Bloomberg — El gas natural subió a su nivel más alto en casi cuatro meses en Europa, a medida que las huelgas previstas en Noruega amenazan con tensar aún más un mercado que ya se tambalea por los recortes de suministro de Rusia.
Los futuros de referencia, que se han duplicado este año, subieron un 10% el lunes. Según un sindicato local, una huelga en varios yacimientos noruegos, que empezará esta noche, se intensificará a partir del 9 de julio si no se encuentra una solución a la actual disputa salarial.
Las exportaciones noruegas son cada vez más importantes para Europa, al tiempo que los envíos de Rusia caen a mínimos de varios años y una instalación clave de exportación de gas en Estados Unidos sufre una prolongada interrupción. La subida de los precios del lunes subraya la profunda preocupación del mercado por cualquier otra interrupción, y los operadores han ingorado la decisión de Noruega de aumentar la producción de varios proyectos que permitirían la producción a pleno rendimiento el próximo año.
“La preocupación por la oferta es muy elevada y el mercado sigue añadiendo una prima de riesgo”, señalaron los analistas de la empresa Energi Danmark en una nota. “La situación seguirá siendo tensa esta semana y esperamos nuevas subidas si los flujos siguen siendo bajos”.
El grupo de cabildeo noruego a favor del petróleo y el gas había advertido que la huelga amenaza el 13% de las exportaciones diarias de gas en Europa, incluso antes de que la acción se ampliara al próximo fin de semana para incluir los proyectos adicionales.
Los futuros del gas holandés para el primer mes, la referencia europea, se establecieron en 162,94 euros por megavatio-hora, el precio más alto desde el 8 de marzo. El contrato equivalente en el Reino Unido, que depende en gran medida del suministro noruego, subió un 17%.
El mercado lleva meses teniendo problemas de suministro. Las exportaciones rusas cayeron en las últimas semanas después de que varios compradores europeos se negaran a cumplir la exigencia del Kremlin de pagar en rublos por los suministros de gas por gasoducto. Además, el exportador estatal ruso Gazprom PJSC (GAZP) redujo los envíos a través de su mayor gasoducto, el Nord Stream, en un 60% en junio, alegando las sanciones internacionales que interrumpieron el mantenimiento de equipos cruciales.
En otro orden, un funcionario de Gazprom dijo que la empresa está buscando una coordinación de las exportaciones rusas de Gas natural licuado (GNL) y de gasoductos, por las que Europa paga en rublos, para resolver la “competencia monetaria” entre ambas. No está claro cómo puede afectar esto a los suministros del país, pero cualquier interrupción podría suponer otro golpe para el mercado, y podría intensificar aún más la competencia por el combustible entre Europa y Asia.
Destrucción de la demanda
El gasoducto Nord Stream tiene prevista una suspensión total la semana que viene para realizar trabajos de mantenimiento anuales. Y Alemania, la potencia europea, ha puesto en duda que el suministro se reanude tras el mantenimiento.
Las principales industrias del país podrían estar ante el colapso a causa de los cortes de suministro de gas, advirtió el máximo responsable sindical alemán antes de las conversaciones sobre la crisis con el Canciller Olaf Scholz que comenzaron el. La crisis energética ya está llevando la inflación a máximos históricos, y podría provocar disturbios sociales y laborales, dijo Yasmin Fahimi, jefe de la Federación Alemana de Sindicatos, en una entrevista con el periódico Bild am Sonntag.
Con los precios a estos niveles, “no hay duda de que hemos entrado en el territorio de la destrucción de la demanda, lo que eventualmente puede ayudar a estabilizar el mercado”, dijo Ole Hansen, jefe de estrategia de materias primas de Saxo Bank A/S. “A corto plazo, y con los maltrechos y magullados operadores apagando cada vez más sus pantallas para irse de vacaciones, es posible que veamos una menor actividad con los flujos de noticias dictando el nivel de volatilidad”.
El sector industrial alemán, con una cuota del 35-40% de la demanda de gas, parece especialmente vulnerable al riesgo potencial de que Rusia detenga los flujos, ya que se va a dar prioridad a la calefacción doméstica y de distrito en el invierno boreal, señalan los analistas de Bloomberg Intelligence en una nota.
Aunque las centrales eléctricas tienen cierta flexibilidad para cambiar a otros combustibles, un corte total del suministro ruso a Alemania supondría una destrucción de la demanda de entre 20.000 y 25.000 millones de metros cúbicos, o un 27% en comparación con 2021, señalaron.
Con la asistencia de Stephen Treloar.
Este artículo fue traducido por Andrea González