Buenos Aires — No hay muchas personas que conozcan a MercadoLibre mejor que Osvaldo Gimenez, hoy la máxima autoridad en fintech del unicornio argentino.
El ejecutivo, quien hoy lidera MercadoPago, se incorporó a MercadoLibre como country manager para Argentina y Chile en diciembre de 1999, tan solo cuatro meses después de su creación. Ha sido desde entonces uno de los principales protagonistas en su crecimiento.
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Con un valor bursátil de más de US$75.000 millones, el gigante argentino parece haberle encontrando la vuelta a las crisis políticas y económicas de la región, y sigue apostando por más crecimiento e innovación. Más allá de la pandemia, el boom de los pagos digitales y del e-commerce han compensado las recesiones, sostiene Gimenez.
En ese afán de seguir innovando, MercadoPago, que reportará sus resultados correspondientes al segundo trimestre esta semana, está “analizando de cerca” la tenencia y envío de criptomonedas, como lo han implementado en los EE.UU. Venmo, de PayPal, y Cash App, de Square. MercadoLibre anunció este año la adquisición de US$8 millones en bitcoin para su tesorería, y ya fomenta cotizaciones inmobiliarias en esa criptomoneda.
La siguiente conversación fue editada por motivos de extensión y claridad.
Bloomberg Línea: MercadoLibre superó la burbuja de las punto com, la crisis argentina del 2001 y, desde entonces, varias crisis en los distintos países donde operan. ¿Cuáles fueron las claves que permitieron su crecimiento en la región?
Osvaldo Gimenez: Siempre pensamos MercadoLibre a largo plazo. Eso particularmente ayuda en América Latina, donde hay muchos ciclos. A veces, si uno está mirando nada más que este ciclo, toma decisiones más cortoplacistas. Lo otro ha tenido que ver con estar en tecnología, en un modelo de negocio muy resiliente. A lo largo de estos últimos 20 años, el comercio electrónico y los pagos online fueron tendencias que crecían muchísimo. Hemos visto una tendencia muy grande de digitalización de pagos, de mayor ahorro en medios electrónicos, de mayores créditos electrónicos. Esa tendencia ha sido mayor que lo que pueda pasar en el ciclo macroeconómico. También es un modelo muy resiliente, porque facilita que la gente emprenda, ya sea vendiendo en MercadoLibre o cobrando con MercadoPago. Incluso en años que han sido más difíciles, hemos visto que los volúmenes crecían.
En el mercado argentino crecieron a pesar de obstáculos recurrentes como la inflación, la devaluación, una carga impositiva elevada y haber sido uno de los últimos países de la región en incorporar el 4G. ¿Cuáles fueron las claves del éxito?
Había una oportunidad muy grande de hacer el comercio más eficiente. En Argentina algunos productos estaban disponibles únicamente en las grandes ciudades. Logramos federalizar eso, primero mediante usuarios y después con nuestra propia red de distribución. Eso fue muy disruptivo. El esfuerzo logístico que hemos hecho en los últimos años ha sido un acelerador de todo el comercio electrónico, algo que se vio mucho el año pasado, en cuarentena, donde había muchos comercios minoristas cerrados. Del lado fintech, había un déficit grande para poder cobrar con tarjetas de crédito, porque había una cantidad de POS muy baja. El nuestro es móvil, se vende, no se alquila, y es más barato. Lo mismo con el código QR. Nos permitió llegar con pagos electrónicos a un montón de pequeños comercios. Esta misma falta de acceso a servicios financieros nos dio una oportunidad para brindarlos. Del lado de los créditos, muchos individuos y pequeñas empresas nunca habían recibido un crédito de la banca tradicional. Hoy hay tres millones de personas que tienen inversiones a través de MercadoPago, cuando antes sólo había 400.000 cuentas comitentes [en el país].
Un informe reciente de Goldman Sachs sostiene que el 60% del valor de MercadoLibre es atribuible a MercadoPago ¿Qué porcentaje de la facturación total de MercadoLibre representó en el primer trimestre?
Depende de cómo lo midas. La mayoría sigue siendo dentro de MercadoLibre, pero MercadoPago incluso participa de las transacciones que ocurren dentro de MercadoLibre. Si fuéramos a hablar del volumen transaccionado, que por ahí es más sencillo, hoy estamos llegando al 60% del volumen fuera de MercadoLibre y 40% dentro, eso en dólares.
De esas transacciones, ¿cuántas son atribuibles a Argentina, México y Brasil, en porcentajes?
Brasil es un poco más del 50% de las transacciones, Argentina y México están más cerca del 20% cada uno y el resto está comprendido en los demás mercados, que son Chile, Colombia, Perú y Uruguay.
¿Cómo podría evolucionar la participación de MercadoPago en los resultados de MercadoLibre?
En los últimos años el crecimiento de las transacciones de MercadoPago solía ser más alto que el de MercadoLibre. Desde que empezó la pandemia tuvimos un salto muy grande en el volumen de comercio electrónico y por consiguiente en el volumen de transacción de MercadoLibre, pero normalizado eso, lo esperable es que MercadoPago siga creciendo más rápido que MercadoLibre, porque tenemos un mercado más grande, porque no es solamente comercio electrónico, sino que también participamos de transacciones en el mundo físico.
¿Aspiran a competir con los grandes bancos, ampliando, por ejemplo, su oferta de crédito?
Sí y no. Cuando miramos en América Latina, créditos como porcentaje de PBI es una fracción de lo que es en mercados más desarrollados. Hay espacio para que la torta crezca para todos. En nuestro caso la gran mayoría de los créditos son a personas que no tienen una línea crediticia con el banco. Es la primera vez que recibe un crédito. La mayoría no está scoreada crediticiamente por el sistema financiado, o está mal escoreada. Creemos que estamos agregando y contribuyendo a expandir el universo y no estamos compitiendo. En Brasil acabamos de lanzar nuestra tarjeta de crédito. Hasta ahora emitíamos únicamente de débito. Ahí claramente sí compite un poco más con productos tradicionales, pero la mayoría de lo que hacemos con los créditos es darle créditos a usuarios de MercadoLibre o de MercadoPago.
¿MercadoPago tiene en su road map incorporar la tenencia y envío de criptomonedas, como lo han hecho en los EE.UU Cash App y Venmo?
Nunca preanunciamos qué productos vamos a lanzar, pero sí hemos visto lo que están haciendo, y es algo que estamos analizando de cerca, así que dejémoslo para cuando podamos hacer un anuncio. Esto de empezar a comprar criptomonedas muestra que estamos convencidos de que hay un potencial muy grande. Creemos que esto puede ser una revolución en las finanzas, así que vamos a ver cuál es la mejor forma, pero de alguna forma vamos a participar. Lo de inmobiliarios es algo más de estrategias de marketing, de mostrar cómo cotizan algunos inmuebles en criptomonedas, pero no es que podías pagar el inmueble en criptomonedas.
¿En qué áreas enfocarán la inversión en Argentina y cuáles son sus principales objetivos de crecimiento?
Cuando comparamos créditos como porcentajes de PBI, la Argentina es de los números más bajos de la región. Es una fracción de lo que es en Brasil o Uruguay, entonces efectivamente hay una oportunidad muy grande. También del lado de tarjetas de débito, prepagas. Hemos lanzado tarjetas en Argentina y hay muchos usuarios que por primera vez pueden consumir servicios digitales. Es también una verdadera revolución nuestro código QR. Tenemos 1,3 millones cobrando con QR de MercadoPago, estos códigos a través de la regulación del Banco Central van a pasar a ser interoperables para transferencias 3.0. La meta es que sea en noviembre de este año. En Argentina y otros países de la región, más del 50% de los pagos minoristas se siguen haciendo con efectivo, y eso tiene muchas desventajas de costos, desigualdad, evasión impositiva, y hay que trabajar para cambiarlo.
¿Qué tiene que suceder para que puedan crecer en crédito en Argentina?
Definitivamente es desafiante pero nos sentimos cómodos para seguir creciendo, porque realmente vemos mucha demanda insatisfecha. En general los créditos que nosotros damos suelen ser cortos, típicamente en seis cuotas, así que están sujetos a seis meses. Los créditos a empresas que venden en nuestra plataforma suelen ser en 12 o 18 meses. En esos plazos creo que estamos cómodos con seguir creciendo. Nosotros gastamos capital propio y después secularizamos la cartera. En Argentina, hemos encontrado mucho interés de compradores en comprar estas secularizaciones y estas carteras. Eso nos permite ir escalándonos.
A nivel regional, ¿cuáles son los principales objetivos de crecimiento para los próximos años?
En MercadoLibre, el volumen transaccionado en la última década viene creciendo arriba del 50% año a año en dólares en promedio. En el primer trimestre crecimos 82% en dólares. En el último año crecimos 129%. Vemos una oportunidad muy grande en México y en particular en Chile y en Colombia, [donde] hasta ahora hemos lanzado solamente una parte de los productos que tenemos. Con tarjetas de crédito es como nos estamos expandiendo la parte de créditos. También estamos viendo de expandirnos con más productos de inversión para Brasil.
Tuvieron un cruce con el Banco Central el 29 de junio, a partir del plazo de liberación de fondos con tarjetas de crédito, que los llevó a cambiar sus propios plazos y comisiones. ¿Podría ser una ley fintech, como la de México, una solución a estos grises?
No creo que esa sea la solución. Hace dos años el Banco Central aceleró los plazos de pagos de tarjetas de crédito. Se pagaban a 18 días hábiles y pasaron a pagarse a diez días hábiles. En ese momento lo que hicimos fue mejorar los plazos de pago o las comisiones de todos nuestros clientes, trasladando ese beneficio a los usuarios en la Argentina. Ahora el Banco Central decidió separarlos para las empresas chicas y pasarlos a los ocho, para las medianas a los diez y para las grandes a los 18 días. El 99% de nuestros clientes son empresas chicas, así que esperábamos que nos fueran a pagar a los ocho días, pero la interpretación del sistema financiero y del Banco Central es que, al ser MercadoPago una empresa grande, debe recibir los pagos a los 18 días. Eso es lo que nosotros, lamentablemente, estamos trasladando a los usuarios, de la misma forma que habíamos trasladado en sentido contrario, hace dos años. Hoy tenemos información perfecta de si detrás de cada transacción hay una empresa grande o chica, que podríamos compartir y utilizar, que de hecho compartimos con la AFIP, para pagar a las empresas chicas de forma más rápida.
¿Ven una vocación por parte del Banco Central de aclarar estos grises?
Acercamos nuestra postura y la vieron distinta, así que lamentablemente no pudimos. Creemos que lo importante era quién es el receptor final de los fondos para interpretar la cadena de pagos.
¿Cómo ve el estado de la competencia entre plataformas de pago en Argentina?
La industria de pagos en el mundo se está volviendo aún más competitiva, porque los jugadores tradicionales se están modernizando y siendo más agresivos, y están las fintech y empresas que hasta ahora no eran fintech, por ejemplo, Whatsapp Pay en Brasil o Google Pay. Quien termine ganando será el consumidor.