Bogotá — En el último año, Medellín, fue centro de debate por ser el supuesto eje de la gentrificación, concepto que, según un reporte entregado por ONU Hábitat, sucede cuando hay un proceso de renovación o reconstrucción urbana debido al flujo de personas de clase media o alta que suele desplazar a los habitantes más pobres de las áreas de intervención. Y que para este caso colombiano, varios, son los que han señalado que se debe principalmente a la llegada y crecimiento del turismo en el país, además, de la fuerza y acogida que han tenido los nómadas digitales.
Según muchos, esta situación promovió el aumento en los costos de los arriendos y, por ende, que se provocaran desplazamientos de los habitantes de los barrios más reconocidos de la ciudad. No obstante, los verdaderos factores se deben a dos cosas: la primera ocasionada por una situación macroeconómica sin precedentes que afecta al mundo entero, y en donde vale la pena recordar que si bien el último indicador de la inflación presentado por el Dane fue de 12,28%, es decir, que se presentó una disminución del 1% entre enero y marzo, sigue siendo uno de los indicadores más altos en más de dos décadas.
Camilo Olarte, experto en temas inmobiliarios y CEO de LOKL, recuerda que la inflación es un fenómeno que está relacionado con el aumento desordenado de los precios de la mayor parte de los bienes y servicios que se comercian en los mercados.
De esta manera, y teniendo en cuenta el artículo 20 de la Ley 280 de 2003, el arriendo sube, acorde a los indicadores de inflación con que se cerró el 2022, cuando estaba la cifra en 13,12%.
“Lo segundo, es que el aumento no solo se presenta por esta situación y tampoco se hace de forma generalizada en todos los barrios de la ciudad. Uno de los factores que viene influyendo en el alza, es la falta de oferta y el exceso de demanda que hay en lugares como el Valle de Aburrá, el Poblado o en municipios como Envigado o Guatapé, entre otros. Estos espacios han presentado pocos desarrollos y planeación urbana para manejar una población creciente y ya no hay lugar para construir, por lo que se vuelven espacios mucho más costosos por la necesidad que hay en el mercado”, señaló Olarte.
Y lo cierto, es que el último informe de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia, develó como el turismo rompió récord a cierre de 2022 en Medellín, luego de que llegaran 1.400.000 visitantes provenientes de países como Estados Unidos, Panamá, México, Perú, República Dominicana, Costa Rica, Puerto Rico, España, Chile y Ecuador, por lo que había una mayor demanda en sitios con gran atractivo turístico. Fue por ello, que la ocupación hotelera superó el 77%, siendo una de las más altas en su historia.
Por esta misma razón, la oferta para Airbnb en Medellín aumentó un 66% desde 2020 y movió US$62 millones el año pasado, un 78% más que en 2021, lo que significaría, no solo un aporte y crecimiento económico para la ciudad, sino también, sería un factor que apoyó financieramente a muchos colombianos de la región y que son los propietarios de estos inmuebles.
Esta situación no solo sucede en esta ciudad, sino que es un hecho generalizado en todo el país y que permitió, según lo reportó la Balanza de Pagos del Banco de la República, una entrada de divisas de US$7.368 millones, lo que significó un crecimiento del 8,6% en comparación con el 2019.
Olarte dice adicionalmente, que el turismo es uno de los grandes promotores laborales que hay en Colombia y, recuerda un informe del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), en donde se señala que durante los próximos 10 años se generará más de 443.300 nuevos puestos de trabajo en el país dentro de este sector.
“Asimismo, el turismo está permitiendo la llegada de nuevas compañías internacionales, y de profesionales con muchos conocimientos, que han logrado hacer de Medellín, el Valle del Software”, destacó Olarte, quien agrega que la gran oportunidad es volver al país referente en esta industria, y por ello, “startups como LOKL están promoviendo proyectos como Nido de Agua, un bosque de hospitality colombiano, desarrollado por empresas y con más de 350 inversionistas nacionales, que no solo le apuesta al turismo sostenible, sino que también, le apunta a un desarrollo económico inclusivo que le dé un crecimiento a múltiples actores en la región”.
Asimismo, este contexto ha potencializado la cultura en todo el país, no solo porque barrios populares se están convirtiendo en museos al aire libre, sino que también se ha potencializado y abierto la oportunidad a ferias, fiestas y carnavales colombianos, como el Festival de Negros y Blancos, la Feria de Cali, la Feria de Manizales o, el Carnaval de Barranquilla, evento, que fue declarado como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad y, que en tan solo la última celebración recibió a 668.691 visitantes tanto nacionales como extranjeros, donde se estimó, gastaron un 58% más comparado con ediciones anteriores.
Es por ello que una de las grandes apuestas ahora del Gobierno es potenciar el turismo, por lo que se espera de acá a cuatro años aumentar de 5 a 7,5 millones el número de visitantes, en un escenario conservador y a 12 millones en un escenario optimista. Además, de crear 300.000 nuevos empleos y que las divisas por turismo pasen de US$7.300 millones a US$9.900 millones en ese periodo.
De esta manera, y teniendo en cuenta todo lo que está aportando el turismo al país, Olarte concluye que si bien la entrada masiva de extranjeros representa un reto, y mucho más, teniendo en cuenta que hay problemas habitacionales, es una oportunidad que construirá las ciudades del futuro.