Bloomberg — Fuerzas armadas israelíes derribaron aeronaves no identificadas a lo largo de las fronteras norte y sur del país, en medio de informes según los cuales aviones israelíes han atacado repetidamente objetivos en Siria en los últimos días.
El domingo por la noche, Israel derribó una aeronave que parecía haber cruzado desde la dirección de Siria hacia territorio israelí, informó el ejército en un comunicado, añadiendo que no supuso ninguna amenaza en ningún momento.
A primera hora del lunes, un caza israelí interceptó una aeronave sobre la Franja de Gaza, según el ejército. El objeto no cruzó el territorio israelí y tampoco supuso una amenaza en ningún momento, añadió.
Las interceptaciones se producen tras la escalada de violencia entre Israel y los palestinos y los informes de tres ataques aéreos israelíes en Siria en los últimos cinco días.
Irán y sus aliados, incluido el Hezbolá libanés, han apoyado al ejército del presidente sirio Bashar al-Assad en el curso de la guerra civil de su país, y la presencia de Teherán a las puertas de Israel y la aceleración del programa de enriquecimiento de uranio son las principales preocupaciones israelíes.
Israel, que acusa a Irán de querer construir una bomba nuclear, ha atacado Siria decenas de veces durante su guerra civil. Teherán afirma que su programa nuclear es pacífico.
Irán también apoya a grupos militantes en Gaza, incluidos los dirigentes de Hamás en el territorio.
El gobierno de Israel no ha hecho comentarios sobre los ataques aéreos de esta semana contra Siria. Pero al comienzo de la reunión semanal de su gabinete, Netanyahu advirtió que la feroz oposición interna a la reforma judicial propuesta por su gobierno no obstaculizaría la lucha del país contra sus enemigos.
Cientos de reservistas y reclutas, incluidos pilotos, han amenazado con no presentarse al servicio si el gobierno sigue adelante con su plan de diluir el poder de los tribunales del país.
Además, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, se encuentra en una posición inusualmente delicada. Netanyahu despidió a Gallant después de que el ministro de Defensa advirtiera de que las luchas en torno a la propuesta de revisión judicial podrían comprometer la preparación del ejército, pero nunca le envió una carta formal de destitución y sigue en su puesto.
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