Ciudad de México — México ha experimentado este 2021 una de sus peores sequías en décadas y, de acuerdo con proyecciones de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se prevé que el grado de presión sobre el recurso hídrico se intensifique durante la próxima década, lo que aumenta la presión crediticia de los gobiernos locales y regionales.
La sequía comenzó a desarrollarse en 2020 y la Conagua estimó que alrededor del 85% de México fue afectado por condiciones desde anormalmente seco hasta sequía excepcional durante la primera mitad de 2021, además, el nivel promedio de agua de las 210 principales presas del país cayó al 39,7% de la capacidad en mayo de 2021.
Según las proyecciones de crecimiento poblacional y disponibilidad de agua renovable, la Conagua estima que el estrés hídrico aumentará en 30 de los 31 estados de México y en la Ciudad de México en los próximos 10 años.
Los estados donde se pronostica un grado muy elevado de estrés hídrico en el largo plazo son aquellos que este año experimentaron algunas de las peores condiciones de sequía, como Ciudad de México, Aguascalientes, Guanajuato, Baja California y Sinaloa.
Matthew Walter, analista de Moody’s México, dijo a Bloomberg Línea que la calificadora comenzó a incluir en su análisis para México las sequías como parte de los riesgos físicos de medio ambiente y sobre eventos que tienen impactos crediticios en el largo y mediano plazos, en línea con los criterios ESG (Environmental, Social and Governance).
“No necesariamente vamos a ver en el corto o mediano plazo acciones de calificación muy fuertes justamente por este tema, lo que hemos comunicado con los reportes es que hay tiempo para ajustar, este es un cambio que va a venir en los años siguientes, pero es algo que vamos a monitorear entre los varios factores que evaluamos para asignar calificaciones”
Matthew Walter, analista de Moody’s México
Apuntó que la calificadora asigna las notas crediticias al sector público con base en el monitoreo de diversos factores, por lo que las sequías y el estrés hídrico se suman a los varios factores que se evalúan debido a que es una variable que va a contribuir a las necesidades de gasto en el largo plazo.
Walter mencionó que la inversión registra una reducción del 60% de los fondos federales que se ejercen a través de la Conagua para infraestructura de agua, alcantarillado y drenaje en los últimos años, junto con el recorte de los gastos de capital por parte de los gobiernos locales y regionales.
Hay tiempo para fortalecer el acceso al agua, pero los recortes a la inversión han generado un déficit de infraestructura considerable