¿Hay burbuja tecnológica en Wall Street? Goldman Sachs dice que no, pero sugiere diversificar

Un estudio reciente de un holding financiero reflejó que las 10 primeras empresas del S&P 500 representan el 35% de la capitalización bursátil, pero sólo el 23% de los beneficios

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Bloomberg Línea — Las acciones de empresas del sector tecnológico han generado el 32% de los rendimientos de la renta variable mundial y el 40% de los rendimientos del mercado de renta variable estadounidense desde 2010. En este contexto, muchos inversores temen que el sector bursátil esté frente a una nueva burbuja, similar a la de las puntocom.

Respecto de esta zozobra, un informe publicado por el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs considera que esto no es así.

“Los valores tecnológicos estadounidenses no se han visto arrastrados por una burbuja financiera, ni siquiera tras su meteórica subida de este año en medio del entusiasmo por la inteligencia artificial generativa”, según Goldman Sachs Research. De hecho, el documento se ilusiona con que es probable que estas empresas sigan impulsando la rentabilidad de los inversores.

Aún así, uno de los analistas del equipo advierte que, en este momento, se hace fundamental la diversificación de cartera para aminorar riesgos.

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Diversificar, ante todo

La alta concentración del mercado puede no ser irracional”, escribió Peter , estratega jefe de renta variable mundial y responsable de macro research en Europa para Goldman Sachs. Al respecto, el ejecutivo explicó que “la escala de inversión necesaria para competir en el mundo de la inteligencia artificial excluye a las empresas más pequeñas”. Pero aunque sea racional, advirtió, “supone un riesgo para los inversores”.

Oppenheimer indicó que “los inversores deberían tratar de diversificar su exposición para mejorar la rentabilidad ajustada al riesgo” y, al mismo tiempo, “acceder a posibles ganadores en empresas tecnológicas más pequeñas y en otras partes del mercado”, incluida la “vieja economía”, que “disfrutará del crecimiento de un mayor gasto en infraestructuras”.

“Como los mercados dependen cada vez más de la fortuna de unos pocos, es probable que los daños colaterales de los errores específicos de las acciones sean especialmente elevados”, añadió y detalló que “un mercado que pasa a estar dominado por unos pocos valores se vuelve cada vez más vulnerable a las perturbaciones o a la regulación antimonopolio”.

Enfatizó, además, que incluso empresas que han disfrutado de un poder casi monopolístico en el pasado han acabado sucumbiendo a estas presiones.

Para ilustrar este punto, Oppenheimer señala que sólo hay 51 empresas que han aparecido cada año en la lista Fortune 500 desde 1955. Eso significa que sólo un poco más del 10% de las empresas que figuraban en Fortune 500 en 1955 han permanecido en la lista durante los últimos 69 años. Si la historia sirve de guía, la mayoría de las empresas actuales de Fortune 500 ya no existirán como ahora dentro de 70 años.

“Serán sustituidas por nuevas empresas de sectores emergentes que hoy ni siquiera podemos imaginar”, escribió Oppenheimer.

En concreto, aunque las acciones tecnológicas no están en una burbuja para Goldman Sachs, Oppenheimer considera que puede ser importante diversificar y reducir los riesgos de la concentración del mercado.

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Su mirada apunta a que hay muchas empresas fuera del sector tecnológico que tienen márgenes y rendimientos de la inversión elevados, que reinvierten para crecer en el futuro y que tienen balances sólidos.

Mientras tanto, es probable, para el ejecutivo de Goldman Sachs, que las empresas ajenas al sector tecnológico también hagan uso de los avances de la inteligencia artificial. Por ejemplo, que empresas sanitarias y biotecnológicas probablemente se beneficien de la innovación en inteligencia artificial, y los bancos y las empresas financieras podrían mejorar su rentabilidad de capital adoptando este tipo de tecnologías. Es probable que, con el tiempo, surjan nuevos productos y servicios de consumo basados en estas tecnologías.

El problema de la concentración

Un estudio reciente del holding financiero Mirabaud refleja que las 10 primeras empresas del S&P 500 representan el 35% de la capitalización bursátil, pero sólo el 23% de los beneficios. Esta divergencia nunca ha sido mayor, lo que sugiere que el mercado nunca ha sido tan optimista sobre los beneficios futuros de las 10 principales empresas del índice. “En otras palabras, el problema actual del S&P 500 no es sólo su elevada concentración, sino también los beneficios futuros récord de un pequeño grupo de empresas”, sostiene Mirabaud.