La administración de Nicolás Maduro en Venezuela arrestó este año a estadounidenses, pese a los intentos que el gobierno de ese país ha hecho para mejorar las relaciones con Estados Unidos, que ayudarían al alivio de una crisis humanitaria y política.
Un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. confirmó los arrestos el martes por la noche, pero no identificó a los estadounidenses, no dijo cuántos ciudadanos habían sido detenidos ni proporcionó más detalles, citando razones de privacidad.
La Casa Blanca no respondió a una solicitud de comentarios.
Las detenciones fueron reportadas antes por Associated Press, que señaló que tres ciudadanos estadounidenses habían sido detenidos acusados de ingresar ilegalmente al país. La AP, citando una fuente anónima, informó que dos de los estadounidenses habían sido arrestados por separado en el estado de Táchira en marzo; mientras que el tercero habría sido detenido en la frontera con Colombia en enero.
A fines de junio, una delegación estadounidense viajó a Caracas para buscar la liberación de otros prisioneros estadounidenses y persuadir al gobierno del presidente Nicolás Maduro de reanudar negociaciones políticas inactivas desde hace mucho tiempo.
Entre los casos que discutieron estaba el de Matthew Heath, un exinfante de marina que ha estado detenido en Venezuela desde septiembre de 2020, según personas con conocimiento del viaje.
EE.UU. cortó lazos diplomáticos con el Gobierno de Venezuela en 2019, pero abrió un camino para levantar las sanciones económicas y el aislamiento del país si Maduro aceptaba concesiones.
La administración Biden ha permitido envíos de petróleo venezolano a Europa y autorizó a Chevron Corp. a negociar su acuerdo con la energética estatal del país latinoamericano, Petróleos de Venezuela SA, luego de que la escasez de suministros de crudo y el aumento de los precios del petróleo provocaran un alza en los precios de la gasolina.
Sin embargo, EE.UU. excluyó a Venezuela, junto con Cuba y Nicaragua, de la reciente Cumbre de las Américas en Los Ángeles por preocupaciones sobre democracia y derechos humanos en esos países.
Cerca de 6 millones de venezolanos han huido del país, la gran mayoría tratando de escapar de la aplastante miseria económica y comenzando de nuevo en países vecinos de América Latina y el Caribe. El éxodo se ha convertido en una de las mayores crisis de desplazamiento del mundo, según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
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