Lorena Giorgio, de Equilibra: qué espera para el dólar blend y cómo será el rebote de la economía

En el capítulo 738 de La Estrategia del Día, la economista jefe de Equilibra analizó el futuro del dólar blend ante la caída de la brecha cambiaria. También explicó por qué ve un rebote en forma de ‘palangana’, y anticipó el impacto en precios de la eliminación del impuesto PAIS

La Estrategia del Día Argentina
29 de noviembre, 2024 | 06:00 AM

Buenos Aires — El Gobierno de Javier Milei confía en que la economía en adelante solo ofrecerá buenas noticias. Con la inflación desacelerando a su nivel más bajo en tres años, la brecha cambiaria y el riesgo país en mínimos desde 2019 y el fin de la recesión, los mercados y buena parte de la sociedad confían en que el presidente libertario cumpla su promesa. Aunque eso no implica que el camino que deberá transitar el oficialismo para encarrilar el rumbo económico, tras recibir a la que calificaron como la peor herencia de la historia, esté exento de riesgos.

En una entrevista con Bloomberg Línea, la economista jefe de Equilibra, Lorena Giorgio, anticipó la forma en que espera que rebotará la economía, se refirió a la situación que atraviesa el consumo masivo y proyectó el impacto en precios de la eliminación del impuesto PAIS. Además, adelantó cuándo espera que el Gobierno elimine el dólar blend y qué espera de la negociación entre el Gobierno y el FMI para alcanzar un nuevo programa que incluya fondos frescos para la Argentina.

La siguiente entrevista ha sido editada con motivos de extensión y claridad.

El EMAE confirmó la semana pasada el fin de la recesión en Argentina. ¿Qué tipo de rebote están viendo? Hace algunos meses la discusión era si sería en forma de V, de W, con la forma de la pipa de Nike.

Pasó algo curioso con el dato de septiembre. Porque dio una caída de 0,3% mensual, pero a su vez también hubo un cambio en toda la serie desde noviembre hasta hoy. Fue un cambio significativo, porque si uno compara la serie de hoy contra la que se publicó hace un mes, hay una diferencia de unos 3,5 puntos entre una y otra. Con esto digo que al final no era una V corta, sino que es más bien como una palangana.

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¿Cómo sería eso?

Caímos mucho menos de lo que hace un mes uno veía en los datos oficiales y en el tercer trimestre habríamos crecido 3,4%, una suba impresionante que deja un fuerte arrastre para los últimos tres meses del año y para 2025. Nosotros estamos viendo entonces, una forma de tipo palangana con un piso que se tocó en abril, que no fue tan profundo como previamente imaginábamos, y con una recuperación que ya estamos llegando a lo que fue noviembre 2023 bastante rápido.

¿Qué panorama plantea eso hacia adelante?

Vemos que 2024 cerraría con una baja de 2,5 puntos más o menos, mucho menos de lo que se esperaba hace dos o tres meses atrás. Y 2025 sería un año en el que se crecería al menos 5 puntos. Al menos porque a nosotros las cuentas nos dan que si es un año con apreciación cambiaria, como sugiere todo año electoral, podríamos incluso crecer 6%. Quiero destacar que se crece, pero de una forma heterogénea. Porque tenés sectores que están bastante dinámicos, como minería, energía, agro o los bancos, y tenés otros que todavía están demasiado abajo de lo que fue noviembre 2023, como la construcción, industria, comercio mayorista, u hoteles. Es decir, si bien vemos que hay una recuperación sostenida, es bastante desigual internamente.

El consumo masivo sigue resentido en Argentina: ¿Creen que puede repuntar ahora de la mano de las fiestas?

Justamente el consumo masivo es uno de estos sectores que todavía está bastante abajo de noviembre 2023. Cuando uno mira consumo privado, también hay bastante diferencia porque, cuando uno mira autos, o bienes más durables, están 10% o 15% arriba de noviembre. Y cuando uno mira la parte más masiva, ventas minoristas, supermercados, están entre 10% y 20% abajo. Esto está vinculado primero al crédito, que está asociado a estas compras de bienes más durables, y también con el salario real, que si bien viene mostrando una cierta recuperación, es principalmente en los sectores formales, o sea, es más bien en el sector privado formal. Pero cuando uno mira salarios públicos, salarios informales, todavía les cuesta repuntar.

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¿Qué expectativas ven hacia adelante?

Nosotros de acá en más esperamos que estos datos sigan mejorando con esta convergencia nominal, en torno a 2% o 2,5%. Y entonces vemos margen para que todo lo que es consumo masivo se pueda acoplar al ritmo de actividad, que se logre cerrar esa brecha que viene arrastrando desde ya hace bastantes meses. Obviamente esto no va a ser fácil, requiere que haya una recuperación salarial y de ingresos, y por eso es tan relevante profundizar esta convergencia nominal que vamos viendo en los últimos meses.

¿Cuánto influye que la base de comparación sea 2023, un año que en esta época del año estuvo muy marcado por el ‘plan platita’, la aceleración de la inflación y la sensación que los pesos quemaban en el bolsillo?

Muchísimo, porque la gente anticipó sus compras, su consumo. Pero ahora vamos a estar comparando con diciembre. Cuando uno mira los números 2023 fueron vigorosos en agosto, septiembre, octubre, noviembre. Hasta diciembre, en el que con tanta incertidumbre y después con la suba cambiaria, estuvo más planchado. Entonces vamos a empezar a ver números que ahora sí comparan contra un diciembre que no fue tan bueno y entonces deberíamos empezar a ver cierto rebote e incluso cierta mejora también.

Ciertamente influye muchísimo, pero creo que lo que más impacta es esto que digo, que cuando uno mira salarios y mira salarios reales, entre marzo 2024 y noviembre 2023, los salarios formales, que son los que mejor andan, llegaron a caer casi dos dígitos real. Esto es una baja fenomenal. Imaginate lo que es informalidad. Se hizo bolsa.

La buena noticia en ese sentido viene de la mano de la desaceleración de la inflación: ¿Qué esperan para noviembre y diciembre? ¿Qué impacto puede tener en precios la eliminación del impuesto PAIS?

Noviembre y diciembre suelen ser dos meses estacionalmente altos de precios, porque hay ajustes en ropa, frutas, verduras que generalmente suben a fin de año. Hay una demanda creciente por fin de año, fiestas, vacaciones. Entonces eso, sumado a que hubo ajustes de precios regulados que venían siendo postergados, a nosotros nos da que deberíamos ver números un poco más altos que los que vimos en octubre. Pero dado que cayó el impuesto PAIS y ya ni siquiera se cobra ese 95% previo de anticipo, creemos que va a ser suficiente para que los datos de noviembre y diciembre estén más o menos en línea con el 2,7% que dio octubre. Más o menos así cerraría este año y ya hacia el año próximo vemos que hay una decisión oficial de que se logre esta convergencia nominal más bien cercano al 2% y vemos altas chances de que el crawling peg se vuelva un poquito más lento en torno a 1,5% o incluso 1% y que eso ayude a que podamos ver registros en torno a 2,5% o 2% de inflación pronto.

En ese contexto, y sumando la devaluación del real, ¿preocupa lo que pueda ocurrir con la salida de dólares por turismo este verano?

Sí, por supuesto. De todas maneras, hoy todavía conviene usar dólares propios. Entonces se está viendo ahí un poco más suavizado todo este efecto. Y cuando se habla de que sí el tipo de cambio está atrasado o no, generalmente se dice bueno, pero si el Banco Central compra dólares es porque no está atrasado. Ahí hay algo cierto de que hoy hay un cambio dentro de la cuenta corriente y que están llegando dólares independientemente de cuán apreciado esté o no el dólar oficial. Con esto quiero decir que nosotros estamos viendo que van a ser meses complicados, enero, febrero, pero a pesar de eso podemos llegar a tener a un Banco Central que siga comprando dólares, favorecido tanto por sectores que pueden generar divisas sin un tipo de cambio lo suficientemente competitivo como otros sectores necesitan. Por ejemplo, los vinculados con Vaca Muerta. Y también todavía tenés un changüí de los dólares blanqueados que vuelven al sistema mediante deuda corporativa o préstamos bancarios.

Entonces, si bien preocupa, nosotros creemos que hay chances de que el Banco Central siga comprando dólares y que este esquema cambiario se pueda seguir sosteniendo durante 2025 a pesar de que el dólar oficial está por debajo de sus niveles históricos en términos reales.

¿Y en esta necesidad de recomponer reservas, con la brecha en mínimos, ven espacio para que se elimine el dólar blend?

Yo creo que el blend cambiario termina cayendo solo. Cuando la brecha es tan baja no hay demasiada ganancia con el blend, entonces seguramente terminarán sacándolo más pronto que tarde. Yo imagino enero ya sin blend y esta es también la causa por la que estamos viendo que el campo liquida tanto. Porque toma préstamos en dólares baratos y porque se está beneficiando de un blend que por ahora viene dando algo de diferencia. Pero a medida que la brecha se vuelve prácticamente inexistente no hay demasiada ganancia ahí. El blend fue fundamental porque ayudó a esta convergencia de la brecha, pero creo que el Banco Central debería sacar el blend –y que lo va a hacer– porque necesita sumar reservas. Después tendrá que intervenir en la brecha mediante la compra-venta de bonos en el secundario para lograr que se mantenga contenida. Esto es clave para que el carry trade se mantenga atractivo y también porque es una forma mucho más eficiente para el Banco Central de mantener la brecha contenida.

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¿Por qué?

Porque estoy segura de que en los últimos meses derramaste en el CCL muchos más dólares de los que hubieran sido necesarios para poder mantener la brecha contenida. Entonces, ahora deberíamos migrar a otro sistema, que el Banco Central intervenga discretamente con los montos que consideren necesarios para que la brecha se mantenga a raya.

¿Cómo puede caer esta forma de intervención en el FMI en medio de este inicio de conversaciones para alcanzar un nuevo programa? Caputo dijo recientemente que se están discutiendo montos y plazos de desembolsos.

Creo que Argentina no tiene ningún apuro en cerrar nada con el Fondo. Creo que el Gobierno se está guardando poder de negociación y que no va a aceptar ningún condicionamiento extra a lo que ya hizo y que viene logrando en términos monetarios, cambiarios, y sobre todo fiscales. El año que viene vencen solo intereses con el FMI y Argentina tiene también varias potenciales líneas de crédito abiertas con bancos internacionales. También coqueteando con China. Por eso creo que Argentina no tiene ningún apuro en cerrar nada con el Fondo y solamente cerraría algo si, tal vez ayudado por Trump, logra fondos frescos anticipados.

¿Y qué crees que pasará con las dos revisiones pendientes?

Me parece que las dos últimas revisiones que faltan no van a ser llevadas a cabo. Son mil millones de dólares que faltan llegar, que difícilmente lleguen. A su vez, tampoco creo que se cierre ningún nuevo programa que sea tacaño en los fondos frescos o que tenga exigencias cambiarias. No creo que Argentina devalúe a cambio de cinco mil millones de dólares. ¿Por qué digo devaluar? Porque el Fondo calcula que el peso está sobrevaluado en alrededor de un 20%. Pero si Argentina decide devaluar, tiene que ser porque llegan fondos que son lo suficientemente cuantiosos para permitir generar un buen colchón de dólares que faciliten la salida o una flexibilización considerable del cebo cambiario.

Después vemos esto de la brecha y del Banco Central interviniendo o no. Eso será también, creo yo, un gran punto de discusión con el Fondo. Pero, de nuevo, ¿Argentina daría pie para que se pueda discutir esto siempre y cuando haya fondos frescos sobre la mesa y en qué plazo? Creo que Caputo cuando dice esto de que están negociando, están viendo plazos, montos, me parece que va en esta línea también. Está confirmando esto que estamos especulando nosotros acá.