Bogotá — Desde la llegada del paro nacional a finales de abril se vio cómo los precios de los alimentos comenzaron a subir a tasas muy grandes.
Muchas veces se ha explicado que ante eventos coyunturales que generan inflación la política monetaria no debe actuar puesto que serán efectos transitorios.
Pues el equipo técnico acaba de revisar el efecto que los alimentos tendrán sobre la inflación en Colombia durante el 2021, y aunque siguen pensando que su aumento será temporal, será suficiente para llevar el Índice de Precios al Consumidor por fuera del rango meta que maneja el Banco de la República (2% a 4%).
De acuerdo con el más reciente informe de política monetaria del Banco de la República en junio la inflación anual (3,63%) aumentó más de lo esperado debido al comportamiento del grupo de alimentos, mientras que la inflación básica (1,87%) fue similar a la proyectada.
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Sostiene el documento elaborado por los técnicos del Emisor que en lo que resta del año el mayor nivel del IPC de alimentos persistiría y contribuiría a mantener la inflación por encima de la meta.
No obstante, aclararon que a finales de 2022 la inflación total y básica retornarían a tasas cercanas al 3%, en un entorno de desaceleración del IPC de alimentos y de menores excesos de capacidad productiva.
Para finales de 2021 y 2022 se estima una inflación total del 4,1% y 3,1% y una inflación básica del 2,6% y 3,2%, respectivamente.
Explican en el documento que en los meses recientes el aumento en los precios internacionales de los fletes y de los bienes agrícolas, y las mayores exportaciones de carne y el ciclo ganadero han ejercido presiones al alza sobre el precio de los alimentos, principalmente de los procesados.
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A estas fuerzas persistentes se sumaron los bloqueos de las vías nacionales y los problemas de orden público en varias ciudades registrados en mayo y parte de junio, los cuales se reflejaron en una fuerte restricción en la oferta y en un aumento anual no esperado del IPC de alimentos (8,52%).
De igual forma, sostiene el equipo técnico del República que el grupo de regulados (5,93%) también se aceleró, debido a la baja base de comparación en los precios de la gasolina y a la disolución de parte de los alivios a las tarifas de servicios públicos otorgados en 2020.
Como se proyectaba, la inflación sin alimentos ni regulados repuntó al 1,87%, debido a la reactivación de los impuestos indirectos de algunos bienes y servicios eliminados un año atrás, y por las presiones al alza que ejercieron los alimentos sobre las comidas fuera del hogar, entre otros.
Es por ello que proyectan que en lo que resta del año el aumento en los alimentos perecederos se revierta, siempre y cuando no se registren nuevos bloqueos duraderos a las vías nacionales.
El mayor nivel de precios de los alimentos procesados persistiría y contribuiría a mantener la inflación por encima de la meta a finales de año.
La inflación sin alimentos ni regulados continuaría con una tendencia creciente, en la medida en que los excesos de capacidad productiva se sigan cerrando y registraría un aumento transitorio en marzo de 2022, debido principalmente al restablecimiento del impuesto al consumo en las comidas fuera del hogar.