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Ya sea por tradición o por imitación, todo buen mexicano tiene su equipo favorito de futbol local (los Pumas, las Chivas...) y de ‘americano’. Ya sean los ‘Vaqueros’ de Dallas, los ‘Acereros’ de Pittsburgh, o los ‘Cuarentainueves’ de San Francisco, lo cierto es que los Cowboys, los Steelers y los 49s, son parte de la experiencia deportiva de millones de mexicanos.
Más allá de las razones tradicionales (cercanía, influencia del ‘American way of life”, etc), lo cierto es que el futbol americano tiene una historia centenaria (o más añeja) en México.
En vísperas del partido entre Los Angeles Rams y los Cincinnati Bengals, en el Super Bowl LVI, está en el aire la designación del ‘gran circo’ de 2026. Por ahora, se sabe de manera oficial que los siguientes partidos de la final de la NFL serán en el State Farm Stadium en Glendale, Arizona (2023); en el Allegiant Stadium en Las Vegas (2024); y en el Caesars Superdome en Nueva Orleans (2025).
El de 2026 no se ha designado. Es decir, no se sabe dónde será el Súper Bowl LX.
Dicho esto, hay discusiones de dónde podría llevarse a cabo el ´Súper Tazón’ 60. Pero ya hay manos levantadas. Un par de ellas viene del viejo mundo. Los Tottenham Hotpurs quieren que el Super Bowl de 2026 se lleve a cabo en su estadio, el Tottenham Hotspur Stadium.
No es cualquier arena y no será fácil. La NFL tiene una larga historia realizando partidos en Londres, específicamente en Wembley, la ‘catedral’ del futbol verdadero.
Sin embargo, el estadio de los ‘Spurs no carece de méritos. El principal, en relación con el ‘futbol americano’, es que se considera como el primer y único estadio diseñado especialmente para juegos de la NFL fuera de América del Norte.
Fuera de las cuestiones técnicas, hasta ahí pudieran llegar sus méritos. Esto, porque en un país de América del Norte que no es EE.UU. o Canadá, hay estadios que fueron construidos para la práctica del futbol americano.
Uno de ellos es el legendario Estadio Olímpico Universitario, la casa de los Pumas de la UNAM, pero casa también de los equipos de la mayor universidad de América que participan en las ligas mexicanas de futbol americano como lo fueron en su tiempo los Cóndores, o como lo son ahora los Pumas UNAM.
Sin embargo, el estadio universitario no está, por ahora, listo para albergar juegos de la NFL. El que podría tener ese mérito se ubica a 7,5 kilómetros en el sur de Ciudad de México: el Estadio Azteca.
El Azteca no sólo tiene el récord de más partidos de la NFL fuera de EE.UU. (en ello supera a Wembley). También tiene el récord de espectadores en un juego en cualquier lugar del mundo. Éste se impuso en 1994 en un partido entre los Houston Oilers y los Cowboys, con una asistencia de 112.376 espectadores.
Con ello, el palmarés del Azteca se impone al de Tottenham Hotspur Stadium.
Además de este hito, para 2026 el Azteca estará preparándose para ser el primer estadio en albergar tres Copas Mundiales de FIFA. El recinto ya vio triunfar a Pelé con Brasil en 1970 y a Maradona en 1986. Cuarenta años después, podría ver triunfar a un Kylian Mbappe o a un Christian Pulisic o, ¿por qué no? a un JJ Macías. En esa misma lógica, podría ser la sede de consagración de un Patrick Mahomes, el mariscal de campo (o quarterback) de los Kansas City Chiefs.
Una final de una liga en un país que no es el suyo no es algo raro.
Ya vimos una final de la Libertadores en España (River Plate vs Boca), o una semifinal de la Supercopa de España en Arabia Saudita (Real Madrid vs Barcelona).
Con esto, no sería remoto, pensar en que los planes de expansión global de la NFL se dieran, más allá de partidos de pretemporada o de temporada normal, más allá de sus fronteras.
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