Bloomberg — Los altos precios del combustible no son una mala noticia para todos. Basta con mirar a las refinerías estadounidenses.
El diferencial de los futuros 3-2-1 (una medida de la rentabilidad de convertir el crudo en gasolina y gasóleo) se disparó hasta US$44,406 el miércoles, el nivel más alto en los registros que se remontan a 1986, superando el bache de un día en abril de 2020, cuando los futuros del West Texas Intermediate (WTI) cayeron brevemente por debajo de cero.
Los márgenes récord subrayan los altos precios que los compradores estadounidenses y extranjeros están dispuestos a pagar para seguir conduciendo, transportando por camión y operando maquinaria mientras reducen su dependencia del combustible ruso. Sin embargo, es posible que las refinerías estadounidenses no sean capaces de satisfacer la demanda, lo que puede significar más dolor en el surtidor de las estaciones de servicio en los próximos meses.
Las señales de que los altos precios del combustible pueden haber disuadido a algunos conductores en marzo se han evaporado mientras la demanda implícita de gasolina de EE.UU. vuelve a la norma de aumento estacional, empujando los inventarios por debajo de la media de cinco años para esta época del año. Mientras tanto, las exportaciones de diésel de la Costa del Golfo están camino a alcanzar su nivel más alto desde al menos 2016, hundiendo las existencias nacionales a su nivel más bajo desde 2008. La escasez de destilados es más aguda en la Costa Este, donde los inventarios han caído a su nivel más bajo desde 1996.
Se espera que la demanda de gasolina y diésel en EE.UU. supere los niveles de 2021 este verano en un 1% y un 2% respectivamente, a pesar de que los precios de ambos aumenten a sus niveles más altos desde 2014 después de ajustar por la inflación, según una previsión del gobierno. Es probable que las exportaciones sigan siendo fuertes, ya que los compradores de América Latina y Europa siguen buscando alternativas a los productos rusos.
Las fábricas de combustible de la Costa del Golfo de EE.UU. han estado operando por encima del 94% de su capacidad desde que regresaron del mantenimiento a principios de marzo, los niveles más altos para esta época del año según los datos del gobierno que se remontan a 2011.
Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.