Bloomberg — Los Juegos Olímpicos de Tokio prohibirán la asistencia de espectadores nacionales a los eventos que se celebren en la capital de Japón, en una actualización a una decisión anterior debido a que el resurgimiento de los casos de coronavirus llevó al Gobierno a declarar estado de emergencia en la ciudad.
La decisión, anunciada por el ministro para los JJ.OO., Tamayo Marukawa, se produce después de que el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, declarara el cuarto estado de emergencia para Tokio, desde el 12 de julio hasta el 22 de agosto. Los funcionarios aún están discutiendo las medidas que se tomarán para los eventos que se llevarán a cabo fuera de Tokio.
La medida es una reversión de la decisión del mes pasado de limitar el número de espectadores a 10.000 o a 50% de la capacidad del recinto, lo que fuera menor.
Más de la mitad de las 43 sedes olímpicas y paralímpicas, incluido el Estadio Nacional, con capacidad para 68.000 personas y que albergará la ceremonia de apertura el 23 de julio, se encuentran en Tokio. Los organizadores habían dicho que era posible un escenario sin espectadores, dependiendo de la situación del virus. La decisión de prohibir la asistencia de fanáticos del extranjero se había anunciado en marzo.
Aumento de los casos
Las cifras diarias de nuevos casos de coronavirus han aumentado en Tokio desde que terminó el estado de emergencia el mes pasado, y las infecciones confirmadas el miércoles alcanzaron el nivel más alto desde mediados de mayo. La preocupación por el ritmo de la campaña de vacunación, que se había estado recuperando de un comienzo lento, ha aumentado a medida que la nación enfrenta problemas de distribución.
Mientras que la oposición a los Juegos se ha reducido levemente en las últimas semanas, una encuesta del periódico Asahi mostró que el 64% de los encuestados prefería que los Juegos se celebraran sin espectadores, mientras que un 30% dijo que quería que se limitara el número de asistentes.
Incluso con pocos espectadores y la exclusión de los fanáticos extranjeros, un gran número de personas de más de 200 países aún convergerán en Tokio. Los organizadores han dicho que se espera que asistan alrededor de 53.000 dirigentes y otros funcionarios extranjeros, excluyendo a los deportistas.