Bloomberg Línea — Las autoridades de Panamá y Colombia analizan cómo enfrentar la crisis que están generando los más de 15.000 migrantes que se encuentran en el municipio colombiano de Necoclí y que quieren ingresar al país para continuar su tránsito hasta el norte del continente.
El defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc González, anunció que ya tuvo una conversación telefónica con su par colombiano para implementar una estrategia que permita atender la crisis, en donde se incluirá una reunión la próxima semana en la que también participará el Defensor del Pueblo de Ecuador.
Leblanc, además, solicitó una reunión con los ministerios de Salud, Relaciones Exteriores, de Gobierno y de Seguridad Pública. Según las cifras de la Defensoría del Pueblo, entre junio y julio han cruzado la selva del Darién cerca de 30.000 migrantes con un flujo récord pues en un solo día se están recibiendo entre 800 a 900 personas, cuando antes la cifra era de 300 por día.
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La preocupación de las autoridades también se centra en que esta población no se encuentra vacunada contra el covid-19, por lo que se convierte en un factor riesgo para controlar la pandemia. Carlos Camargo, el defensor del Pueblo colombiano, dijo que los migrantes se encuentran represados hace más de 10 días y que ha recibido denuncias de que existen mafias que les venden paquetes con cobros que llegan hasta los US$300 desde Ipiales, en la frontera con Ecuador, con la promesa de que llegarán hasta el norte del continente.
“Es una red internacional que viene desde Chile, que los va moviendo a lo largo del recorrido y a los cuales deben pagar una especie de peaje y de la cual hacen parte transportadores y lugares de hospedaje. En su paso por Necoclí, hay gran preocupación porque han reportado acciones de grupos armados organizados contra los migrantes particularmente en la zona selvática de frontera con Panamá”, dijo Camargo.
Juan Manuel Pino, ministro de Seguridad Pública panameño, ha dicho que se han venido realizando operativos conjuntos con el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y el Servicio Nacional Aeronaval (Senan), para garantizar la seguridad en la frontera con Colombia.
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Los coyotes, dijo Pino a comienzos de junio, “solo piensan en el dinero y están tratando de traficar con los migrantes en horas de la noche a través de la vía marítima, una acción irresponsable y delicada porque atenta contra la vida de seres humanos, a los que se les expone al peligro en el mar”.
Camargo le solicitó a Migración Colombia una comisión intersectorial en la zona y pidió revisar los mecanismos de cooperación necesarios para enfrentar la crisis migratoria.
