a imperar en las elecciones del año 2022, donde quienes quieren dividir y fracturar con el odio y con los extremos serán los grandes derrotados.
¿Cómo se ve como expresidente?
Trabajando con amor por Colombia, por los temas en los que he tenido además convicciones muy claras. Seguiría adelante en la defensa de la migración, en la defensa de los temas ambientales, en la defensa de la democracia y seguiré participando activamente. Tengo absolutamente claro que mi participación como expresidente solamente será ejercida para colaborar y contribuir, nunca ni para dividir y mucho menos para polarizar.