Bogotá — Los gigantes del mercado de consumo masivo Ara, Éxito y Olímpica seguirían en la carrera por adquirir total o parcialmente a Justo & Bueno, afectado por la crisis de la pandemia del coronavirus, los cierres por el paro nacional y la falta de liquidez, dijeron fuentes cercanas al asunto a Bloomberg Línea.
La Junta Directiva está considerando varias opciones para impulsar a Justo & Bueno a su siguiente fase. Estas opciones incluyen desde una inyección de capital fresco en los próximos seis meses hasta la participación de algunos competidores directos en el capital de la empresa, entre los cuales se encuentran Grupo Éxito, Olímpica y Ara, que ni reconocen ni descartan el interés.
Consultada al respecto, Ara, de la portuguesa Jerónimo Martins, recordó su posición oficial de no comentar sobre posibilidades de fusiones o adquisiciones y matizó que “siempre” está en la búsqueda de nuevas opciones.
Por su parte, Grupo Éxito informó a este medio que “la expansión estratégica supone la revisión permanente de posibles inversiones, y en tal sentido hay diferentes opciones en estudio. Sin embargo, sobre el tema de referencia, a la fecha no hay en curso un proyecto material que deba ser informado al mercado”.
Bloomberg Línea intentó contacto con Olímpica pero no tuvo éxito, aunque la cadena tampoco se ha pronunciado.
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Fundada en 2016, Justo & Bueno pasó de tener apenas 221 tiendas en su primer año de operaciones a 1.525 a inicios del 2021, participando con el 3,7 % del total del mercado de consumo masivo y con el 24 % en el canal de la categoría de hard discount hasta el año pasado, cuando estuvo cerca de alcanzar el punto de equilibrio.
Si bien las compañías que estarían interesadas en el negocio han sido cautas, Bloomberg Línea conoció que se mantienen los acercamientos entre estos tres gigantes del mercado de consumo masivo en Colombia y Reve, el holding detrás de Justo & Bueno, que está basado en Panamá.
Como consecuencia de las dificultades por las que entramos hay varios grupos de retail a nivel nacional que están interesados en comprar total o parcialmente a la compañía. Ya que esto les permitiría a unos consolidarse como líderes del mercado o otros subir puestos en el ranking de participación de mercado.
Director ejecutivo de Justo & Bueno, Jean Marc François
Justo & Bueno, que reportó un crecimiento en ventas del 23 % en el 2020 (totalizó US$1.044 millones) y que está valuada en “varios cientos de millones de dólares”, logró parte de este crecimiento gracias a que “cada año había capitalizaciones significativas”, equilibrando las pérdidas de algunas tiendas que generalmente no son rentables desde el primer día.
Jean Marc François comentó a Bloomberg Línea que “esas pérdidas son financiadas por capitalizaciones que hacen los inversionistas. De los cuales hay unos grupos de inversionistas nacionales y otros grupos de inversionistas extranjeros”.
El momento de quiebre
Un momento de quiebre se dio a comienzos de año cuando un grupo de inversionistas extranjeros que estaban dispuestos a destinar unos US$100 millones se retiraron porque no estaban seguros de que Colombia hubiese cruzado el punto de inflexión en la gestión de la pandemia.
El tiempo pasó y se hizo “imposible” conseguir recursos sobre todo en el extranjero para invertir en Colombia, en un momento en el que un 30 % de las tiendas no habían alcanzado el punto de equilibrio y era necesario obtener recursos para capitalizar adecuadamente a la empresa.
“Ahí se alejó cualquier posibilidad para conseguir una inyección de recursos frescos, que permitan capitalizar adecuadamente a la empresa (…). Estamos aproximadamente cerrando unas 100 tiendas con los peores resultados”.
Ante esta situación la Junta avaló que la compañía se acogiese al decreto 560 y finalmente se hizo la solicitud ante la Superintendencia de Sociedades el 30 de abril, dos días después de que comenzara el paro nacional en el país que hasta hoy no cesa.
“Para el 30 de abril pensábamos que iba a ser algo temporal de uno, dos o tres días. Y la situación se prolongó hasta el día de hoy (…)”, precisó ejecutivo, al recordar que finalmente “el 12 de mayo la solicitud es admitida” y el 18 de mayo realizaron la primera presentación a proveedores.
El plan de salvamento de la compañía fue aprobado en la segunda semana de julio por una inmensa mayoría de los acreedores. En este sentido, Reve se obligaría a invertir US$30 millones en los seis meses siguientes a la confirmación del acuerdo, bien sea por medio de una inyección de capital fresco por parte de algún inversionista o un crédito puente que consigue la corporación.
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En la propuesta del plan de pagos se tiene que la mayoría de los proveedores están interesados en acceder a la categoría 1, a la que pueden ingresar aquellos acreedores de cuarta clase que cumplan ciertos criterios que faciliten la efectiva reorganización de la empresa. Siempre que participen activamente en la recuperación de la firma.
Entre las consideraciones clave se tiene que una vez completado el proceso 560, los proveedores otorgarán 30 días de condición de pago, además se mantendrán los precios y costos según las condiciones de mercado, se deberá garantizar por lo menos el 70 % de los volúmenes previamente acordados, se asignará la mayoría del cupo de factoring a los proveedores de primera clase y se contemplará un plan de acción comercial.
“Si estas condiciones se cumplen, habría un período muerto de amortización de capital e intereses de un año, y se pagaría el 15 % de la deuda en el año 2; el 25 % en el año 3; 25 % en el año 4 y el remanente de 35 % en el año 5. Es decir, estos acreedores cobrarían la totalidad de las acreencias en un período no mayor a cinco años. Si por algún motivo no pueden acceder a estas condiciones quedarían en categoría 4, con lo cual sus acreencias serían pagadas en un período no mayor a ocho años”, afirmó Jean Marc François.